sábado, 30 de mayo de 2015

GRANDES TÓPICOS DE LA NOVELA ROMÁNTICA: LA HERMANA DE ELLA

Hola a todos.
Lo sé. Había dicho en la entrada que hice ayer que no sabía cuándo volvería a hacer entradas en este blog.
Sin embargo, no quería dejar pasar la oportunidad de hablar sobre este tema.
Hacía tiempo que no hablaba de tópicos de la novela romántica. El tópico que quiero tratar hoy tiene que ver con la familia de ella.
En ocasiones, la protagonista es huérfana. En un 80% de los casos, vive sola.
O, en su defecto, vive con sus tíos. Ya hemos hablado anteriormente de las primas de la protagonista. Pero hay veces en la que nuestra heroína sí tiene familia.
Tiene un padre. O tiene, además, una madre. Pero también tiene una hermana.
La relación entra la protagonista y su hermana puede varias. Tenemos varios ejemplos en la novela romántica. No hace mucho, se publicó una novela romántica que transcurría en Japón. Durante el siglo XVII...
Me llamó la atención el argumento. La protagonista se llamaba Hannah. Tenía una hermana que era menor que ella, Kate.
Las dos no podían llevarse peor. Kate le tenía envidia a Hannah porque era todo lo que ella no era. Y, a su vez, Hannah le tenía unos celos inmensos a Kate.
La relación entre las hermanas puede estar marcada por los celos. La protagonista es todo lo que no se espera que sea una dama de su tiempo. Es terca e impulsiva.
Por lo general, es pelirroja. Tiene una gran tendencia a meterse en líos.
Después de leer unas cuantas novelas románticas, me he dado cuenta de que el 90% de las protagonistas no se ajustan a los cánones de su tiempo. Da igual su estatus social. Tienen que salirse todas de la tangente. ¿Todas? Así es.
La protagonista tiene una hermana. Puede que sea la hermana mayor. De ser la hermana mayor, será todo un ejemplo a seguir. Puede que ya esté casada. O puede que sus padres le estén buscando un marido durante la novela. De estar casada, no habrá ningún problema.
Estará casada con alguien que no pertenece a la novela. O, en su defecto, con el segundo hijo de un aristócrata.
Incluso, es probable que tenga hijos. Entonces, veremos a la protagonista jugar con los sobrinos. Esto último es importante.
El héroe de la historia verá a la protagonista jugar con los sobrinos. Entonces, se dará cuenta de lo mucho que le gustan los niños. Y la verá tan alegre y tan despreocupada que sus sentimientos hacia ella irán en aumento.
En ese caso, las dos hermanas estarán muy unidas. Sin embargo, no siempre es así. Volvemos a una novela sobre la que he hablado antes.
En Un año y un día, la protagonista, Jane, tiene dos hermanas mayores, Kate y Mary. Y no se lleva bien con ninguna de las dos. Kate y Mary están casadas y tienen hijos.
La autora nos dice que están celosas de su hermana porque puede hacer lo que le venga en gana. Y la abuela, Megotta, parece odiarlas.
A mí me dio esa impresión. De acuerdo, Jane es la protagonista. Jane tiene que ser el ojito derecho de la abuela. A Jane tiene que enseñarle todo lo que sabe.
¡Pero las otras dos son también sus nietas! Odio cuando aparecen los favoritismos entre familiares en las novelas. Por desgracia, esas cosas también pasan en la vida real.
No recuerdo en qué otra novela de Virginia Henley pasa lo mismo. Ella se lleva a matar con todas sus hermanas. Tiene cuatro hermanas. Dos mayores...Y dos menores...Los cuñados están enamorados de ella. Todos los hombres del pueblo están enamorados de ella. Es una Mary Sue, pensé cuando la leí. Ni me acuerdo de su nombre. Sólo sé que la protagonista se llama Sara.
