lunes, 27 de julio de 2015

ILUSIONES ROTAS

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de mi relato Ilusiones rotas. 
Veamos qué ocurre.

                                  Verse a escondidas en un lugar donde vivía tan poca gente les parecía una temeridad.
-Mistress Karen y mi madre no tardarán en enterarse-le comentaba con cierto temor Sophie-No lo aceptarán.
                                Estaban tumbados en el suelo, sobre la hierba. Lo bueno de vivir en aquella isla era que estaba repleta de árboles. Nadie podía distinguir el lugar donde se encontraban.
                                Alexander miró con dulzura a Sophie.
                              La estrechó con fuerza entre sus brazos.
-Ya se ha pasado de moda la época donde dos enamorados se fugaban a Gretna Green a casarse-bromeó-Ahora, es más fácil. Basta con ir al juzgado de Reading.
-Aún así, seguiría siendo un escándalo-se lamentó Sophie.
                              Ninguna de las dos aceptaría aquella relación de buen grado. Sophie tenía la sensación de que aquella historia iba a tener un final trágico. Como solía ocurrir en las radionovelas que solía escuchar mistress Karen con aire distraído. Sin embargo, a pesar de todo, no podía evitar sentirse feliz.
                            Incluso, el río Támesis, a su paso por aquella pequeña isla, parecía susurrar que debía de alejarse lo antes posible de Alexander.
                             Pensaba en lo bonito que sería tener entre sus brazos a un hijo de Alexander y se recriminó por tener tales pensamientos.
                            De quedarte embarazada de él, acabarías de patitas en la calle, pensó.
                            Sin embargo, Alexander la estaba besando con pasión en los labios y Sophie se dejó llevar.
                           Se dejó arrastrar por sus sentimientos cuando llenó de besos su rostro.
                           Mistress Karen estaba asomada a la ventana.
                           Sabía, por lo que los vecinos le habían contado, la clase de escena que había tenido lugar en aquel lugar entre Sophie y Alexander.
                             Debió de haber sospechado algo. Pero no supo nada hasta que Alexander fue obligado a partir al frente. Entonces, una aterrorizada Sophie le confesó que estaba esperando un hijo suyo.
                          Mistress Karen no era quién para juzgar los actos de nadie.
-Te ayudaremos en todo lo que podamos-le prometió a la asustada joven-Vas a dar a luz al heredero de esta mansión.
                           Era lo único que les quedaba: la mansión.
                           Su hijastra se encargó de dilapidar la fortuna familiar. Mistress Karen sintió cómo la bilis le subía por la garganta. Trató de llamarla por teléfono a su última dirección. Vivía en Slough. Pero la muy maldita no le cogió el teléfono.
                          Todavía no sabía que su único hijo estaba muerto y que su único nieto no había llegado a nacer.
                          Mistress Karen sabía lo que era perder a un hijo. Las lágrimas rodaron sin control por sus mejillas.



-Hermana...-la llamó Zayra.
                       Acababa de entrar en el salón. Venía de visitar la tumba de Sophie y de su nieto. Alexander había sido enterrado días antes a su lado.
                       Mistress Karen no se sentía con fuerzas para visitar la tumba del joven.
-Pasas mucho tiempo sola-observó Zayra.
-Tan sólo quiero recordarles-alegó mistress Karen.
                        Zayra supo que se estaba refiriendo a Sophie y a Alexander.
-Se amaban-añadió mistress Karen con tristeza.
-Ahora, sé lo mucho que se amaban-se lamentó Zayra.
-Pero no pudieron ser felices. No sé quién tuvo la culpa. Ya eso no importa. Sólo sé que están juntos para siempre. Aunque sea así.

domingo, 26 de julio de 2015

ILUSIONES ROTAS

Hola a todos.
Hoy, seguimos con otro fragmento de Ilusiones rotas. 
Veamos qué ocurre.

-Me alegro de que tomes el té conmigo-afirmó Alexander.
                               Era la hora del té.
                               Para sorpresa de Sophie, Alexander la invitó a tomarlo con él. En un primer momento, pensó en negarse. Pero, finalmente, aceptó.
                               Sophie bebió un sorbo de su taza de té y notó que la mano le temblaba.
                               Le resultaba cada vez más difícil mirar a Alexander sin delatarse. Su corazón latía a gran velocidad cuando estaba cerca de él. Debía de contener sus ganas de gritarle lo que estaba empezando a sentir por él. Sobre todo, porque ella no dejaba de ser la hija de la criada.
-Esto no está bien-replicó Sophie-No sé el porqué se molesta tanto en querer estar conmigo, joven Alexander.
-No me llames así-le rogó él.
-Tengo que llamarle así.
-No...
                            Alexander era un joven alto y estaba bien desarrollado físicamente hablando. Era rubio y sus ojos eran de color azul.
                            Por su parte, Sophie era una joven rubia, esbelta y bien proporcionada.
                            Alexander no podía apartar la vista de ella. De pronto, Sophie se había convertido en una verdadera belleza.
                             Alexander conocía la historia que había detrás de ella. Lo cierto era que no tenía motivos para presumir. Su padre era el hijo bastardo de una modistilla. Su madre era la hija bastarda de una señorita de buena cuna.
                           Sus orígenes eran tan dudosos como los orígenes de Sophie. Pero, al menos, su familia era rica. El dinero podía tapar algunos orígenes turbios, como solía decir la víbora que le trajo al mundo porque se negaba a pensar en ella como su madre.
                           Si el dinero podía tapar sus orígenes, también podía hacer lo mismo con los orígenes de Sophie. Lo que sentía por aquella joven no tenía nada que ver con el mero deseo carnal. Era un sentimiento que tenía su origen en lo más profundo de su corazón.
                            Le cogió la mano por encima de la mesa.
                            Sophie se sobresaltó.
-¡Está mal!-casi gritó, sobrecogida.
                            Logró soltarse como pudo.
                            Alexander bebió otro sorbo de su taza de té.
                            Sophie no era ninguna arribista, como sí lo había sido su abuela paterna. Sophie quería ganarse la vida trabajando de forma honrada. A sus ojos, aquella virtud le hacía estar cada día que pasaba más enamorado de ella. No le daba miedo admitir lo que sentía realmente por Sophie. La amaba cada día que pasaba más.
-Te amo-le confesó.



