viernes, 27 de junio de 2014

UN SABOR AGRIDULCE

Hola a todos.
He podido avanzar un poquito con Un sabor agridulce. 
Aunque este fragmento sea muy corto, espero que os guste.

                               A la tarde siguiente, María Catalina dio un concierto casero de piano. Sus padres y Lorenzo estuvieron presentes. María Elena se encontraba mejor después de la jaqueca que había tenido el día antes y se reunió con ellos en el salón. Lorenzo no dejaba de mirar a María Catalina y la joven trató de disimular los nervios que se apoderaron de ella.
                              Trató de no confundirse mientras interpretaba una pieza de Dámaso Zabalza titulada El canto de las montañas. 
-Tiene mucho talento-le comentó Lorenzo a María Elena-Debería de ser una pianista profesional.
-No es profesión para una mujer decente-intervino doña Edelmira-Los hombres podrían pensar de ella que es una cualquiera.
                          Pero María Catalina era una virtuosa del piano. María Elena sonrió al recordar que su prima era muy distinta de ella. María Elena...De pequeña, siempre estaba jugando. Corría de un lado a otro de la finca en la que nació y en la que vivió hasta la muerte de sus padres. Cuando se fue a vivir con sus tíos.
                        Se subía a los árboles. Pero la enfermedad que había padecido había templado su carácter.
                       María Catalina dejó de tocar el piano. La pieza había terminado. Se puso de pie.
                       Sus padres, María Elena y Lorenzo la aplaudieron. María Catalina se sintió cohibida.



-¿Te sientes bien?-le preguntó a María Elena.
-Con sólo oírte tocar el piano, me siento mejor-le respondió su prima.
                      Lorenzo se puso de pie. Se acercó a María Catalina. Le cogió las manos y se las besó.
-Posees un gran talento para la música-le aseguró.
-Me parece que estás exagerando-replicó María Catalina.
-Lo digo completamente en serio, Cati. Tu madre no lo cree. Pero yo opino que podrías dedicarte a dar conciertos. Algunas mujeres son pianistas profesionales. Te aseguro que no hay nada de malo en ello.
                      María Catalina vio a sus padres fruncir el ceño a la vez.

domingo, 22 de junio de 2014

ISLAS ALHUCEMAS

Hola a todos.
Hoy, me gustaría hablaros un poquito sobre el lugar donde transcurre mi relato Un sabor agridulce. 
Se trata del Peñón de Alhucemas.
Este lugar forma parte de un pequeño archipiélago llamado islas Alhucemas. Está formado por tres islas. El Peñón de Alhucemas es una de esas islas. Las otras dos se llaman una la isla de Mar. La otra se llama la isla de Tierra. Están deshabitadas.
En su día, el Peñón de Alhucemas llegó a estar habitado por 350 personas. Tenía su propia Iglesia. Incluso, tenía su propio mercado. En la actualidad, sólo habita en él una guarnición de Artillería.
Se halla a 700 metros de la costa de Marruecos. Se trata de un lugar lleno de historia y realmente interesante. Se puede ver el faro, que todavía está en funcionamiento.
En sus tiempos, se convirtió en una especie de penal donde acudían los presos comunes, los presos políticos y aquéllos que eran desterrados. Al escribir Un sabor agridulce, imaginé que María Catalina podría vivir en el Peñón de Alhucemas. Es un lugar que, a simple vista, no llama la atención.
Sin embargo, cuando uno lo conoce, descubre que es un lugar fascinante. Igual que la propia María Catalina...Un lugar que merece la pena descubrir.
Y que a mí me está gustando mucho conocer.
Espero que os haya gustado esta pequeña entrada acerca del Peñón de Alhucemas.

sábado, 21 de junio de 2014

UN SABOR AGRIDULCE

Hola a todos.
Me he animado a escribir un nuevo trozo de Un sabor agridulce. Y también me he animado a subirlo a este blog.
Espero que os guste.