Y, por supuesto, era la favorita de su madre. Decía que era la única que había sido concebida con amor. De acuerdo, tus otras hijas no fueron concebidas con amor.
¡Pero también son tus hijas! En estos casos, la hermana que se sale de los cánones establecidos es la que más posibilidades tiene de hacer una buena boda.
El aristócrata de turno aparecerá. Intentarán casarlo con la hermana que se ajusta a lo que debe de ser una señorita de su tiempo. Pero él quedará impactado por los encantos de la otra, la que no es ninguna dama. Como el verla disparando. O montada a caballo a horcajadas. O soltando alguna palabrota.
Todo esto es verdad. Cuanto más desabrida es la protagonista, más probabilidades tiene de casarse con un duque.
En otros casos, ella tiene una hermana menor. La protagonista va camino de convertirse en una solterona.
La hermana menor ha sido presentada en sociedad, donde ha tenido un grandísimo éxito. O está a punto de ser presentada en sociedad.
Naturalmente, es todo lo contrario a la hermana en el físico y en el carácter. Se ajusta a los cánones de belleza inglesa. Todos esperan que haga una buena boda al finalizar su primera temporada. Pero eso no ocurre.
La hermana menor no querrá casarse con nadie. Rechazará a todos sus posibles pretendientes.
O, en su defecto, se casará con alguien que ni siquiera es rico. Me acuerdo de una de las grandes novelas de Julia Quinn. ¿Os acordáis de El vizconde que me amó?
El personaje de Edwina Sheffield, la hermana menor de Kate, la protagonista, podría protagonizar cualquier fanfic. Debutó en sociedad con un éxito arrollador. El protagonista, Anthony, quería casarse con ella.
Luego, naturalmente, quedó prendado del carácter desabrido de Kate. Y se casó con ella. Y tuvieron su final feliz de rigor. ¿Qué fue de Edwina?
Al final de la novela, y no digo muchos spoilers, decía que estaba enamorada de un tal mister Bagwell. Yo creo que la Quinn se sacó a aquel personaje de la manga para no dejarla sola. Bagwell no tenía dinero. No era aristócrata.
Naturalmente, no podía competir con alguien tan rico y tan poderoso como el vizconde de Bridgerton. ¿Alguien sabe algo de Edwina? ¿Se casó finalmente con mister Bagwell?
Es todo un misterio. Edwina desaparece de la saga sin dejar ni rastro.
Cosa rara...Kate decía adorar a su hermana. ¿Y no tiene contacto con ella? ¿No se la menciona en ningún momento ni siquiera de pasada?
Aunque parezca mentira, eso es lo que ocurre. Kate ni siquiera menciona a su hermana. Los únicos sobrinos que tiene son los hijos de sus cuñados, los hermanos de Anthony. Con el que está felizmente casada, evidentemente.
Lo que le ocurrió a Edwina podría ser digno de ser escrito en cualquier fanfic. ¿Se casó con mister Bagwell? ¿Se casó con otro? ¿Se hizo monja y no se casó con nadie? ¿Se convirtió en una solterona? ¿O se lió con su cuñado Anthony?
Eso podría estar bien porque explicaría el porqué Kate no habla de su hermana. Es mi lado cínico. Tenía que decirlo.
En algunos casos, se dice que la hermana tiene celos de la protagonista, pero se omite que la protagonista está celosa de la hermana. No quedaría bien en la futura heroína el sentir celos. Tan sólo puede sentir una punzada de envidia. 
Pero se le pasa porque quiere a su hermana. ¿O no la quiere tanto como dice?

