martes, 18 de marzo de 2014

"EL ÁNIMA" (ENTRADA PROGRAMADA)

                    Gilbert regresó al viejo monasterio cerca del amanecer y por petición de Ellen.
                    Estaba empezando a estar cansado de tener que utilizar el cuerpo de Tristán. No podía acceder a los recuerdos que éste tenía.
                      Pero eso no era lo peor. Lo peor de todo era que Tristán no era un buen hombre. Tenía la certeza de que le había hecho mucho daño a gente inocente. Anne era una víctima más de aquel canalla en cuyo cuerpo se hallaba atrapada su alma. Se decía así mismo que estaba obrando de aquel modo porque quería ayudarla. Pero lo cierto era que estaba obrando así porque, en realidad, a quien quería ayudar era Ellen.
                      Dio un paseo por la isla antes de regresar al viejo monasterio. Tenía que aclarar muchas de sus ideas.
                       Ellen quería recordar.
                       Los dos tenían una historia de amor pasada. Ellen era la reencarnación de la mujer a la que Gilbert había amado en vida. Seguía siendo ella, atrapada en un cuerpo similar al que conoció y amó. Ellen seguía siendo la misma Ellen que conoció y amó, aún siendo otra persona. Eso no había cambiado en absoluto.
                      Pero los recuerdos podían doler. Y mucho...



-Tenemos que hablar-le dijo Anne a Ellen.
                   La abordó en el pasillo, cuando Ellen salió de su habitación una vez que la doncella que compartía con Anne la hubo ayudado a vestirse y a peinarse.
-¿De qué se trata?-inquirió Ellen.
-Es sobre Tristán-contestó Anne-Le noto distinto.
-¿Qué quieres decir?
-Aunque sigue siendo tan cariñoso conmigo como lo era antes, yo noto que hay algo en él distinto. Puede que sea por lo que le pasó. No lo sé.
-Creo que son imaginaciones tuyas. Tristán no ha cambiado nada.
                      Ellen se sintió culpable por tener que mentirle a Anne. Antes o después, acabaría enterándose de la verdad, pensó.

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