                               Sophie pensó en levantarse y salir corriendo del salón.
                               Pensó en taparse los oídos con las manos para no seguir escuchando. Pensó en decirle a Alexander que no podía sentir aquello que decía sentir por ella. Pensó en hacer mil cosas que no hizo. Tan sólo se quedó mirándole con los ojos muy abiertos.
                             No estaba bromeando.
-En el fondo, tú también me amas-añadió Alexander.
                            Sophie quiso desmentir aquella afirmación. Pero estaría mintiendo. Amaba a aquel joven tan bueno y tan amable.
                            Pero no podía ser para ella.
                            Alexander alzó la mano.
                            Acarició con ella las mejillas de Sophie. Se inclinó por encima de la mesa y la besó en una mejilla. La besó en la frente. Y acabó besándola con ternura en los labios.

sábado, 25 de julio de 2015

LIBROS

Hola a todos.
Desde que me alcanza la memoria, me ha encantado leer. Empecé a leer siendo muy pequeña.
Cuando iba a la guardería. La maestra nos sentaba a todos los niños en el suelo cuando nos portábamos bien. Y nos leía un cuento.
Recuerdo que mi abuelo me compraba cuentos troquelados. ¿Qué son los cuentos troquelados?
Son cuentos de escasas páginas. Llevan unas bonitas ilustraciones que acompañan a textos muy cortitos y sencillos. Empecé a leer en la guardería. Recuerdo que leía los libros de Michu. Michu era un gatito que vivía con su mujer y con sus tres hijitos. Me acuerdo de los nombres de los gatitos. Morito, Canelo y Michí. Morito era el mayor.
Canelo era el mediano. Y Michí era el pequeñín de la familia.
Fueron mis compañeros de lectura durante la etapa de guardería. Luego, pasé a leer los cuentos troquelados.
Había historias originales. Pero también había adaptaciones de clásicos.
No sé dónde andarán mis cuentos troquelados. Me mudé de casa hace algún tiempo. No creo que se hayan perdido.
Me gustaría conservarlos. No sé si tendré hijos algún día.
Quiero que ellos los lean. Pasó el tiempo. Me regalaron cuando hice la Primera Comunión un libro. Se llamaba Pegando Brincos Por Ahí. ¡No sé la de veces que lo he leído! Fue el libro que me acompañó durante mucho tiempo.
Me sentía identificada con la protagonista. Al igual que yo, a Anna Simó, la protagonista, le estaba despertando el gusanillo de la escritura.
La acción transcurría en la Barcelona de la postguerra. Anna Simó vivía en un humilde piso con sus padres y con su hermana mayor. Es una niña traviesa, a pesar de que intenta hacer las cosas bien.
De algún modo, se habla de cómo era la vida en esa época. De la represión que se vivía.
Anna Simó estudiaba en un colegio religioso. Y lo pasaba muy mal porque era zurda. Era una época de pura paranoia.
Incluso, se critica el papel de la mujer en la sociedad de ese tiempo. La hermana de la protagonista se echa novio.
Se va a casar con él y, cuando se casen, ella dejará el trabajo para dedicarse a sus labores. Le advierte a su hermana de que es ése el futuro que le aguarda. Pero Anna se rebela. No quiere ser una esclava de nadie. Quiere buscar su vocación. Es decir, buscar aquel trabajo al que dedicará toda su vida.
Prueba muchas cosas. Y, al final, descubre que su verdadera vocación es la escritura.
Una tía suya, enferma, era la que la alentaba a escribir. Le contaba historias que ella plasmaba en una libreta.
Anna se enfrenta a la incomprensión de su familia. No entienden nada de lo que pasa por su mente.
También me sentía identificada con ella en ese aspecto. A fecha de hoy, me ocurre lo mismo que le ocurre a ella con su familia.
No son capaces de comprenderme para nada. Ni de apoyarme. Ni de darme aliento. Y eso me tiene muy triste. No es fácil saber que la gente que debe de apoyarte en primer lugar son los que te dan la espalda.
Pero eso es otra historia. Fui creciendo. Una tarde, encontré en mi casa unos libritos.
Yo tenía unos doce o trece años. Eran novelas románticas.
Antes, había intentado leer una novela de Robin Cook. Creo que se llamaba Tensión. Acabé con dolor de cabeza. Los libritos que encontré en el armario empotrado de mi casa eran de la colección Gaviota. He hablado de ellos en mi blog "Un blog de época". Eran libritos románticos. Pero no eran Harlequín. En esa época, aún no había conocido a los Harlequínes.  Los conocería más adelante. Me llamaron la atención. Y empecé a leerlos.
La colección Gaviota estaba formada por libros románticos. Todos tenían menos de 130 páginas.
Aún así, contaban historias de amor muy intensas mezcladas con diversos asuntos de actualidad (tanto en aquel tiempo como a fecha de hoy). Cómo un secuestro puede afectar a una familia.
Las drogas...La falta de dinero...El volver a enamorarse. Cómo el miedo puede destrozar una relación. Y la lista es larga.
Conocí los libros de Harlequín porque una amiga me prestó dos de ellos. Eran más extensos que los libros de la colección Gaviota. 
Pero rivalizaban en intensidad con éstos últimos. Y, finalmente, con catorce años, llegó la novela que me marcó.
Olivia y Jai llegó a mi vida un día de otoño. Me lo prestaron un viernes por la tarde.