  Portada de la novela de Virginia Henley Un año y un día. La pena es que no se ahonda más en la mala relación familiar de la protagonista porque habría estado bien.

viernes, 29 de mayo de 2015

ALGO PROHIBIDO

Hola a todos.
No sé cuándo volveré a hacer entradas en el este blog. Me he tomado un descanso con mis blogs secundarios porque siento que lo necesito.
De vez en cuando, abriré alguno para que le dé el aire.
De momento, aquí os dejo con el que será, por el momento, el último fragmento de mi relato Algo prohibido. 
Espero que os guste.

-Profesor...-dijo Violet-Necesito hablar con usted. ¿Le importa?
                       David alzó la vista del montón de trabajos que tenía que corregir. La clase había terminado un rato antes.
-Puedes contarme lo que quieras-la invitó.
                       Había notado a Violet distraída en clase. Lo cierto era que le parecía una alumna extraordinaria.
                         Había algo especial en ella.
-Yo...-titubeó Violet.
                         David dejó a un lado los trabajos. Se puso de pie. Le criticaban porque decía que era demasiado permisivo con sus alumnas.
                         Pero él pensaba que castigos tales como el uso de palmetas era demasiado cruel. Lo había padecido él mismo en sus propias carnes tanto en su niñez como en su adolescencia. Intentaba ser un buen profesor usando sus propios métodos.
                          Violet se puso roja como la grana.
-¿Ocurre algo?-la interrogó David-Puedes contármelo. ¿Has discutido con alguien?
                           Violet no sabía cómo empezar. Le parecía una locura lo que estaba a punto de hacer.
-Usted tiene ya sus años-atacó-Y habrá estado enamorado.
-No soy tan viejo como piensas-se rió David-He estado muy centrado en mis estudios-No se arrepentía de haberse pasado días enteros encerrado en su cuarto estudiando-Lo cierto es que nunca me he enamorado-Tenía que ser sincero-No sé lo que significa eso.
-Entonces...-titubeó Violet-Usted...
                          Se alejó de David. Cada vez que entraba en clase, lo hacía contenta. Porque iba a verle.
-No lo puede entender-murmuró-No lo entiende.
-¿El qué no entiendo?-quiso saber David.
-No entiende lo que uno siente cuando está enamorado, profesor.
-¿Es que estás enamorada?
-Sí...
-¡Oh!
                              David carraspeó con nerviosismo.
                             El corazón de Violet comenzó a latir a gran velocidad.
-Y él...-murmuró-No...
                             Las mejillas de Violet se tiñeron de grana. Se había armado de valor para poder confesarle a David lo que sentía.
                             De pronto, le parecía que estaba cometiendo un terrible error. Después de todo, era su profesor. Era mayor que ella.
                             Dentro de algún tiempo, sería presentada en sociedad. Tendría la oportunidad de viajar a Londres. Pero la idea no le agradaba demasiado. No quería casarse con nadie. Tan sólo quería estar cerca de David. El joven profesor no sabía qué decir. Entendía que Violet tenía derecho a enamorarse. Se repitió así mismo que la chica era su alumna. No podía mirarla de otra manera.
-¿Le conozco?-le preguntó.
-Sí...-respondió Violet-Lo conoce.
-¿Puedo saber cómo se llama?
                           Violet se acercó a David. Lo que vino a continuación no supo explicarlo.
-Es alguien de aquí-contestó-Un profesor...
-¿Un profesor?-se extrañó David.
                             Su voz sonó ahogada. Y, entonces, todo ocurrió.
                            Violet rodeó su cuello con los brazos y empezó a llenar de besos su cara. David no fue capaz de separarse de ella y se sorprendió así mismo estrechándola contra su cuerpo. Llenando de besos su cara. Acariciando su cabello con la mano.
                            De pronto, los labios de ambos se encontraron y se fundieron en un beso lleno de ternura y, al mismo tiempo, de pasión.

jueves, 28 de mayo de 2015

DARTMOOR HALL

Hola a todos.
Tal y como prometí en una entrada anterior en mi blog "Un blog de época", mantendría todos mis otros blogs cerrados, menos dos. Los demás los abriría para darles aire, como se suele decir.
En este caso, tengo a medio terminar en este blog un relato que se llama Dartmoor Hall. Empecé hace algún tiempo a subir este relato a este blog. No sé cuándo lo terminaré de subir porque la inspiración está siendo muy follonera (con perdón) con esta historia.
De momento, aquí os dejo un pequeño fragmento.
Melanie ya está en Dartmoor Hall.

