lunes, 15 de abril de 2013

BERKLEY MANOR (EDITADO)

Hola a todos.
Hoy, vamos a seguir con un nuevo capítulo de Berkley Manor. 
Las cosas han cambiado entre Chris y Melanie. Nada volverá a ser igual.

                 Las voces de personas que estaban en el primer piso les hizo separarse.
                 Melanie se apartó de Chris, roja de vergüenza. Sentía los labios hinchados por el beso que se habían dado.
                 Casi todos los invitados se estaban marchando.
-¿Qué vamos a hacer aquí?-se preguntaban en voz alta.
                 Los criados bajaban por la escalera cargados con baúles y con maletas.
                Melanie contempló la escena con estupor y con rabia. Durante algo más de media hora, vio a gente bajando por la escalera.
                Oyó cómo se cerraban las portezuelas de los carruajes. Aquellas personas se decían los unos a los otros que no pintaban ya nada en Berkley Manor. No había diversiones porque todas se habían cancelado. De modo que regresaban a sus casas. Tenían la sensación de haber ido a perder el tiempo.
                Eleanor bajó la escalera cuando toda aquella riada de gente se marchó.
-¿Has visto?-le increpó Melanie.
-Que se vayan-contestó Eleanor.
                 Se acercó a Melanie. En su opinión, creía que la reacción de su amiga era un tanto exagerada.
-De todos modos, lady Christine no va a salir de su habitación-le contó-Su doncella me ha contado que tiene un poco de fiebre.
-Habrá que avisar al médico-sugirió Chris.
                   Eleanor negó con la cabeza. La causa de la enfermedad de lady Christine tenía más que ver con el dolor que con otra cosa.
                    Percibió que algo raro había pasado entre Melanie y el joven vicario. Melanie estaba toda ruborizada. Y Christopher Christian Pemberton estaba algo nervioso.
-¿Va todo bien?-inquirió.
-¿Eh?-se sobresaltó Chris-Sí...
-¿He interrumpido algo?
-No...-susurró Melanie-No...No...
                  Eleanor tenía alguna experiencia en las relaciones amorosas secretas.
-Bueno...-se limitó a contestar.
                  Se sintió como una estúpida. Percibía que había algo entre Melanie y el vicario. Lo veía en los gestos de ambos. Sin embargo, no sabía cómo abordar el tema con Melanie. Eran amigas. Pero no se habían hecho nunca confidencias.
                 Eleanor tenía cierta experiencia en asuntos amorosos. Todavía era virgen. Pero era virgen porque tenía miedo al acto en sí. Sin embargo...Deseaba tener un hijo. Un hijo...Engendrado por el hombre que ella amaba. Eleanor se ruborizó con aquel pensamiento. Sabía lo que era recibir un beso largo y apasionado del hombre del que estaba enamorada.
-Voy al comedor-decidió-Te espero allí.
-¿Va a bajar Su Excelencia?-inquirió Melanie.
-Está descansando. Le dolía un poco la cabeza. Me lo ha comentado su ayudante de cámara.
-Voy enseguida contigo. ¿Dónde está Victoria?
-Ha pasado mala noche. Bajará dentro de un rato.
               


                         Eleanor se retiró al comedor. Dejó a Melanie y a Chris solos en el recibidor. Él no sabía cómo comportarse delante de aquella chica. De pronto, para su sorpresa, Melanie le echó los brazos alrededor del cuello. Le estampó un beso en la boca que le dejó de piedra.
                      Luego, Melanie echó a correr en dirección al comedor. Su comportamiento de los últimos días la estaba asustando. ¡Ella no era así! ¡Nunca había hecho esas cosas!
                      Un rato después, Melanie sintió cómo le temblaba la mano cuando vertió la leche caliente en una taza de porcelana. Eleanor le dio un mordisco a su tostada untada con mantequilla. Se puso a hablar con Melanie de temas intranscendentales. Parecía que no quería mencionar lo que había visto. O lo que estaba pasando.
-Te noto rara-observó Eleanor.
-¿Por qué lo dices?-le preguntó Melanie.
                   Bebió un sorbo de su taza de leche.
-Esta casa acabará convirtiéndose en un mausoleo-auguró Eleanor.
-El golpe que han recibido los duques ha sido durísimo-le recordó Melanie-La gente escapa del dolor. No quieren estar con gente que está sufriendo. Los que se han ido son unos egoístas.
                 Eleanor pensó que su amiga tenía razón. El dolor repelía a la gente.
                 Ella no habría querido ir al entierro del pequeño Toby.
                 Le habría gustado ir de cacería. Le habría gustado estar preparándose para asistir a un baile. Pero había acabado yendo a la Iglesia de Saint Agnes para decirle adiós a un niño. A un niño que estaba empezando a vivir.
-¿Y qué te ocurre?-volvió a la carga-He visto algo raro esta mañana. Entre el vicario y tú...
                  Melanie le dio un mordisco a su tostada untada con mantequilla. Estuvo a punto de atragantarse cuando escuchó hablar a Eleanor. ¿Qué había visto su amiga? ¿Qué estaría pensando?
-¡Te lo habrás imaginado!-mintió.
                   Pocas eran las veces que Melanie había mentido.
-No soy ciega-insistió Eleanor-Y el vicario es un joven muy apuesto.
-Me gusta hablar con él-admitió Melanie.
-¿Sólo te gusta hablar con él?
-¿Acaso he hecho algo más?
-No sé nada. Y tú eres libre de contarme lo que quieras.
-Exacto...Soy libre de contarte lo que quiera.
                 Melanie y Eleanor siguieron desayunando en silencio. Todo les parecía raro. Estaban desayunando las dos solas en una casa que no era la suya. De vez en cuando, escuchaban los sollozos lastimeros de alguna criada. El fantasma del pequeño Toby estaba en todas partes. Nunca se iría del todo de aquella mansión.

5 comentarios:

  1. Tienes razón, las cosas se han puesto muy delicadas entre Chris y Melanie, y por allí que algunos también lo notan. Qué interesante está, ¿qué pasará ahora?

    Besos.

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    1. La cosa está que arde entre Chris y Melanie. Y Eleanor no es ninguna tonta.
      Te invito a que sigas leyendo.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Hola Lilian, buenas noches,
    pinche bruja metiche es esa Eleonor =)
    ahora voy por la nueva entrada...
    un cálido abrazo

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  3. Parece lógico que Eleanor sospeche acerca de Melanie y Chris, además teniendo en cuenta que habrá poco que hacer en la mansión, con sus dueños de luto por su pequeño hijo...me gustan esos gestos espontáneos de nuestra protagonista.
    Qué ricas se ven las tostadas, es mermelada de tomate?
    Sigo...

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  4. Casi, casi que los pillan. Es encantador el comportamiento de Melanie, solo espero que su inexperiencia no la lleve a cometer errores que pueda lamentar con posterioridad.

    Un beso.

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