Lo leí de un tirón durante el fin de semana. Fueron las horas más felices de su vida.
Tenía 800 páginas. Ha sido el libro más extenso que he leído en mi vida. Hasta que me prestaron Lo que el viento se llevó. Pero ha sido el libro que más me ha marcado.
He leído otros libros más adelante. Libros que me han encantado, como Cita de amor, de Amanda Quick.
Si tengo que mencionar dos libros que me han llegado al corazón han sido éstos. Olivia y Jai, de Rebecca Ryman.
Y Jane Eyre, de Charlotte Brönte. Los dos transcurren en la misma época. Pero tienen lugar en escenarios distintos. Sin embargo, la intensidad que brota de ambos libros es la misma.
Los personajes masculinos son bastante parecidos. Jai Raventhorne y Edward Rochester podrían estar emparentados. Ambos son muy herméticos. Y tienen una visión un tanto cínica de ver el mundo.
Las protagonistas femeninas, Olivia O' Rourke y Jane Eyre, lo tienen muy claro. Se ponen el mundo por montera. Y le plantan cara a la vida.
La descripción que se hace de los personajes secundarios es muy similar. En el caso de la novela de Charlotte Brönte es bastante caricaturesca. Pero los personajes están muy bien definidos. John Reed y Freddie Birkhurst parecen primos. Los dos son juerguistas. No les importan el daño que se están haciendo así mismos. Y van abocados a la autodestrucción.
Veo a Kinjal y a Bessie muy parecidas en el sentido de que ambas se preocupan por las protagonistas. Kinjal quiere ayudar a Olivia. Bessie quiere ayudar a Jane. Es cierto que Kinjal es una maharaní. Y Bessie es una criada. Pero su manera de obrar es muy similar. Ambas son bondadosas.



Lady Birkhurst me recuerda bastante a Sarah Reed. Es verdad que no es ninguna psicópata como lo es la Reed (a mí me lo pareció). Pero es una mujer fría y algo distante. Parece entender a Olivia, aunque le preocupa más la opinión de los demás que el sufrimiento de Olivia. No me explico el porqué a Olivia llega a caerle bien.
Sorprendentemente, no he encontrado en la novela de Charlotte Brönte a ningún personaje que me recuerde a mi querida Estelle Templewood. A lo mejor, Rosamund Oliver sí podría ser una muy buena Estelle. Pero Rosamund tiene las ideas demasiado claras, aunque parezca lo contrario.
Es una breve historia de los libros que he leído. De los libros que más me han marcado. Tengo treinta y un años. Y sigo siendo una apasionada lectora. Es verdad que los tiempos han cambiado. El e-book está sustituyendo poco a poco al papel. Pero el papel se resiste a morir. Yo creo que van a convivir ambos, e-book y papel durante mucho tiempo.
La emoción que siento cuando abro un libro para leerlo es la misma. Da igual que sea e-book. Da igual que sea papel. Sufro con los personajes.
Vibro con sus historias. Todo eso lo consigue un libro.

viernes, 24 de julio de 2015

¿POR QUÉ ELLOS SÍ Y NOSOTRAS NO?

Hola a todos.
Todos hemos leído novela romántica, da igual si es de época o si es actual.
Curiosamente, se repite el mismo patrón en todas ellas, salvo gloriosas excepciones.
La protagonista, o es virgen o ha tenido pocas experiencias sexuales. Y todas ellas han sido un verdadero desastre.
Entiendo que la protagonista sea virgen en una novela romántica histórica. Era lo que se esperaba de ella. Pero, ¿una protagonista virgen en el siglo XXI? ¿Se lo cree alguien?
En cambio, el hombre se ha acostado con todo bicho viviente. No es ninguna exageración. Da igual que sea novela romántica histórica. O que sea novela romántica actual. El protagonista se ha acostado con todas las mujeres habidas y por haber. Siempre me ha sorprendido que no le haya salido ningún hijo bastardo a ningún protagonista de novela romántica de época. A parte de la marcha atrás o de los célebres preservativos hechos con tripas de cordero, no existían más métodos anticonceptivos. No estaba la píldora. No existía el diafragma. O que no haya enfermado nunca de sífilis. O de gonorrea...
Lo curioso de todo es que vemos esta clase de patrones como algo normal. Incluso, a fecha de hoy, seguimos pensando como hace doscientos años. Si escuchamos hablar de las conquistas de un chico, pensamos que es todo un seductor.
Sin embargo, la cosa cambia cuando escuchamos hablar de las conquistas de una chica. Da igual que sólo haya salido con varios chicos y no haya llegado a nada con ellos.
Pensamos que una cualquiera. Por no decir una palabrota mayor.
Lo malo es que somos nosotras, las mujeres, quiénes pensamos también eso. ¿De verdad podemos tolerar que un tío se acueste con mil mujeres?
¿De verdad se nos hace cuesta arriba pensar que una mujer pueda disfrutar libremente de su sexualidad? De acuerdo, existen los códigos morales. Pero esos códigos morales deben de aplicarse también a los hombres.
¿Por qué tuvo tanto éxito la novela Forastera, de Diana Gabaldon? Era una historia de viajes en el tiempo.
Claire, la protagonista, era una joven que llevaba poco tiempo casada con Frank y disfrutaba de una vida sexual plena con él. Vivían en la década de 1940. Ya había terminado la Segunda Guerra Mundial. Claire viajaba en el tiempo hasta la Escocia del siglo XVIII, donde conocía al sueño de muchas románticas: Jamie Fraser.
Jamie no sólo era un joven muy atractivo y valiente. También era dulce y cariñoso. Era leal con sus amigos. Y era virgen.
Los roles se intercambiaban. Claire tenía experiencia. Jamie era apasionado. Pero...Carecía de esa experiencia sexual. Y Claire se ofrecía a ser su maestra.
Pero, antes de eso, se iban enamorando poco a poco. Es una novela, además de romántica y apasionada, muy dura. Sobre todo, por una espeluznante escena que tiene como protagonista al pobre Jamie y que no quiero spoilear. Era una novela distinta.
De ahí, el gran éxito que tuvo. Nadie se llevó las manos a la cabeza por el simple hecho de que Jamie, el hombre, era virgen y Claire, la mujer, tenía experiencia en las lides amatorias.
¿Por qué no hemos evolucionado nada desde la época en la que Forastera vio por primera vez la luz? Es un misterio sin resolver.