                              María Catalina acudió a la habitación de María Elena.
                              La joven se había acostado ya, pese a que eran las nueve de la noche, alegando que le dolía la cabeza y que prefería retirarse. La fiel Rosario se había sentado en una silla, junto a la cama de María Elena. Había preocupación en los ojos de la mujer. Una preocupación que no pasó inadvertida para María Catalina.
                           María Elena sentía que lo único que estaba causando era quebraderos de cabeza para su familia. Sus tíos ya habían ido a verla en dos ocasiones desde que se retiró a su habitación. Su tío habló de ir a buscar él mismo a un médico. María Elena alegó que su dolor de cabeza se le iría durmiendo. Quería pensar que estaba bien.
-¿Has pensado ya en lo que vas a hacer con Lorenzo?-le preguntó a María Catalina, recordando la conversación que habían mantenido el día antes.
                           El rostro de María Elena estaba muy pálido. Al mirar a su prima, María Catalina estuvo a punto de ahogar un grito. Se sentó en la cama, a su lado.
-No sé si debo de darle una oportunidad-respondió María Catalina-También me acuerdo de ti. De lo que sufriste al lado de Santiago.
-Lorenzo es el hermano menor de Santiago-admitió María Elena-Pero no se parece en nada a mi marido. Lorenzo es un buen muchacho y te quiere bien.
                         Rosario y María Catalina intercambiaron una mirada cargada de angustia.
-Lo único que deseo en estos momentos es que no sufras una recaída-dijo María Catalina-Hasta ayer mismo, te encontrabas bien. Ya salías a dar paseos conmigo. Quiero que estés bien para que puedas volver a montar a caballo.
                           María Elena sujetó las delicadas y delgadas manos de María Catalina.
                          La muchacha todavía llevaba puesto el mismo vestido de color blanco que había llevado puesto durante la cena.
-Las dos sabemos que eso no va a volver a pasar-se lamentó María Elena.
                         Se llevó a los labios las manos de su prima.
                        María Catalina se inclinó y besó a su prima en la frente. Se dio cuenta de que María Elena tenía algo de fiebre.
                         Se apartó de ella. Se puso de pie y se acercó a Rosario.
-Me temo que la enfermedad está volviendo a causar estragos en mi pobre niña-se lamentó la mujer.
-¡Por favor, no diga eso ni en broma!-le pidió María Catalina, alarmada.



                          María Catalina abandonó la habitación de María Elena.
                          Sentía que las fuerzas estaban a punto de fallarle. Se sujetó como pudo a la pared y se dijo así misma que lo que tenía María Elena era un simple dolor de cabeza. Con un poco de suerte, una noche de sueño reparador le haría mucho.
                          A la mañana siguiente, volvería a ser la misma María Elena activa que siempre había sido. Todo iría bien.
                            Lorenzo se dirigió a su habitación. Vio a María Catalina.
                           No hacía otra cosa más que pensar en lo bella que era. El moño en el que llevaba recogido su cabello negro estaba a punto de soltarse. Y sus ojos oscuros brillaban con honda preocupación.
-¿Te encuentras bien?-le preguntó, acercándose a ella.
                         María Catalina le miró sobresaltada.
-Tengo la sensación de que todo son problemas para mi pobre Cati-respondió la muchacha-Ella está enferma de nuevo.
-Sólo tiene un dolor de cabeza-le aseguró Lorenzo-No volverá a caer enferma de nuevo. Ya lo verás.
                       Le dio un beso en la mejilla para tranquilizarla.

viernes, 20 de junio de 2014

NO LO ENTIENDO

Hola a todos.
La entrada de hoy es porque hay una cosa que no entiendo.
He leído Jane Eyre unas dos veces.
Siempre he disfrutado de su lectura. Pero no puedo evitar hacerme unas cuantas preguntas. Todas tienen relación con John Rivers. Él está enamorado de una joven llamada Rosamund Oliver. Es el polo opuesto a Jane, una joven que ha tenido una vida fácil y que tiene un padre que se entiende que la adora. Una joven rica y guapa...
El sentimiento es mutuo. Y eso que John no es precisamente de carácter alegre y abierto. Pero hay algo en él que llama la atención de Rosamund. Lo que yo no entiendo, por mucho que lea y relea la novela es el porqué John no le pide a Rosamund que se case con él.
¡Idiota! Le pides que se case contigo. Y ella dice que sí.
Rosamund abandonaría su vida cómoda para irse contigo. Pensar lo contrario es no darle un voto de confianza. Es no creer ni en ella ni en su fortaleza.
Juro que me han dado ganas de meterme en la novela y de darle un bofetón a John para que espabile con respecto a Rosamund. Y no es la primera vez que me dan ganas de abofetear a un protagonista para que espabile.
Rosamund y John se aman. Nunca entendí el porqué, teniendo esta novela un final feliz, Charlotte Bronte no les dio un final feliz a ellos. Rosamund se casa con otro. O va a casarse con otro. Y John está enfermo en las misiones de La India, a punto de morir. ¿No pudo haber mandado Rosamund al otro al cuerno y haberse ido a La India en busca de John? ¿No existía cura para John? ¿No podían haberse casado?
No lo entiendo. No lo entenderé nunca.