                                     El segundo nombre de Melanie era Griselda. A veces, se le olvidaba que también se llamaba así. Cuando su madre se enfadaba con ella, la llamaba Melanie Griselda. Le parecía un nombre cursi en extremo. Pero fue idea de Margot el llamarla de aquel modo.
                             Cuando eran pequeñas, Alexandra y sus hermanos solían llamarla Grizzy. Ya no la llamaban así.
                             Tyler era un hombre casado. Intentaba ser feliz al lado de Sophie.
                            Pero parecía que la desgracia le perseguía. Su hijo no se encontraba bien.
-La comadrona dice que nació prematuro-le contó Alexandra a Melanie.
-¡Ya verás cómo se pondrá bien!-le aseguró su amiga.
                             La tarde antes había transcurrido como en un sueño para Melanie.
                             Tenía la sensación de que había vuelto atrás en el tiempo.
                             Con la ayuda de una doncella, guardó su ropa en el cuarto de invitados que le fue asignado. Se dio un baño prolongado. Y se puso un bonito vestido para bajar a cenar. Después, estuvo hablando con Alexandra hasta bien entrada la madrugada en su habitación.
                          Su temporada en Dartmoor Hall prometía. Melanie lo intuía.
                          Las dos estaban dando cuenta cada una de una taza de té en el salón de la mansión, que era amplio y luminoso. El sofá donde estaban sentadas las dos amigas era de terciopelo de color verde. Las pesadas cortinas de color dorado estaban corridas. Alexandra parecía estar triste.
                           A pesar de todo, echaba de menos el convento. Estaba allí porque le habían dicho que podía caer enferma. Con la ayuda de Dios, la epidemia acabaría remitiendo.
                           Pero ella era consciente de que su sino estaba en el convento.
-¿No has pensado en quedarte fuera?-le preguntó Melanie.
-No podría dejar de ser monja-respondió Alexandra-Estaría yendo contra la Voluntad de Dios.
                         Melanie lo entendía. Aún así, le parecía injusto.
-Nunca pensé que acabarías siendo monja-recordó Melanie-Siempre fuiste la más traviesa de las dos.
-Y tú me seguías en todas mis aventuras-sonrió Alexandra con nostalgia.
                          Era bueno recordar tiempos pasados. El presente se les aparecía de distinto modo.
                         Melanie acabaría haciendo un buen matrimonio. Alexandra estaba segura de que encontraría a un buen hombre. Pensó que acabaría casada con uno de sus hermanos. ¡Le habría gustado tanto haberla tenido como cuñada!
                         Besó a Melanie en la mejilla.
                         En ocasiones, los sueños no podían hacerse realidad.
-¿Y tu otro hermano?-le preguntó Melanie a su amiga.
-No para nunca de trabajar-respondió Alexandra.
-Sólo lo vi anoche durante la cena y casi no hablamos.
-Os parecéis mucho en ese aspecto.



-No me veo casada con él. No te confundas.
-En el fondo, te conviene. Yo creo que no deberías de dejarte engañar por su manera de ser. También puede darte alguna que otra sorpresa. A ti te gustaba la manera de ser de Ty. No te culpo. Pero, sinceramente, Ty no te convenía. Sólo espero que haga feliz a Sophie.
-Están juntos por el niño.
-Por eso, lo digo.


viernes, 15 de mayo de 2015

DARTMOOR HALL

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Dartmoor Hall. 
Hoy, nuestra protagonista llega a su destino.
¡Vamos a ver qué pasa!