 Y aquí tenemos a Jamie Fraser y a Claire. Son los protagonistas de la saga de Forastera. En la imagen, una foto de los actores que encarnan a estos dos inolvidables personajes. Sí, señores. La novela ha sido adaptada para la televisión. Y convertida en una serie de gran éxito.

martes, 21 de julio de 2015

"ROAR", DE KATY PERRY

Hola a todos.
Aquí os traigo un tema de una cantante que me encanta.
Se trata de la californiana Katy Perry. El tema que os traigo se llama Roar. Es una canción que invita a la reflexión. Habla de cómo una persona puede resurgir de sus cenizas tras una ruptura amorosa. Sobre todo, si la relación que ha mantenido con esa persona ha sido muy difícil. Si esa persona la ha tenido completamente anulada como persona.
Es duro salir de un bache semejante.
Pero se debe de tener en cuenta que sólo puedes contar contigo misma.
Ser tu propio héroe. Es algo que dice la canción.
Sus letras están cargadas de energía. De rabia hacia quién hace daño. De positivismo...Y de amor hacia uno mismo...
Por encima de todo...Por encima de todos...Estás tú mismo.


lunes, 20 de julio de 2015

ILUSIONES ROTAS

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Ilusiones rotas. 
Vamos a recordar el pasado, cuando Sophie y Alexander vivían.
¿Qué pasará?

-Dudo mucho que la guerra llegue hasta aquí, madre-afirmó Sophie.
                           Zayra recordaba.
                          Recordaba a los criados que había antes en la mansión. Estaba Hermann, el mayordomo. Estaba Adele, la otra criada. Estaba mistress Trudy. Era el ama de llaves. Cumplía a la perfección con su deber. Ninguno de ellos estaba ya allí.
                          Estaban todos sentados a la mesa de la cocina. Era la hora de la comida.
                          Zayra había preparado para comer pastel de stargazy. Se lo había servido a mistress Karen y a Alexander, quienes estaban comiendo en el comedor.
-Los alemanes se están matando con el resto de los europeos-añadió Sophie.
-Eso es lo que piensas ahora, niña-replicó Adele.
                           Ellos, como la servidumbre que eran, debían de comer las sobras. Eso era algo que Hermann, Adele, Zayra y mistress Trudy se decían los unos a los otros.
                          Sophie, en cambio, parecía estar en otro lugar.
                          Zayra estaba muy preocupada por su hija. Sophie era una joven que iba camino de convertirse en una solterona.
                          Hasta donde ella sabía, nunca había tenido novio. Era cierto que había pocos chicos viviendo en la isla. Sophie nunca le había hablado acerca de la posibilidad de irse a servir a Londres. Ella quería quedarse en la mansión. Zayra había visto a Alexander demasiado unido a Sophie.
                           Incluso, Adele le había comentado que podía estar interesado en la joven. Zayra sabía bien cómo eran los señores. Ella misma era la hija del patrón que tuvo su madre. Sophie había sido engendrada por uno de los patrones de Zayra, quién la forzó a acostarse con él. La historia no podía repetirse en Sophie.
                         Ella no podía ser tratada como una perra, tal y como le había ocurrido a su abuela y a su madre.



                               Mistress Karen había comprado un televisor no hacía mucho. Todavía no había comenzado la emisión. Decían que iba a retransmitir una obra de teatro por la noche. Su título era Condenado a ser fusilado. Mistress Karen no quiso quedarse a ver dicha obra con Alexander en el salón, donde tenían el televisor.
-Quédate a ver la obra conmigo, Sophie-le pidió el joven-No me gusta ver la televisión solo.
-No creo que esté bien-se inquietó la joven.
-Sólo se trata de ver un poco la televisión. No creo que estemos haciendo nada malo. ¿No te parece?
                            Sophie se sentó en el sofá al lado de Alexander. Le parecía raro aquel invento.
-Nunca ves la televisión-observó el joven.
-Son imágenes en movimiento. Pero vienen de lejos.
-Es como tener el cine en casa.
                            Sophie esbozó una sonrisa. Últimamente, la presencia de Alexander la ponía nerviosa. Trató de relajarse.
                            Procuró prestar atención a la voz en off que iba contando la historia. Pero Alexander estaba cerca de ella.
                            La obra duró cerca de veinte minutos. El final fue con el protagonista ante un pelotón de fusilamiento.
                             Para entonces, Alexander se había acerca mucho a Sophie.
                            Cuando la joven quiso darse cuenta, él la estaba besando de lleno en la boca. El primer beso de amor que ambos se daban.