  Escena de la adaptación que se hizo en 1983 de Jane Eyre. De izquierda a derecha tenemos a Jane Eyre, a Rosamund Oliver y a John Rivers. Rosamund mira con adoración a John, quien intenta mantener las formas. Y Jane, que lo ve, no es tonta y sabe que hay química entre estos dos.
John, ¿por qué no le confesaste nunca a Rosamund que la amabas?

martes, 17 de junio de 2014

SABÍAS QUÉ...

Hola a todos.
Hoy, regresa a este blog la sección Sabías qué, dedicada a las curiosidades.
En esta ocasión, nuestro Sabías qué pertenece a la escritora de novela romántica Bárbara Cartland.
Escribió la friolera de ¡823 novelas!
¡Así es!
Se la puede criticar por muchos motivos:
-Argumentos similares: El protagonista es ciego. La protagonista intercambia la identidad con alguien. La protagonista se disfraza para parecer mayor.
-Los personajes intercambiables: La protagonista es la hija secreta de alguien importante. Las madrastras, tías y primas odiosas. Los padres y las madres de carácter débil...Los niños adorables...Las ancianitas adorables...Las hermanas de la protagonista que están de adorno. El protagonista con amante que quiere casarse con él...Etc, etc.
-Las protagonista son todas bajitas y delicadas variando el color de pelo y de ojos.
-Los protagonistas son familia de Gary Stu.
-El cómo plasma la autora su pensamiento en las novelas.
Pero no cabe la menor duda de que Bárbara Cartland era una mujer muy culta que plasmaba sus conocimientos en sus novelas sin que pareciera que estuviera vomitando información, sino que lo hacía ver como algo normal en una conversación entre dos personajes. Que sabía cómo funcionaba la sociedad del siglo XIX. Se puede criticar que sus protagonistas sean todas unas pánfilas en algunos momentos, pero encarnaban a la perfección el modelo de mujer de aquella época tan bonita, pero, al mismo tiempo, tan de pesadilla para una mujer.
Y, además, a Bárbara Cartland le encantaba escribir.
¡De eso no me cabe la menor duda!
He llegado a una amarga conclusión. ¡Jamás podré escribir tantas novelas como escribió esta señora! ¡Ni de coña!
Otra cosa que tengo entendido es que la Cartland tenía tres secretarias a las que dictaba sus novelas. ¡Así cualquiera!



Dos fotos de Bárbara Cartland vestida de rosa y con su inseparable pekinés.

domingo, 8 de junio de 2014

UN SABOR AGRIDULCE

Hola a todos.
Ha pasado algún tiempo desde que subí aquí el último fragmento de mi relato Un sabor agridulce. 
Lo cierto es que tengo esta historia un poco atragantada en el sentido de que me está costando trabajo poder avanzar con ella.
Es lo malo de tener tantos proyectos en danza.
He decidido finiquitar el proyecto al que le falta menos, que es mi fanfic de Toda una dama, Los besos que nos dimos, que espero poder terminar a lo largo de la semana entrante.
Siguiendo con el consejo que me dieron hace algún tiempo (¡gracias EldanY!) he podido acabar un trozo.
En esta ocasión, vemos cómo María Elena intenta aconseja a María Catalina acerca de su relación con Lorenzo.