                                    Había estado tantas veces allí que podía ir perfectamente a pie.
                                    Sin embargo, Mary se empeñó en que Melanie debía de ir en un carruaje de alquiler.
                                   La joven aceptó la sugerencia sólo porque complacía a su madre. Sin embargo, su corazón se rompió al pensar que iba a pasar una temporada lejos de casa. Anteriormente, había pasado hasta dos semanas viviendo en Dartmoor Hall porque Alexandra la había invitado. Aquella vez, todo era diferente. Se despidió de su madre y de Margot y subió al carruaje.
                                 La boda de Sophie Ryder con Tyler Douglas había sido la comidilla de toda la isla. Sophie se había instalado en la mansión después de la boda. Tyler juraba y perjuraba que no sabía que había dejado embarazada a Sophie.
                                Era cierto que ella tenía experiencia previa cuando se acostaron juntos por primera vez. Por eso, quería pensar que no había pasado nada entre ellos. Ella no podía justificar la pérdida de su virginidad con él con un camisón roto o con una sábana manchada de sangre. Pero era aún peor porque, aunque él no había sido el primero, sí le había engendrado un hijo. De ahí, la ira de Sophie cuando le dijo que quería romper con ella.
                             El trayecto en carruaje se le estaba haciendo eterno a Melanie. Un trayecto que se le antojaba corto cuando lo hacía a pie se le estaba haciendo largo ahora que lo hacía en carruaje.
-¿Falta mucho para llegar?-le preguntó al cochero.
-Ya no queda mucho, señorita-respondió el hombre.
                            Melanie recordó algo que había escuchado. El niño de Sophie había muerto.
                           Lo cierto era que todo lo relacionado con Sophie y con Tyler se había llevado a cabo con el más absoluto de los secretos.
                            ¿Habría dado a luz Sophie a su hijo? ¿Acaso había sufrido un aborto ya avanzado? Eran muchas las ideas que pasaron por la mente de Melanie.
                             Finalmente, pudo divisar la imponente Dartmoor Hall en la distancia. Siempre que veía aquella enorme mansión, Melanie se quedaba sin habla. Le parecía sacada de un cuento de hadas, con su fachada de un color blanco impoluto. Siempre le había gustado su suelo de mármol.
                            El carruaje se detuvo cuando entró en el enorme jardín que rodeaba la mansión. Los criados habían salido fuera a recibir a Melanie.
                             No estaban todos los criados. Pero Melanie vio a una persona y su corazón dio un vuelco. Estaba muy cambiada con su hábito de monja. Pero la reconocía en cualquier parte.
-¡Melly!-chilló Alexandra-¡Melly!
                           El cochero descendió en primer lugar y abrió la portezuela. Melanie se olvidó de sus modales. Saltó al suelo. Y no tardó en ir corriendo al encuentro con Alexandra.
                           Su querida Alexandra...
-¡Alex!-trinó.
                           Las dos amigas se fundieron en un fuerte abrazo.
                           Durante su estancia en el convento, Alexandra había añorado a Melanie.
                           Se besaron en las mejillas.

domingo, 3 de mayo de 2015

DARTMOOR HALL

Hola a todos.
Y aquí os traigo un nuevo fragmento de Dartmoor Hall. 
No sé cuándo podré subir más fragmentos.
Espero que os guste el que viene a continuación.

                              Mary había pecado de ingenua cuando se casó con Andrew. Él le había dicho que iba a cambiar. Se lo había prometido. Y ella le había creído.
                             Creía que su carácter se debía a los sinsabores que sufrió en el pasado. Al desprecio que sufrió por parte de su padre.
                             ¿Cuándo se dio cuenta de que su matrimonio era un fracaso? Quizás fue cuando, al regreso de su luna de miel, Andrew empezó a criticarla por cualquier motivo. Habían pasado la luna de miel en Francia. En aquel momento, Mary quería pensar que era feliz.
                           Su comportamiento a la mesa...El vestido que llevaba puesto. Cómo había bailado con tal lord.
-Intentaré enmendarme-le había prometido Mary cuando discutían en el salón.
-¡No quiero que regreses a Almacks!-le había ordenado Andrew-¡No dejaré que me humilles de nuevo!
-Yo no te he humillado. ¡Yo te quiero!
                           Mientras, él hacía lo que le venía en gana y con quién quería. Y Mary, mientras, tenía que callar. Soportó las infidelidades de Andrew.
                           Nació Melanie. Pero ni eso le hizo cambiar.
                           No le sentó nada bien saber que iba a ser padre. Pero asumió que sería un niño lo que nacería. No fue así.
                           Hasta que, un día, Mary se hartó de todo.
                           Quería ser libre.
                           Se había dado cuenta de que ya no quería a Andrew. Le había roto el corazón.