domingo, 19 de julio de 2015

CIERRE DE BLOGS

Hola a todos.
Muchas veces, he pensado en ir cerrando todos los blogs que tengo abiertos y quedarme sólo con mi blog principal, "Un blog de época".
¿Cuándo ocurrirá eso?
De momento, no sé cuándo empezaré a cerrar blogs. Tengo historias a medio acabar en ellos.
Además, pienso que los blogs son como los seres vivos. Tienen que cumplir su ciclo vital. Los seres vivos nacen. Los blogs se crean y sus comienzos son difíciles. No sabes la repercusión que vas a tener. No sabes si lo que vas a subir vale la pena. Y, luego, van creciendo con las entradas, con las lecturas y con los comentarios.
Del mismo modo ocurre con los seres vivos. Crecen gracias al alimento que toman. Pero van ganando en experiencia y en madurez con los sucesos que viven. Con lo que experimentan. Y pasa el tiempo.
Las personas mueren. Los blogs se cierran.
Es algo inevitable. Yo no sé cuándo me voy a morir. Y espero vivir muchos años, aunque eso nunca se sabe.
Y tampoco sé cuándo voy a cerrar mis blogs. De momento, quiero terminar todo lo que tengo a medias en ellos.



Después, ya se verá.
Poco a poco, quiero terminar las tres historias que tengo a medio acabar aquí. De momento, me centraré en la más corta de ellas, Ilusiones rotas. Es una historia corta. Pero también es una historia dramática.
Habla del amor. Pero también habla de las desgracias que la guerra trae consigo.

sábado, 18 de julio de 2015

ILUSIONES ROTAS

Hola a todos.
He decidido volcarme de lleno en esta historia.
Es una historia más dramática que romántica porque se recrea la historia de una pareja que ha muerto. Una pareja que sólo ha podido reunirse en el Más Allá porque han sido separados por la crueldad de la guerra. Una historia donde se viaja al pasado y se recrea lo que fueron sus vidas antes de la separación de su vida. La guerra destroza muchas ilusiones, aunque, por suerte, no mata al verdadero amor.
Veamos qué ocurre en este fragmento.

-Tienes que comer, Zayra-le instó mistress Karen a su hermanastra-Vas a acabar enfermando.
                            A mistress Karen le parecía raro estar en la cocina cenando. Zayra era la única criada que quedaba a su servicio.
                             Todavía recordaba a la niña descarada que empezó a servir en su casa. En aquella época, mistress Karen jamás imaginó que se tratara de su hermana. Sophie conocía aquella historia. Bromeaba mientras barría y decía que la historia de aquella familia podía dar mucho de sí. Podía convertirse en el guión de alguna radionovela.
                          Zayra y mistress Karen se habían quedado solas. Los criados que la familia había tenido se habían ido hacía mucho tiempo. Mistress Karen no tenía dinero para mantenerlos.
-No tengo hambre-se negó Zayra.
                         Había preparado para cenar salchichas con puré de patata. Mistress Karen se obligó así misma a comer.
-A Sophie no le gustaría verte en ese estado-insistió la dama-Tienes que comer, Zayra. Piensa que lo haces por ella.
                        Las lágrimas rodaron por las mejillas de la criada. Naturalmente, debían de fingir cuando estaban solas. Pero hacía mucho tiempo que no iba nadie a visitarlas.
-Ninguno de los dos está aquí-se lamentó Zayra.
-Yo quiero pensar que sí que están aquí-replicó mistress Karen.
-¡Están muerto!
-Sus espíritus no han muerto.
                          La mente de Zayra voló atrás en el tiempo.
-De estar vivos-se lamentó-Las cosas serían distintas.
                          Recordó los inicios de aquella historia de amor. Le parecía algo que iba contra natura. Le había pasado a su madre, que se enredó con el señor de la casa en la que trabajaba como sirvienta.
                          Le pasó a ella, víctima de los abusos que sufrió por parte de su señor, el marido de mistress Karen. Sin embargo, la historia de amor entre Sophie y Alexander era distinta. Alexander no era como el hombre que engendró a Zayra.
                         No era como el hombre que engendró a Sophie. Era un verdadero caballero. Era un joven inteligente. Pero también era amable.
-Cometieron el error de enamorarse-añadió Zayra con tristeza-No debieron de haberlo hecho. ¡Mira que se lo dije a Sophie!
                         Un sollozo brotó de la garganta de Zayra. Recordaba los primeros días de aquella historia de amor. Sophie se sinceró con su madre.
                        Le contó que se había enamorado del joven Alexander. Zayra pensó que su hija se había vuelto loca.
                        Los vio abrazados en el hueco de la escalera en más de una ocasión. La gente les veía pasear cogidos de la mano por la orilla del río Támesis. Se besaban por los rincones de la casa.
-Alex me manifestó su deseo de casarse con tu hija-le contó mistress Karen a Zayra-Lo más parecido que ha tenido a una madre he sido yo. Intenté no pensar que era también el hijo de la asesina de mi pequeño Ferdinand. Sólo quería pensar que llevaba la sangre del único hombre al que he amado en toda mi vida.
-¡Karen, yo pensaba que sólo buscaba hacerle daño a mi niña!-se justificó así misma la criada.
                         Tarde se enteró de que Sophie se había dejado llevar por la pasión. Se había entregado a Alexander.
                         Él bajó al sótano una noche. Sólo quería estar con ella.
                         Ocurrió más veces en las que Sophie no pensó en nada.
                         Sólo sintió a Alexander besando con arrebato su cuello. Besándola con pasión en los labios.
                          Alexander quería al hijo que engendró con Sophie. En sus cartas, hablaba del pequeño con todo el amor que un padre le profesa a un hijo. Insistía en su deseo de casarse con Sophie.
                          Zayra no sabía leer, de modo que era mistress Karen quién le leía en voz alta aquellas misivas. Eran las cartas de un hombre enamorado. Zayra lloraba amargamente al recordar las dos vidas que se habían truncado.
                        Tres vidas...En realidad...