                              María Catalina escuchaba cómo María Elena le contaba la mañana que había pasado en la modista.
                             Acompañada por la fiel Rosario, María Elena se había atrevido a ir a la modista.
-Me gustaría dejar de vestir de luto-le contó a su prima.
                             María Catalina pensó que era una buena idea. María Elena todavía llevaba luto a Santiago.
                            En su opinión, Santiago no merecía tanta consideración por parte de su prima. María Elena sentía cómo las fuerzas habían regresado a ella. La enfermedad empezaba a parecer algo del pasado. Sentía ilusión nuevamente por vivir.
-Me alegro de verte tan animada-afirmó María Catalina con sinceridad.
-Pero yo no te veo tan animada-observó María Elena-¿Qué ocurre, Cati?
-Se trata de Lorenzo. Hay algo entre nosotros que es muy fuerte. Y ese sentimiento va creciendo a medida que van pasando los días. No sé qué hacer.
                         Las dos primas habían salido a dar un paseo aquella tarde. Saludaron a la criada de una conocida de doña Edelmira. Se encontraba barriendo la puerta de su casa. Las tiendas que había en el Peñón, que eran pocas, estaban abiertas.
                        María Elena se fijó en que María Catalina se había puesto roja como la grana.
                       Pensó que su cuñado Lorenzo podía hacer muy feliz a su prima porque María Catalina era una muchacha maravillosa.
-Deberías de ser feliz a su lado-opinó María Elena.
-No creo que eso vaya a pasar-dijo María Catalina.
-Cati, tienes derecho a vivir tu propia vida. Yo ya estoy recuperada del todo. No tienes que vivir a mi sombra porque tú has nacido para brillar. Ya es hora de que seas feliz.
                        Un militar se apartó para dejarlas pasar. Miró a las dos primas y las saludó cortésmente.
-Buenas tardes, señoritas-las saludó-Que pasen una buena tarde.
                         Una mujer y su criado salieron de la modista. El criado cargaba con un paquete. La vida seguía su curso.
                        María Elena pensó que la vida debía de seguir para María Catalina.
                       La muchacha se había volcado en el cuidado de su prima desde que ésta fue testigo del arresto de Santiago. María Elena tenía la sensación de que habían pasado siglos desde entonces.
                       La cuidó cuando perdió el niño que esperaba. Y la cuidó sin desfallecer cuando cayó enferma.
                       María Catalina era la mujer más leal que María Elena jamás había conocido. Había estado a su lado en todo momento. Sin cansarse.
                      Pero María Catalina se había enamorado.
-Quiero que seas feliz-le exhortó a su prima-Si tú eres feliz, yo también seré feliz.
-Pensaba que Lorenzo se casaría contigo-dijo María Catalina.
                     Las dos jóvenes se detuvieron.
-No hay amor entre Lorenzo y yo-le hizo ver María Elena-Pero sí hay amor entre Lorenzo y tú.
                      María Elena abrazó a María Catalina y le dio un beso en la mejilla.
-¿Estás segura de lo que dices?-le preguntó la muchacha incrédula-No quiero creerme lo que me está pasando. Lo que estoy sintiendo. Lo que veo con mis ojos que siente Lorenzo por mí.



