sábado, 21 de septiembre de 2013

A GUISA DE PRÓLOGO DE "DARTMOOR HALL"

Hola a todos.
Hoy, empiezo a subir poco a poco fragmentos de Dartmoor Hall, una de mis historias de adolescente.
El fragmento de hoy es algo corto, pero sirve como prólogo.
Entre mi deseo de terminar cuanto antes posible de subir a mi blog "Un blog de época" mi relato corto De la amistad al amor y que hoy hay fiestas en mi ciudad natal (es el primer año que se celebra algo conocido como las Prefiestas, algo así como la antesala para las fiestas de la Virgen del Rosario, nuestra Patrona), no he podido subir un trozo más grande. Pero prometo que lo haré mañana.
¡Ojala os guste!

                             Corría el año 1860.
                             Melanie Leicester vivía en la isla de Brecqhou. Tenía diecisiete años. El curso estaba transcurriendo de manera tranquila. Iba a una Escuela Para Señoritas que se encontraba en la isla.
                             Melanie poseía un carácter bastante alegre. Vivía con sus padres en la isla. El matrimonio Leicester sólo tenía una hija. La querían mucho. Deseaban que fuera feliz. Pero también eran conscientes de las ventajas que supondría para Melanie hacer un buen matrimonio. La mejor amiga de la chica, Alexandra, había decidido abandonar la Escuela apenas un año antes. Alexandra era un año mayor que Melanie. Pero las dos habían estado muy unidas desde que Melanie empezó a estudiar allí. Alexandra le contó a su amiga que no quería ser presentada en sociedad. Ella quería ser monja. Sentía que su vocación religiosa era auténtica.
                          El curso se le estaba haciendo eterno a Melanie. Las cartas que recibía de Alexandra con regularidad no le servían de mucho. La echaba de menos. Aquel verano, Melanie tenía previsto ir a visitarla al convento en el que vivía. Ya era postulante.
                        El verano estaba a la vuelta de la esquina. El curso estaba a punto de terminar.
                        Melanie se esforzaba en sacar buenas notas. Sus profesoras decían de ella que era muy inteligente. Además, era una chica muy inteligente. Melanie se estaba preparando para pasar un verano muy tranquilo.
                       Su vida transcurría de manera tranquila.
                       Melanie creía que las historias de amor apasionado sólo existían en los libros. No estaban hechas para las chicas que eran como era ella. Le gustaba quedarse en casa. Pero también tenía sus sueños.
 

1 comentario:

  1. Otra vez me tienes enganchada a una de tus lectura. Un precioso prólogo que anticipa una gran historia!!!

    Besos!!

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