viernes, 29 de mayo de 2015

ALGO PROHIBIDO

Hola a todos.
No sé cuándo volveré a hacer entradas en el este blog. Me he tomado un descanso con mis blogs secundarios porque siento que lo necesito.
De vez en cuando, abriré alguno para que le dé el aire.
De momento, aquí os dejo con el que será, por el momento, el último fragmento de mi relato Algo prohibido. 
Espero que os guste.

-Profesor...-dijo Violet-Necesito hablar con usted. ¿Le importa?
                       David alzó la vista del montón de trabajos que tenía que corregir. La clase había terminado un rato antes.
-Puedes contarme lo que quieras-la invitó.
                       Había notado a Violet distraída en clase. Lo cierto era que le parecía una alumna extraordinaria.
                         Había algo especial en ella.
-Yo...-titubeó Violet.
                         David dejó a un lado los trabajos. Se puso de pie. Le criticaban porque decía que era demasiado permisivo con sus alumnas.
                         Pero él pensaba que castigos tales como el uso de palmetas era demasiado cruel. Lo había padecido él mismo en sus propias carnes tanto en su niñez como en su adolescencia. Intentaba ser un buen profesor usando sus propios métodos.
                          Violet se puso roja como la grana.
-¿Ocurre algo?-la interrogó David-Puedes contármelo. ¿Has discutido con alguien?
                           Violet no sabía cómo empezar. Le parecía una locura lo que estaba a punto de hacer.
-Usted tiene ya sus años-atacó-Y habrá estado enamorado.
-No soy tan viejo como piensas-se rió David-He estado muy centrado en mis estudios-No se arrepentía de haberse pasado días enteros encerrado en su cuarto estudiando-Lo cierto es que nunca me he enamorado-Tenía que ser sincero-No sé lo que significa eso.
-Entonces...-titubeó Violet-Usted...
                          Se alejó de David. Cada vez que entraba en clase, lo hacía contenta. Porque iba a verle.
-No lo puede entender-murmuró-No lo entiende.
-¿El qué no entiendo?-quiso saber David.
-No entiende lo que uno siente cuando está enamorado, profesor.
-¿Es que estás enamorada?
-Sí...
-¡Oh!
                              David carraspeó con nerviosismo.
                             El corazón de Violet comenzó a latir a gran velocidad.
-Y él...-murmuró-No...
                             Las mejillas de Violet se tiñeron de grana. Se había armado de valor para poder confesarle a David lo que sentía.
                             De pronto, le parecía que estaba cometiendo un terrible error. Después de todo, era su profesor. Era mayor que ella.
                             Dentro de algún tiempo, sería presentada en sociedad. Tendría la oportunidad de viajar a Londres. Pero la idea no le agradaba demasiado. No quería casarse con nadie. Tan sólo quería estar cerca de David. El joven profesor no sabía qué decir. Entendía que Violet tenía derecho a enamorarse. Se repitió así mismo que la chica era su alumna. No podía mirarla de otra manera.
-¿Le conozco?-le preguntó.
-Sí...-respondió Violet-Lo conoce.
-¿Puedo saber cómo se llama?
                           Violet se acercó a David. Lo que vino a continuación no supo explicarlo.
-Es alguien de aquí-contestó-Un profesor...
-¿Un profesor?-se extrañó David.
                             Su voz sonó ahogada. Y, entonces, todo ocurrió.
                            Violet rodeó su cuello con los brazos y empezó a llenar de besos su cara. David no fue capaz de separarse de ella y se sorprendió así mismo estrechándola contra su cuerpo. Llenando de besos su cara. Acariciando su cabello con la mano.
                            De pronto, los labios de ambos se encontraron y se fundieron en un beso lleno de ternura y, al mismo tiempo, de pasión.

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