lunes, 17 de febrero de 2014

EL ÁNIMA

Hola a todos.
Intento retomar poco a poco la actividad normal en todos mis blogs después de un virus estomacal que me ha tenido bien fastidiada.
Para no perder las buenas costumbres, y aprovechando que la inspiración está siendo otra vez buena, aquí os dejo con un fragmento de El ánima. 
Vamos a ver lo que pasa entre Gilbert y Ellen.

                        Ellen tenía ya dieciocho años. Anne miraba a su prima mientras ésta bordaba un pañuelo. Se daba cuenta de que Ellen ya no era ninguna chiquilla. 
-Tristán no ha venido hoy-comentó Anne-Y eso me pone nerviosa. Tengo miedo. Ya le perdí una vez. Me aterra la idea de volver a perderle.
-Tiene asuntos importantes de los que ocuparse-le aseguró Lucy, quien estaba cosiendo el dobladillo de una de sus faldas.
-Ha regresado-le recordó Ellen-Pero aún no se ha puesto en contacto con su hermano.
-No quiere saber nada de él-replicó Anne.
-Pero Tristán sí querrá saber de él.
-Tristán me dijo una vez que su hermano le aborrecía. Siempre le tuvo mucha envidia. Tristán era perfecto en todo. Y su hermano, en cambio, no era como él.
-Eso no lo sabes.
                       Ellen era alegre y risueña. También era muy inocente con respecto a algunas cosas.                       Anne había cogido un libro de poemas. Intentaba centrarse en su lectura. 
-Sospecha algo-pensó Ellen con nerviosismo.
                        Intentó no mirar a su prima a la cara. También Lucy se percató de que su hija y su sobrina estaban muy tensas.



                         Eran las doce de la noche. Vestida con su camisón, Ellen se paseaba de un lado a otro de su habitación.
                          No podía conciliar el sueño. Pensaba en lo que estaba pasando entre Anne y ella. Su prima parecía estar celosa de ella. De la relación tan estrecha que mantenía con Gilbert. Para ella, es Tristán, pensó Ellen.
-Ellie...-la llamó Gilbert.
                       Se había aparecido ante ella usando el cuerpo de Tristán.
-Sé dónde encontrar al hermano de Tristán-le contó-Me he puesto en contacto con alguien que sí puede ayudarme. Por lo menos, no me ha fallado. Me ha dado sus señas. Puedes escribirle cuando quieras.
                      Le dio las señas del hermano de Tristán. Ellen se puso contenta al oírle. El hermano de Tristán iría a la isla.
                        Él le abriría los ojos a Anne. Ellen sabía que no podía contarle la verdad a su prima. Anne no se lo creería. No podía creer en historias de fantasmas y de ánimas reencarnadas en otros cuerpos. Era demasiado disparatado como para ser cierto. Incluso, Ellen no terminaba de creerse todo lo que estaba pasando entre Gilbert y ella.
                      Posó su mano sobre la mano de Gilbert.
-Me gustaría poder recordar más cosas de mi vida pasada-le confió-Me gustaría poder recordar más cosas de los momentos que pasamos juntos en el pasado.
-Te ayudaré a recordar-le prometió Gilbert.
                  ¿Cuándo será eso?, quiso preguntarle Ellen. Pero la voz no le salió de su garganta. Algunas imágenes habían pasado por su cabeza desde hacía algún tiempo. Eran momentos fugaces en los que se veía así misma siendo otra persona con Gilbert. Pero no era suficiente. Y, en el fondo, le daba miedo saber qué fue lo que les pasó que acabó separándoles.
-Nunca más volveré a dejarte-le prometió Gilbert-Haré lo que sea para que estemos juntos.
-Sí...-susurró Ellen.
                       La ropa desapareció del cuerpo de Gilbert. Ellen se encontró acostada en la cama con él. Recibiendo y correspondiendo a cada uno de los besos que Gilbert le daba. Recibiendo las caricias que le brindaban las manos de Gilbert. Recorriendo con sus labios cada centímetro de la piel del joven.
                      Quiero recordar más cosas, pensó Ellen. Pero también tengo miedo de recordar.

2 comentarios:

  1. Uy lo dejas super interesante, te mando un beso y te deseo una genial semana

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    1. Hola Citu.
      Me alegro de que te esté gustando.
      Un fuerte abrazo y te deseo una feliz semana.

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