miércoles, 15 de julio de 2015

ILUSIONES ROTAS

Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Ilusiones rotas. 
Vamos a ver lo que le ocurre a mistress Karen y a Zayra.

                             Sophie había sido enterrada en el pequeño cementerio de la isla.
-¿Qué va a ser de mí ahora?-se lamentó Zayra.
-Hemos de intentar ser fuertes-contestó mistress Karen con voz cansada-Hemos recibido una carta de un compañero de Alexander. Nos quedará el consuelo de saber que no sufrió.
-¡También está muerto!
                          Las dos mujeres estaban en el pequeño cementerio de la isla.
                         Zayra estaba rota de dolor. La muerte de su única hija la había hecho derrumbarse.
-Mi nieto...-balbuceó la mujer.
                         Mistress Karen sabía lo que era perder a su único hijo. Podía ponerse en el lugar de Zayra.
-Ahora, es un ángel más-afirmó.
-¡No quiero que sea un ángel más!-se rebeló Zayra-Tendría que estar vivo.
                         La guerra estaba durando demasiado. Ya habían vivido una guerra cuando eran jóvenes. ¿Acaso todo el mundo pretendía matarse entre sí?
-Es curioso-murmuró Zayra, pero mistress Karen la oyó.
-¿El qué te parece curioso?-se interesó la mujer.
-La vida discurre de una forma muy extraña. Tú y yo somos hermanas, hijas del mismo hombre. Pero hemos crecido separadas.
-Culpa a nuestro padre por las cosas que hizo.
-Mi hija...Se enamoró del joven Alexander. Él también la amó. Yo sé que la amaba de verdad. De estar vivo, habría desertado. Habría venido a buscarla.
-Jamás habría desertado.
-Hermana, eso no lo sabes.
                           Hacía dos días que habían recibido la noticia de que Alexander había muerto. Dos días en los que Zayra había luchado por no echarse a llorar. Sus restos iban a ser repatriados a Inglaterra.
                           Alexander había muerto pensando que Sophie estaba viva. Que regresaría a casa para conocer a su hijo y casarse con ella.
                           Por desgracia, eso nunca ocurriría. Los finales felices no existían en tiempos de guerra. Era algo que tanto mistress Karen como Zayra sabían de sobra.
                           Una lápida de mármol recordaba el lugar donde descansaban los restos mortales de Sophie. Su hijo había sido enterrado con ella. Se llamaba Alexander. Igual que su padre...
                           Mistress Karen rompió a llorar. Eran demasiadas desgracias las que había vivido en tan poco tiempo. Le prometió a Zayra que Alexander sería enterrado allí. En la misma tumba donde descansaban Sophie y el hijo que no llegó a llorar.
                         Un sollozo brotó de la dolorida garganta de Zayra.
-Prométemelo-le rogó a mistress Karen-Quiero que estén juntos por toda la Eternidad. Quiero recordar los buenos momentos que pasaron juntos. ¡Esta locura no puede durar eternamente!
-Te lo prometo-le aseguró la mujer-Regresemos a casa.
-Están a punto de sonar las alarmas. ¡Han destrozado una casa! ¡Han muerto dos de nuestros vecinos!




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