-De no ser porque a Alex lo mandaron al frente, se habrían casado-recordó mistress Karen con tristeza-Les oí hablar de fugarse juntos para casarse.
-¿Tan dispuesto estaba a todo por mi hija?-se sorprendió Zayra.
-Alex no tenía que rendir cuentas ante nadie. No tenía familia. Sólo la tenía a ella.
-Eso no lo supe entender.

viernes, 17 de julio de 2015

ILUSIONES ROTAS

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Ilusiones rotas. 
El fragmento de hoy es muy triste y tiene que ver con el protagonista, Alexander.
¡Veamos qué ocurre!

                                  Todo era confusión a su alrededor. Alexander recordaba haber estado avanzando bajo un Sol de justicia.
                                  ¿De verdad hacía tanto Sol en la ciudad de Witten? Era donde había ido a parar con su contingente.
                                Sin embargo, el Sol no tardó en desaparecer. Las granadas al estallar lo hicieron desaparecer.
                              De pronto, lo único que escuchaba Alexander era el sonido de los disparos. El ruido de las explosiones de las granadas...
                              El olor de la sangre derramada perturbó sus sentidos. Escuchaba a soldados gritar al ser heridos. Él debía de disparar contra los enemigos. Debía de regresar a casa para estar con Sophie.
                             El pensar en ella le distrajo. ¿Habría nacido ya su hijo?
                             Sólo sintió un agudo dolor en su pecho.
                             Alexander se detuvo en seco. Podía sentir cómo la sangre manaba del interior de su cuerpo. Una bala le había alcanzado de lleno.
                             Un soldado alemán le había herido. Pero, a lo mejor, también podía haberle herido uno de sus compañeros. En medio de aquel Infierno, los rostros de desdibujaban. Los soldados disparaban de forma alocada, dando igual a quién herían porque no reconocían a nadie.
                             Sus rodillas se doblaron y Alexander cayó al suelo. Quiso gritar pidiendo socorro. ¡No podía morir!
                             Debía de regresar a casa. Sophie y su hijo le estaban esperando. De pronto, una figura vestida de blanco se acercó a él.
                             Era un niño de corta edad. Alexander tuvo la sensación de que le había visto antes. Pero no podía recordar quién era. ¿Qué estaba haciendo aquel niño en medio de aquella locura? La oscuridad le envolvía.
                             Sin embargo, aquel niño parecía brillar en medio de la oscuridad. Se acercó a un cada vez más débil Alexander. Le dedicó una sonrisa radiante.
-Me llamo Ferdinand-se presentó.
                          Alexander conocía a un niño que se llamaba así. Ferdinand...Era el hijo de mistress Karen. Sabía que su padre y mistress Karen habían tenido una relación en el pasado. Fruto de aquella relación nació el pequeño Ferdinand, muerto a la edad de seis años. Alexander escuchó el rumor de que su madre fue la que mató a aquel pequeño envenenándole.
-Somos hermanos-pudo decir el joven herido.
-Tenemos una familia de lo más peculiar-le aseguró Ferdinand-Pero quiero llevarte donde está ella.
-¿Ella?
-Sophie...Y un ángel...Vuestro hijo...



jueves, 16 de julio de 2015

EL SIN SENTIDO DE LA GUERRA

Hola a todos.
Hoy, me gustaría hablaros acerca de las guerras.
Desde que existe la Humanidad, existe también la guerra. Nos dejamos llevar por la violencia. Es como si dejáramos de ser personas. Nos convertimos en otra cosa. En seres irracionales...Salvajes...
Las guerras han existido desde siempre. No son un problema de hoy en día. Las guerras traen consigo la destrucción. Llevan a la muerte a miles de personas, de todas las edades. Traen consigo hambre. Enfermedad...
Pero también traen consigo dolor. No existen héroes en la guerra. Tan sólo existen personas que se convierten en máquinas de matar. No caben los sentimientos.
Al menos, no en las personas que están combatiendo. Pero también están los otros. Las familias de esas personas...
Familias de soldados que están peleando en el frente. Familias de personas que han sido asesinadas. Esas personas son las que más sufren. Les cuesta trabajo entender lo que está pasando.
Rezan para que sus seres queridos regresen pronto a casa y vuelvan sanos y salvos. Pero, por el otro lado, están pensando que ese hijo, ese nieto, ese marido, ese novio, ese hermano, ese primo o ese tío ya no es la persona que conocieron.
Se ha convertido en un asesino. Por el otro lado, las familias de las personas que mueren asesinadas durante la guerra no entienden qué es lo que ha pasado. Sus vidas han cambiado de un modo radical. ¿Por qué les están atacando?
Todo el mundo es víctima durante la guerra. No hay otra cosa más que asesinos.
Los soldados parecen olvidarse de su sentido común. Se cometen verdaderas atrocidades. ¿Cómo pueden volver a casa y continuar sus vidas como si nada hubiera pasado?
¡Pero sí ha pasado! ¡Ya no pueden seguir siendo como eran antes! Algo ha cambiado en ellos. Algo en su interior ha muerto.
Lo peor de todo es que este sin sentido. La barbarie que traen consigo las guerras siguen produciéndose. La paz ansiada nunca llega. No llegará nunca.
Lamento ser tan pesimista, pero así es como lo siento.

miércoles, 15 de julio de 2015

ILUSIONES ROTAS

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Ilusiones rotas. 
Vamos a ver lo que le ocurre a mistress Karen y a Zayra.