viernes, 6 de junio de 2014

GRANDES TÓPICOS DE LA NOVELA ROMÁNTICA: ESOS FRANCESES TAN MALOS

Hola a todos.
Hoy, me gustaría hablar acerca de un tópico de la novela romántica que me tiene un poco harta.
En las novelas románticas que transcurren en la Regencia, se habla de la guerra que está teniendo lugar en el continente europeo. Mientras en Inglaterra seguían con sus bailes y sus fiestas, en Francia o en España se enterraban a los muertos.
En todas esas novelas, el protagonista es jefe de espías o es un espía al que todo el mundo, empezando por el Príncipe Regente y siguiendo por Wellington, adora y admira. Además de espía o de jefe de espía, el hombre es todo un libertino que bebe hasta perder el conocimiento y se acuesta con miles de mujeres. Y, por si fuera poco, ostenta un título, sus tierras (que no visita desde hace siglos) son las más productivas del país y, aunque se gaste las libras en juergas y furcias, es el más rico de todo el país. Aquí, dejamos la novela romántica y entramos en la ciencia-ficción.
El caso es que el protagonista conoce a la heroína en estos casos:
-Sospecha que es sobrina (recordemos que la heroína pocas veces tiene un padre o una madre) de un traidor, es decir, de alguien que prefiere servir a Napoleón. Por supuesto, eso no llega a pasar. El tío de la protagonista es más patriota que nadie. Casi siempre es un agente encubierto que se está haciendo pasar por traidor para descubrir al verdadero traidor.
-La heroína también es espía al servicio del Príncipe Regente y de Wellington y se pone bajo sus órdenes.
-La conoce en una misión encubierta.
Aquí los malos malísimos son los franceses. No fallan. Novela de la Regencia que hable de las guerras napoleónicas, novela en la que los franceses son los malos muy malos. Malos sin matices...Malos planos...
Malos hasta decir basta.
No tienen motivación alguna más que el hecho de ser franceses y servir a Napoleón. Como los héroes, que siempre anteponen el deber a la familia o al amor hasta que la heroína es secuestrada o le pegan un balazo (una herida superficial, no se asusten). Lo del rapto y la experiencia cercana a la muerte de la heroína es otro tópico que merece ser tratado en otro momento.
En el caso de los malos, calcos del héroe, se parecen a ellos hasta en el carácter. Pero son franceses y son malos.
Si hay una saturación de franceses malos, no se preocupen porque se puede encontrar a otro malo, pero relacionado con los franceses: el inglés que decide ponerse a las órdenes de Napoleón.
Este personaje es tratado con todos los defectos habidos y por haber. Puede ser como el héroe en cuanto al carácter y la forma de vida, pero, en lugar de mostrarnos a un experimentado amante digno de alabanza, nos muestran a un depravado sádico.
En lugar de mostrarnos a un ser inteligente, se nos muestra a alguien sin entrañas.
Puede hacer lo mismo que el héroe, pero es mostrado como algo negativo.
Naturalmente, tanto el francés como el traidor mueren. No a manos del héroe, sino que o se suicidan o sufren un accidente en una pelea. El héroe, aunque haya matado en el pasado en la mayoría de los casos, eso se menciona muy de pasada. No puede mancharse las manos con sangre.
O lo mata al francés o al traidor un amigo del héroe que pasaba por allí de casualidad. ¿?
Otro tópico es el rechazo que produce lo francés en estas novelas. Si la protagonista tiene un nombre francés, lo rechaza y se busca un nombre más anglosajón.
Si la protagonista es francesa, se cambia el nombre por otro inglés y trata de disimular su acento.
Si, por un casual, es una espía al servicio de Napoleón, se enamorará del aristócrata jefe de espías inglés, dejará de servir a Napoleón y empezará a servir a Wellington más por amor que por convicciones.
Cansa un poco (en mi caso, me saturaron) de que los malos sean los mismos y que sean malos sin matices y planos como una tabla lisa.
Personalmente, soy más de matices. Ni todo el mundo es bueno ni todo el mundo es malo. Quiero pensar que todavía hay gente buena en el mundo, aunque la realidad se encargue de demostrarme lo contrario cada vez que veo el Telediario.
Soy más bien de matices. Ni blanco...Ni negro...Ni rosa...Un gris rosáceo es el color perfecto.


miércoles, 4 de junio de 2014

BERKLEY MANOR

Hola a todos.
He podido escribir dos trozos de la segunda parte de Berkley Manor. 
El primer pedazo lo voy a subir hoy y espero poder subir el segundo a lo largo de esta semana.
Estoy muy metida de lleno en un relato que estoy subiendo a mi un tanto olvidado blog "Entre el cielo y la tierra", el blog que creé dedicado a mi ciudad, La Unión.
En "Entre el cielo y la tierra" estoy subiendo un relato dividido en cuatro trozos titulado El francés. Transcurre a caballo entre Roche y Portmán, durante la Guerra de la Independencia, y cuenta la historia de amor entre Ana, una joven vecina de Roche, y Philip, un soldado francés. Un amor imposible...¿Imposible?
Se verá a lo largo de la semana.
Hablaré más largo y tendido de este relato en mi blog "Un blog de época" porque tiene su historia aparte de la historia en sí.
Os dejo los links con los dos trozos que he subido de El francés en "Entre el cielo y la tierra".

http://launionentreelcieloylatierra.blogspot.com.es/2014/06/el-frances.html

http://launionentreelcieloylatierra.blogspot.com.es/2014/06/el-frances_4.html

Los dos trozos finales verán la luz entre mañana y pasado.
De momento, os dejo con este fragmento de la segunda parte de Berkley Manor, aunque sea corto. Vemos cómo va avanzando la relación entre Victoria y el doctor Prince.

ENTRADA ELIMINADA.
POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.
GRACIAS.


                   



               

domingo, 1 de junio de 2014

BERKLEY MANOR

Hola a todos.
Tenía ganas desde hacía algún tiempo de subir un nuevo fragmento de la segunda parte de Berkley Manor. 
Pero estaba demasiado ocupada con mi relato El ánima que no tenía tiempo.
No sé cuándo podré terminar mi relato Un sabor agridulce, ya que estoy algo atascada con esta historia. Confío en poder terminarla más pronto que tarde.
De momento, os dejo con este fragmento de Berkley Manor en el que lady Christine regresa al cementerio en compañía de Melanie.
¡Vamos a ver lo que pasa!

ENTRADA ELIMINADA.
POR FAVOR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS.
GRACIAS.