miércoles, 17 de abril de 2013

BERKLEY MANOR (EDITADO)

Hola a todos.
El fragmento de hoy de Berkley Manor es un poco más alegre que el de ayer. Espero que os guste.

                    Victoria se asomó tras los cristales de la ventana de la habitación que tenía asignada.
                     Eleanor tenía que dormir en otra habitación.
                     Era una situación nueva para las dos hermanas.
                     Compartían habitación en su casa. Pero, en aquel lugar desconocido, tenían que dormir separadas. Victoria tenía unas profundas ojeras alrededor de sus ojos.
                     Era la primera vez que dormía fuera de casa. No me acostumbraré nunca, pensó Victoria.
                     Pensar en Londres no terminaba de gustarle.
                     Victoria no pensaba regresar a su casa sin su hermana. Pero Eleanor había decidido quedarse. Y Victoria se sentía incómoda en aquella gran mansión donde reinaba el silencio.
                     Vio al cochero de sus padres, Justin, en el jardín.
                     Hacía algunos meses que había empezado a trabajar para ellos.
                     Se trataba de un joven que era apenas un par de años mayor que Eleanor. No se le conocían aventuras amorosas. Cumplía con su trabajo con la mayor de las discreciones.
                     Victoria se fijó en que Justin estaba dando vueltas por el jardín. Parecía que estaba esperando a alguien. Se preguntó si tendría alguna amante entre la servidumbre de Berkley Manor. Lo dudaba.
                    Victoria vio cómo su hermana Eleanor se acercaba corriendo hasta el lugar donde estaba Justin. Victoria no podía creerse lo que vio a continuación. Eleanor y Justin se fundieron en un apasionado beso.
                      Victoria se apartó a toda prisa de la ventana.
                       ¿Acaso Eleanor y Justin eran amantes?, se preguntó. Empezó a pasearse de un lado a otro de la habitación con nerviosismo. Victoria no se había dado cuenta de nada. Luego, recordó que Eleanor nunca le contaba nada. Todo lo que le pasaba se lo guardaba para sí.
                      Victoria se dejó caer en la cama. ¿Qué tengo que hacer?, se preguntó así misma. ¿Hablo con Ellie? ¿Lograré que se sincere conmigo?



                      En aquel momento, alguien llamó a la puerta. Victoria fue a abrir. Era Melanie.
-Hola, Vicky-la saludó.
                     Victoria no le devolvió el saludo.
                     Acababa de levantarse. Había pasado una noche realmente mala. Había sufrido muchas pesadillas. La cercanía de la Muerte la asustaba. Le recordaba su propia mortalidad.
                    Victoria llevaba puesto tan sólo el camisón. Se puso una bata encima de él. Melanie empezó a parlotear.
-¿Cómo has pasado la noche?-le preguntó.
-Mal...-respondió Victoria.
                   Se cepilló su pelo rojo. Lo llevaba suelto y caía por su espalda como una llamarada.
                   Se recogió el pelo en una trenza.
-Algo así me ha contado Eleanor-dijo Melanie.
-¿La has visto?-inquirió Victoria.
-He desayunado con ella. Después, la he visto salir. Supongo que estará dando un paseo por el jardín.
-Supones bien.
                   Melanie se sentó en la cama revuelta. No entendía lo que Victoria quería decirle. Se preguntó si ella y Eleanor habían discutido. Melanie no recordaba haberse peleado nunca con Anne. Las dos se llevaban muy bien. Tenían caracteres muy opuestos. Anne era todo un torbellino. En cambio, Melanie era más tranquila. Pero se querían mucho. Estaban muy unidas.
-¿Qué piensas hacer hoy?-le preguntó a Victoria.
-Supongo que quedarme todo el día encerrada en mi habitación-respondió la joven-¿Qué otra cosa se puede hacer si no? No hay cacerías. No hay bailes.
                Victoria se acercó a Melanie. Ésta le cogió la mano.
                Victoria decidió vestirse. Ella y Melanie saldrían a dar un paseo por el jardín. A lo mejor, con un poco de suerte, veían a Eleanor. Victoria se encargaría, entonces, de hablar con ella.
-Voy a avisar a la doncella-le comentó a Melanie-Espérame en el pasillo. Daremos un paseo.

                    La doncella que Victoria y Eleanor tenían asignada entró en la habitación.
-Quiero vestirme-dijo Victoria.
                    Melanie salió al pasillo. La doncella entró en la habitación.
                    Melanie se dedicó a dar un paseo por el pasillo. Vio que la puerta de la habitación de lord Duncan estaba entreabierta.
                    Sin hacer el menor ruido, Melanie se aproximó a la habitación.
                    No quiso entrar. La habitación de lord Duncan estaba sumida en la penumbra. El ayudante de cámara del duque se había marchado. Melanie divisó la figura de lord Duncan. Estaba sentado en el filo de la cama. Parecía que estaba mirando el vacío. Aquel hombre estaba destrozado. Sus hombros estaban caídos. Sujetaba la cabeza entre sus manos. Parecía sentir todo el peso del mundo sobre sus hombros. Melanie sintió pena por él. Había sufrido la peor de las pérdidas.
                   En aquel momento, Victoria salió de la habitación. Llevaba puesto un vestido de color azul. Muy parecido al vestido que llevaba puesto Melanie.
                  Las dos chicas salieron al jardín.
-Hace un Sol espléndido-comentó Melanie.
-Resulta raro ver el Sol por estos lares-opinó Victoria-Inglaterra es el país más triste del mundo.
                  Empezaron a caminar. El jardín de los duques era inmenso. Melanie pensó que cualquiera podría perderse en él. Victoria se puso tensa. También había pensado lo mismo que Melanie. Se preguntó si Eleanor era consciente de lo que hacía. ¿Cómo se le ocurría fijarse en el cochero? ¿Acaso no se preocupaba por mantener intacta su reputación?
-Annie estaría encantada de estar aquí-afirmó Melanie-Le gusta coleccionar hojas. Tiene un libro donde las coloca.
-Nunca he coleccionado nada-admitió Victoria.
-A mí tampoco me ha dado por coleccionar nada. Pero ayudo a Annie a aumentar su colección de hojas.
                 La conversación que estaban manteniendo era estúpida.