                             Sophie había sido enterrada en el pequeño cementerio de la isla.
-¿Qué va a ser de mí ahora?-se lamentó Zayra.
-Hemos de intentar ser fuertes-contestó mistress Karen con voz cansada-Hemos recibido una carta de un compañero de Alexander. Nos quedará el consuelo de saber que no sufrió.
-¡También está muerto!
                          Las dos mujeres estaban en el pequeño cementerio de la isla.
                         Zayra estaba rota de dolor. La muerte de su única hija la había hecho derrumbarse.
-Mi nieto...-balbuceó la mujer.
                         Mistress Karen sabía lo que era perder a su único hijo. Podía ponerse en el lugar de Zayra.
-Ahora, es un ángel más-afirmó.
-¡No quiero que sea un ángel más!-se rebeló Zayra-Tendría que estar vivo.
                         La guerra estaba durando demasiado. Ya habían vivido una guerra cuando eran jóvenes. ¿Acaso todo el mundo pretendía matarse entre sí?
-Es curioso-murmuró Zayra, pero mistress Karen la oyó.
-¿El qué te parece curioso?-se interesó la mujer.
-La vida discurre de una forma muy extraña. Tú y yo somos hermanas, hijas del mismo hombre. Pero hemos crecido separadas.
-Culpa a nuestro padre por las cosas que hizo.
-Mi hija...Se enamoró del joven Alexander. Él también la amó. Yo sé que la amaba de verdad. De estar vivo, habría desertado. Habría venido a buscarla.
-Jamás habría desertado.
-Hermana, eso no lo sabes.
                           Hacía dos días que habían recibido la noticia de que Alexander había muerto. Dos días en los que Zayra había luchado por no echarse a llorar. Sus restos iban a ser repatriados a Inglaterra.
                           Alexander había muerto pensando que Sophie estaba viva. Que regresaría a casa para conocer a su hijo y casarse con ella.
                           Por desgracia, eso nunca ocurriría. Los finales felices no existían en tiempos de guerra. Era algo que tanto mistress Karen como Zayra sabían de sobra.
                           Una lápida de mármol recordaba el lugar donde descansaban los restos mortales de Sophie. Su hijo había sido enterrado con ella. Se llamaba Alexander. Igual que su padre...
                           Mistress Karen rompió a llorar. Eran demasiadas desgracias las que había vivido en tan poco tiempo. Le prometió a Zayra que Alexander sería enterrado allí. En la misma tumba donde descansaban Sophie y el hijo que no llegó a llorar.
                         Un sollozo brotó de la dolorida garganta de Zayra.
-Prométemelo-le rogó a mistress Karen-Quiero que estén juntos por toda la Eternidad. Quiero recordar los buenos momentos que pasaron juntos. ¡Esta locura no puede durar eternamente!
-Te lo prometo-le aseguró la mujer-Regresemos a casa.
-Están a punto de sonar las alarmas. ¡Han destrozado una casa! ¡Han muerto dos de nuestros vecinos!




martes, 14 de julio de 2015

LEYENDO "AGNES GREY"

Hola a todos.
Hace algún tiempo, leí una novela que me pareció la más realista de todas las novelas de institutrices que he leído a lo largo de mi vida como lectora de novela romántica.
Se trata de Agnes Grey. Su autora es la malograda Anne Brönte. Es una novela que estoy disfrutando nuevamente. He querido volver a leerla. Y las sensaciones que experimenté la primera vez que la leí están siendo superadas.
Agnes es la hija de un pastor anglicano. Debido a una mala inversión de su padre, su familia está en la ruina. ¿No os suena familiar?
Agnes consigue un trabajo como institutriz para una adinerada familia. Es una joven que ha recibido una buena educación. Sólo ve ésa salida para mantener a su familia.
Alguien podría esperar la aparición del aristócrata de turno. El duque/marqués/conde/vizconde que llegue. Vea a la protagonista. Y abandone su antigua vida de libertino por amor a ella. Sin embargo, esta novela es una hija de su tiempo.
Fue publicada en el año 1845. En la vida de Agnes no hay lugar para un hombre de esas características. Es una historia muy realista sobre cómo es la vida de una institutriz.
No hay jefas que ven a la institutriz como una amiga y una confidente. No hay niños adorables que llegan a querer a Agnes más que a su madre. No hay nada de eso.
Lo que sí que hay son familias que parecen disfrutar haciéndose valer por encima de los demás. Humillando a quiénes no son como ellos. Agnes tiene que tragar demasiada bilis para poder mantener el trabajo y ayudar económicamente a su familia. Es una novela que refleja demasiado bien cómo era la vida de la institutrices en la época victoriana. Era una vida de mucho sacrificio y de mucho esfuerzo. De hacer un ejercicio de contención. De no estallar ante una situación injusta.
Agnes tiene un final feliz. Pero en su vida no aparece un aristócrata. Sí aparece un joven encantador.
Se llama Weston. Es el auxiliar del párroco de su parroquia.
No es un joven rico. No tiene un título, pero Agnes lo ama igualmente.
Os animo a que leáis esta novela porque es distinta. Porque refleja muy bien la vida de las institutrices. Cómo era su verdadera relación con las familias para las que trabajaba. No hay niños adorables que adoren a su institutriz. No hay aristócratas libertinos que cambian por amor. En cambio, sí ofrece un retrato de la época. Duro...
Pero certero...Os invito a que conozcáis a Agnes Grey.

