Hola a todos.
Se acerca ya el final de Berkley Manor.
En el fragmento de hoy, veremos lo que le ocurre a la otra pareja de la historia, a Eleanor y a Justin. Los dos están a punto de dar un paso que cambiará sus vidas para siempre.
-¿En serio te vas?-le preguntó Victoria a su hermana.
Ella y Eleanor estaban dando un paseo por el jardín.
-Entiendo que te cueste trabajo comprenderme-suspiró Eleanor.
-Lo que me pasa es que tengo miedo-admitió Victoria-Tengo miedo de que acabes siendo una desgraciada.
-Justin y yo vamos a estar juntos.
La idea de huir con Justin le era muy tentadora a Eleanor.
-¿Qué vais a hacer?-quiso saber Victoria-¿Qué va a ser de vosotros?
-Justin buscará un trabajo-le contestó Eleanor-Soy consciente de que mi vida va a cambiar por completo. Que no va a ser como ha sido hasta ahora. ¡Pero no me importa!
La sonrisa que lucía Eleanor era radiante. Victoria pensó que nunca antes había visto tan feliz a su hermana. Eleanor tenía los ojos brillantes.
-¿Lo has pensado bien?-inquirió Victoria-¿Lo tienes ya decidido?
Eleanor asintió. Llevaba mucho tiempo meditando aquella idea. ¡Sería la escapada perfecta! Justin y ella estaban lejos de sus padres. Confiaba en la discreción de Victoria. Su hermana no podía fallarle. La necesitaba más que nunca.
-¿Y cuándo pensáis iros?-indagó la chica.
-Esta noche...-contestó Eleanor-Te ruego que no nos delates.
Victoria asintió. No pensaba delatar a Eleanor. Su hermana podía estar tranquila en aquel aspecto. La mente de Victoria voló hasta el doctor Jake Prince. ¿Cuándo volvería a verle? Pensó que ella era demasiado joven para él. ¿Podía decir que se estaba enamorando de aquel hombre? ¡Era absurdo! ¡Si apenas había hablado con él!
Victoria bajó la vista.
-¡Sabía que podía contar contigo!-exclamó Eleanor.
Abrazó con cariño a su hermana.
-Rezaré mucho por vosotros-le prometió Victoria-Por Justin y por ti...Para que seáis muy felices.
-Estaremos juntos-le recordó Eleanor-¿Cómo no vamos a ser felices?
La mansión estaba sumida en el más profundo silencio. Todo el mundo dormía en sus respectivas habitaciones. Justin abandonó sin hacer ruido el sótano donde dormía junto con otros miembros de la servidumbre. Había hecho un hato con sus escasas pertenencias. No quiso ni pensar en lo que estaba haciendo. Le parecía una locura.
Salió al jardín. Era una noche en la que no brillaba la Luna en lo alto del cielo. Ni siquiera podían verse las estrellas. Es un mal presagio, pensó Justin. Dirigió su vista hacia la fachada de la mansión. Sumida en la oscuridad, Berkley Manor daba miedo. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Justin. Pensó en salir corriendo de allí. Pero no podía abandonar a Eleanor. Permaneció de pie en el jardín esperándola.
Oyó a lo lejos las campanas de la Iglesia Vieja de San Bonifacio dando las doce de la noche.
En aquel momento, la puerta principal de la mansión se abrió. Justin vio a una figura embutida en una capa negra corriendo hasta donde estaba él. Llevaba dos maletas, una en cada mano.
-¡Justin!-le llamó.
El aludido respiró aliviado.
Reconoció aquella figura. Reconoció aquella voz.
Era Eleanor.
La joven fue corriendo hasta donde estaba él. Dejó caer las maletas al suelo al llegar a su altura. Se arrojó en sus brazos abrazándole. Besándole.
-Nadie me ha visto-le contó.
-Vamos hasta el embarcadero-la animó Justin-Saldremos de esta isla. Iremos a cualquier parte. Donde no nos conozca nadie.
-Vayamos a Gretna Green. Nos casaremos en la Iglesia que hay allí.
Eleanor y Justin se fundieron en un beso lleno de pasión. El futuro se abría ante ellos esperanzador. Estarían siempre juntos. Nada ni nadie les separaría. Eleanor no podía creerse la suerte que había tenido. Sonrió al imaginar su vida al lado de Justin.
-Vámonos-la instó el joven.
Eleanor cogió las maletas. Pero Justin se hizo cargo de ellas.
Se había encargado de robarle las llaves al ama de llaves.
Buscó la llave de la verja de entrada al jardín. Eleanor miraba nerviosa en dirección a la mansión.
El miedo se apoderó de ella. ¿Y si alguien se despertaba? ¿Y si alguien se daba cuenta de que no estaba en su habitación? ¿Y si alguien echaba en falta a Justin? Entonces, la puerta de la verja se abrió. Ella y Justin salieron del jardín. Empezaron a caminar.
Se alejaron para siempre de Berkley Manor.
Una mansión sumida en el dolor por una terrible pérdida...Una muchacha inocente y sencilla...Un joven decidido a todo por amor...Una inolvidable historia de amor. No es un blog para albergar una blog novela. Es mucho más que eso. Relatos cargados de romanticismo...Reflexiones... Todo eso podéis encontrar aquí. Y mucho más...
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¿Cuál será el destino de esta pareja? Temo un poco por ellos, en especial por Eleanor, me quedo preocupada...
ResponderEliminarBesos.
Para Eleanor, lo más importante es estar al lado de su amado Justin.
EliminarLo demás carece de importancia.
Un fuerte abrazo, Aglaia.