                     Melanie se preguntó si podía hablar con Victoria acerca de Chris. Pero la chica era más joven que ella.
                    La experiencia de Victoria en las lides del cortejo era prácticamente nula. Apenas estaba aprendiendo a coquetear. Quería aprender a sonreír. A ocultar su sonrisa detrás de un abanico. Qué gestos podían volver locos a los hombres. Pero tampoco quería convertirse en la ramera de nadie. Pensaba en hacer un buen matrimonio. Sin embargo, la idea del matrimonio todavía no le atraía. Se veía demasiado joven como para casarse. Demasiado joven como para tener hijos.
-Me pregunto dónde se habrá metido Ellie-dijo en voz alta-Y si estará bien.
-No creo que haya salido del jardín-opinó Melanie-A lo mejor, ha vuelto a meterse dentro.
-Me preocupa que pueda echar a perder su reputación.
-¡Oh, Vicky! ¡Cualquiera diría que tú eres la hermana mayor! Y es al revés. Ellie es la hermana mayor.
-Lo sé.
                    Melanie sonrió. Necesitaba sonreír. Y las ocurrencias de Victoria la animaban. Por supuesto, ignoraba que la chica estaba hablando en serio. Una cosa era coquetear. Y otra cosa muy distinta era echar a perder la reputación. ¿Acaso Eleanor ya no era virgen?
                    No se atrevía a sincerarse con Melanie. Le inquietaba saber qué era lo que opinaba.
                    A lo mejor, pensaba que Eleanor era una cualquiera. Su hermana iba a ser presentada en sociedad. No era el momento de dejarse llevar por fantasías románticas. Victoria vivía con los pies en La Tierra. Se preguntó si Melanie pensaría lo mismo que ella.
-Melly, me gustaría hacerte una pregunta-se decidió-¿Tú te casarías por amor? ¿O buscarías un buen marido? Quiero decir, alguien con dinero. Con tierras...Con un título...
-Yo pienso que el amor tiene que serlo todo en esta vida-se sinceró Melanie-Quiero casarme con un hombre que me ame. Y al que yo ame. Mi madre fue muy desgraciada en su matrimonio con mi padre. No quiero que me pase a mí lo mismo.
-Y si ese hombre fuera más pobre que las ratas. ¿Te casarías con él?
                  Melanie asintió con vehemencia.
                  Victoria se quedó sin habla. Por lo visto, Melanie era de la misma opinión que Eleanor. Casarse por amor.
                   ¿Acaso se habían vuelto locas? ¡El amor no lo era todo en esta vida!
-Prefiero vivir feliz en la calle al lado de él que vivir en una gran mansión rodeada de lujos, pero infeliz-afirmó Melanie.
-El matrimonio es mucho más que el amor-replicó Victoria.
-¿Tú quieres casarte sin amor?
-Quiero vivir tranquila. Quiero que mi marido pueda mantenerme. Quiero vivir bien. Con lujos...Y un marido te pide muy poco. Que hagas la vista gorda cuando cometa algún pecadillo. Y que le des hijos varones. Me parece un precio demasiado bajo para una vida llena de lujo y de comodidades. ¿No crees?
-No podría perdonar que mi marido me fuera infiel. Lo he visto en el matrimonio de mis padres. No me gusta. Quiero que mi marido me ame. Que me mire sólo a mí. Los lujos son algo que no necesito. Vivo sin lujos. Y soy feliz.

7 comentarios:

  1. Un capitulo genial.
    Mas alegre, me gusta.
    Veremos como continua.
    Besos guapa

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    1. Me alegro de que te guste.
      Ya iba siendo hora de cambiar un poco el tono en medio de tanta tristeza.
      Te invito a que lo sigas leyendo.
      Un fuerte abrazo, Anna.

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  2. Después de los acontecimientos de los últimos capítulos, he sentido un poco más de alegría en este, lo que es una alegría también para mí.

    Besos.

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    1. Mi idea era que Eleanor también tuviera su propia historia, si bien sería más secundaria que la de Melanie y Chris. Pero también dará de qué hablar.
      Un fuerte abrazo, Aglaia.

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  3. Hola Lilian, buenas casi noches,
    leido...
    hazme un favor, pon aquí un visto para mi =)

    gracias por darme una nueva palabras "cotilla" pues la desconocía.

    Ahora vamos por la última
    feliz noche

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  4. Resulta muy interesante la conversación de las chicas, ya que ambas visiones del matrimonio y el amor se daban en aquella época, qué era mejor para una dama?casarse por amor y pasar necesidades o casarse bien y tener una vida cómoda?recuerdo algo así en la película Becoming Jane, cuando ella renuncia a su amado porque él debía mantener a toda una familia y si se casaba con ella no tendría posibilidad de hacerlo.
    Eleanor y el cochero, habrá que ver cómo resulta esa historia, desde ya que Victoria se opone a ello...

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  5. Contradictorias opiniones, las de Vicky y Melanie, sin embargo, no dejan de tener razón cada una. Y como en la vida no se puede tener todo, o eso nos han hecho creer, las dos opiniones pueden abrir un mundo de posibilidades.

    ¿Cómo tratará Victoria el asunto de Eleanor?, ya quiero saberlo. Voy por lo que sigue.

    Un beso.

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