                      Salir a conversar al jardín con Margaret era una costumbre que Mary tenía.
                     Pasaban un buen rato conversando bajo el cielo estrellado.
                     Aquella noche, Mary tenía el ceño fruncido. Había estado hablando con Melanie. Iba a pasar una temporada en Dartmoor Hall.
                      Lo había decidido. Melanie tenía que obedecer.
-Así lo haré-dijo la chica.
                      Pero no se la veía muy contenta.
-Puede que esté enamorada de ese caradura-dedujo Mary con pesar-No quiero ni imaginar que pueda pasar algo entre ellos. ¡Es muy inocente!
-Ya se cuidará él de no acercarse a Melly-le aseguró Margaret-Ahora, es un hombre casado.
-Una boda celebrada a toda prisa y a escondidas, pero de la que todo el mundo habla.
-No podía pasarse la vida deshonrando a mujeres. Sólo conocemos la existencia de este hijo. Pero es probable que tenga otros hijos más por ahí que ni siquiera conozca. Es un pervertido.
-Se parece demasiado a mi Andy.
-¿Cómo dices?
-¡Lo siento, Meg! Intento no pensar así de él. Ya no le amo. Pero...
-Sigue siendo tu marido y también es el padre de Melly.
-Ella está muy bien sin su padre y, ahora, debe de mirar hacia el futuro.
-Estoy muy orgullosa de las dos. Has hecho un gran trabajo con ella.
                    Mary esbozó una sonrisa trémula.

sábado, 2 de mayo de 2015

DARTMOOR HALL

Hola a todos.
Y aquí está una de mis grandes historias pendientes: Dartmoor Hall. 
Empecé a subirla hace muchísimo tiempo. Sin embargo, la inspiración se me fue y ha sido ahora cuando quiero retomarla.
Iré subiendo fragmentos poco a poco.
De momento, aquí os dejo con uno.

                            Muy a su pesar, Mary, la madre de Melanie, creía que Andrew, su marido y padre de su hija, no tardaría mucho en ir a buscarla.
                            Eso nunca pasó.
                            Vivían separados.
                           Querían pensar que Andrew era un buen hombre.
                           Pero él nunca le había regalado un ramo de flores. Nunca se había puesto de rodillas para declararle su amor. A decir verdad, nunca le había dicho que la quería. Se había limitado a tomarla como a una ramera. Recordaba el daño que le hizo en todos los aspectos en su noche de bodas.
                           Y es que Andrew creía que Mary, su amantísima y decente esposa, era una ramera.
                           Mary agradecía a su prima Margaret la ayuda que le había brindado.
                           Nunca aprobó la boda de Mary con Andrew. Al principio, Mary se indignó con ella. La acusó de tenerle envidia.
                           Pero Margaret vio cómo era Andrew realmente. Intentó hacer entrar en razón a Mary. Pero ella no le hizo caso. Al final, Andrew resultó ser algo peor. Fue un mal padre para Melanie. Le destrozó la vida a Mary. Nunca quiso a nadie.
                         Melanie, por suerte, no se acordaba de él. Era muy pequeña cuando se fue con su madre a aquella isla. No recordaba nada de su ciudad de origen. Londres...Había oído hablar vagamente de ella.
                         Mejor así...
                         Andrew debía de estar muerto, pensó Margaret. Era bastante mayor que Mary. De modo que, si no lo había matado la mala vida que llevaba, habría muerto de viejo.
                          Mientras, Melanie había crecido. Se había convertido en una bonita muchacha. Pronto, se celebraría su puesta de largo.
                         Tanto Mary como Margaret habían hablado de aquel tema en numerosas ocasiones. Melanie era una joven demasiado bella. No se parecía en nada a Mary. No se parecía en nada a Andrew. Melanie era ella misma.



-Melanie está dormida-informó Mary a Margaret.
-¿Le has comentado lo que tienes preparado para ella?-inquirió Margaret-A decir verdad, la idea la ha tenido su amiga Alexandra. La que quiere ser monja.
-Tiene dos hermanos solteros. Aunque he oído algunos rumores.
-Ese libertino tenía que encontrar antes o después la horma de su zapato.
                         Mary y Margaret se encontraban en el jardín. Conversaron mientras contemplaban el cielo nocturno. Estaba plagado de estrellas.
-Eso es bueno-afirmó Margaret-Que cumpla con su deber.
-En realidad, está contento porque el bastardo que engendró es un niño-replicó Mary con amargura-Andrew se enfadó conmigo cuando supo que había dado a luz a una niña.
-¡No pienses en él! Piensa en el futuro de Melanie.
-No me olvido de ella, Meg.
-Todo irá bien.