miércoles, 14 de enero de 2015

ILUSIONES ROTAS

Hola a todos.
Aquí os traigo el inicio de mi relato Ilusiones rotas. 

POPLAR ISLAND, EN EL RÍO TÁMESIS, A SU PASO POR READING, 1941

                          Los sollozos de Zayra se oyeron en toda la isla. 
                          Acababa de perder a su única hija. Sophie, de veinte años, había fallecido víctima de una enfermedad fulminante. 
                          Mistress Karen, esposa del dueño de la mansión, muerto tiempo atrás, se acercó a Zayra para consolarla. 
                          En la mente de las dos estaba el mismo pensamiento. 
                          Alexander era el nieto del dueño de la mansión, si bien no era nieto de Karen, bastante más joven que su abuelo. 
                          O supuesto abuelo, recordó mistress Karen para sus adentros. Era una historia que le contaron tiempo atrás. 
                         La madre de Alexander no era realmente hija del dueño de aquella mansión. Se casó con él porque había quedado embarazada y estaba soltera. Su marido reconoció a su hija como suya. Le dio sus apellidos. 
                         Tiempo después, creció y se casó con el padre de Alexander. En realidad, aquel joven era el hijo bastardo de una modistilla. Sin embargo, gracias a su inteligencia, logró hacer una fortuna. Se dedicó al comercio de armas. Con la Gran Guerra, amansó toda una fortuna. Dinero que había logrado con el derramamiento de sangre. 
                         El matrimonio fue un completo fracaso. Alexander no conservaba recuerdo alguno de su padre, muerto cuando él tenía dos años. 
                        Y su madre había pasado tanto tiempo fuera que para él era una completa desconocida. 
                        Zayra y mistress Karen fueron las que lo criaron. 
                         Alexander era un año mayor que Sophie. Los dos habían crecido juntos. Habían jugado juntos cuando eran pequeños. 
                          El tiempo fue pasando. Sophie se convirtió en una hermosa joven. Y Alexander se convirtió en un apuesto joven. La amistad que les unió en su niñez fue derivando hacia algo más profundo. Fue el inicio de una historia de amor. 
                         Parecía que todo iba bien. 
                         Zayra estaba algo alarmada. Mistress Karen, en cambio, pensaba que, al menos, Sophie y Alexander podían llegar a ser felices. 
                        Alexander le robó a Sophie su primer beso en el hueco de la escalera. 
                        Ella se sobresaltó. 
-¿Te has vuelto loco?-le preguntó nerviosa. 
                        Se sabía que se besaban en el hueco de la escalera. Incluso, cuando Alexander partió con destino al frente, llevó a Sophie bajo el hueco de la escalera y la besó de manera larga. 
                        Mistress Karen llevó a Zayra a un aparte de la habitación. 
-¿Qué le vamos a decir al señorito Alexander cuando regrese?-le preguntó Zayra con desesperación a mistress Karen-¡El señorito adoraba a mi pequeña! Le juró que se casarían nada más regresar él del frente. 
-Ya veremos lo que le decimos-respondió mistress Karen-Lo primero que hemos de pensar es en ti. 
-La única alegría que tenía acaba de irse. ¿Qué voy a hacer sin mi Sophie? 
-Ser fuerte. 
-Me está pidiendo mucho, mistress Karen. No creo que lo pueda soportar. 
-Haz un esfuerzo. 


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