 Portada de Agnes Grey, de Anne Brönte.

jueves, 9 de julio de 2015

VERANO

Hola a todos.
Hace un calor sofocante. Un calor que recorre todo el continente europeo. Enlazamos, como he dicho en una entrada hecha en otro de mis blogs, una ola de calor tras otra. Apenas ha empezado el mes de Julio. ¿Vamos a seguir así todo el verano? ¿Es normal que tengamos tantas olas de calor seguidas?
Lo cierto es que el verano significa que hace mucho calor. Hemos de evitar las horas centrales del día para salir.
No siempre podemos evitar salir a la calle en las horas centrales del día. Por eso, se nos recomienda que vistamos con ropas claras y cómodas. Que bebamos mucha agua. Incluso, se nos aconseja cómo dormir.
No se puede conciliar el sueño en estas noches de calor. El termómetro supera los 30ºC por las noches. ¿Esto es normal?
Puede que sea normal. Se nos recomienda que durmamos lo más cerca posible del suelo. Que no durmamos acompañados.
El verano, a pesar de la creencia popular, no es época para el amor. No es romántico dormir al lado de una persona cuando estamos sudando la gota gorda. El ventilador ha de permanecer encendido casi toda la noche. Lo mismo que el aire acondicionado.
¿Es normal dormir así? ¿Es normal que nos estemos asando de calor? ¿Es normal que aparezcan en los termómetros de las calles temperaturas que rozan lo imposible? Un termómetro marcaba no hace tanto los 49ºC en una ciudad del sur de España. Se vio en el telediario.
Ni se puede uno bañar en la playa siquiera. Te asas.
¿Nos sigue pareciendo normal? Sí, es normal porque estamos en verano. O queremos pensar que es normal, ya que ni queremos pensar en el calentamiento globla. En el que el planeta se está destruyendo poco a poco. Por eso, intentamos pensar que tantas olas de calor seguidas, aunque sean algo absurdo, son normales.
Pero, muy en el fondo, sabemos que no son normales. Algo no marcha bien y nuestro fuero interno lo sabe.



Sí...El termómetro que aparece en la foto marca los 50ºC.

lunes, 6 de julio de 2015

FRAGMENTO DE "NIEBLA"

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros este fragmento de la novela Niebla, de Miguel de Unamuno.
Más que una novela, es una reflexión que se hace sobre la vida a través de los ojos y de las vivencias de su protagonista, Augusto.
Lo curioso de todo es que Augusto traba relación con el propio Unamuno. Una relación bastante peculiar a mi juicio...Un personaje dialoga con su creador sobre lo que está haciendo con su vida.

“Casi todos los hombre nos aburrimos inconcientemente. El aburrimiento es el fondo de la vida, y el aburrimiento es el que ha inventado los juegos, las distracciones, las novelas y el amor. La niebla de la vida rezuma un dulce aburrimiento, licor agridulce.” 

 Portada de la novela Niebla. 

domingo, 5 de julio de 2015

FRANCIE Y JOSIE

Hola a todos.
El año pasado, entre otras historias que terminé, terminé una novela corta que transcurre en Escocia. No, no es una novela de highlanders, sino una novela que transcurre en el Glasgow de 1970. Su protagonista, Katherine, es una joven de familia adinerada y con mucho carácter que rompe con todo y se va a vivir ella sola a la ciudad de Glasgow. Encuentra un piso en el que vivir, un trabajo y algún que otro romance.
Había momentos en los que la protagonista escuchaba música o veía la televisión y no me servía decir sólo que oía música o que veía la tele. Quería saber qué clase de música podía ver o qué canal podía ver y lo que se emitía en ese canal en esa época.
Y me topé con este dúo cómico escocés.
The Francie and Josie show es un programa de humor que se emitió durante cerca de diez años en Scottish Television.
Francie era un tipo sencillo que podía aparentar ser algo tonto. En cambio, Josie iba de listo y pecaba de pedante. Casi siempre, era Francie el que dejaba en ridículo a Josie porque, a pesar de su pedantería, era bastante más tonto que su compañero. De ahí, la comedia del programa.
Su estilo recuerda mucho a A bit of Fry and Laurie o a nuestros Cruz y Raya. Pero saben usar a la perfección el binomio gracioso-augusto.
Para sacar esta información, tuve que usar el traductor de Google porque la información que venía de este programa en la Wikipedia venía en inglés.

  El dúo cómico escocés Francie y Josie.



miércoles, 1 de julio de 2015

UNA FRASE MUY CERTERA DE PAULO COELHO

Hola a todos.
Hoy, me gustaría compartir con vosotros una frase muy cierta del escritor portugués Paulo Coelho. 
Escritor, filósofo y articulista. 
Sus novelas guardan una reflexión sobre la vida y una enseñanza sobre cómo hemos de tomárnosla. 
Mi novela favorita fue la descarnada Once minutos. 
La frase es la siguiente:

"Lo que piensen los demás de ti no es tu problema". 

Es verdad. 
No hemos de vivir pendientes de lo que los demás digan o piensen sobre nosotros porque, entonces, no podríamos vivir en paz con nosotros mismos.