jueves, 30 de enero de 2014

EL ÁNIMA

Hola a todos.
Ha pasado casi un mes desde que subí el último fragmento de mi relato El ánima. ¿Os acordáis?
Cuenta la historia de Gilbert, el espíritu de un joven muerto, que se reencuentra con la encarnación de la joven a la que amó en vida, Ellen. La prima de Ellen, Anne, está destrozada porque Tristán, su prometido, ha muerto en combate. A petición de Ellen, Gilbert se reencarna en Tristán para que Anne pueda ser feliz. Pero Gilbert no se siente cómodo en el cuerpo de Tristán y, encima, está descubriendo cosas de él que no son de su agrado.
En el fragmento de hoy, Gilbert le informará a Ellen acerca de lo que ha descubierto.
La inspiración, en este caso, ha tardado mucho en venirme. Pero ha llegado. Espero que la cosa siga así. O, si no, me lo tomaré con paciencia.
¡Disfrutad del fragmento!

                         Ellen salía de casa de la modista. A petición de Anne, había ido a ver telas para el vestido que iba a lucir en la boda de su prima con Tristán.
                         Le dolía la cabeza. No era sólo de mirar telas. Estaba el hecho de que Anne no se iba a casar con Tristán. Iba a casarse con Gilbert. Creía que sería más fácil, pensó Ellen desolada.
                          Se llevó una sorpresa cuando vio que Gilbert se dirigía hacia ella. Le estaba costando mucho trabajo pensar en él como Tristán. Para ella, siempre sería su Gilbert. Se sintió incómoda, pues podía verles alguien e ir con el cuento a Anne. Su prima estaba muy tensa últimamente y parecía desconfiar de Ellen. La joven no sabía qué hacer.
-Tenemos que hablar, Ellie-le informó Gilbert-Se trata de Tristán.
-Baja la voz-le pidió la joven-Recuerda que tú ahora eres Tristán. Cualquiera puede pasar y oírte.
-Ellie, tu prima está prometida a un auténtico canalla. ¿Sabías que tu padre le dio una dote muy elevada?
-Mi tío, que en el Infierno esté, arruinó a mi tía y a Annie. Sé la dote que papá le dio a mi prima. Es tan elevada como la mía. No entiendo lo que quieres decir. ¿Acaso Tristán está con Annie por su dinero?
                     Gilbert y Ellen empezaron a caminar. Ellen no salía de su asombro.
-Dime que se trata de una broma-le pidió a Gilbert.
                      El joven guardó silencio. Ellen tuvo la sensación de que tenía razón. Algo en su interior se rompió. Siempre pensó que Tristán estaba realmente enamorado de Anne, como su prima estaba enamorada de él. Era obvio que Anne no sabía nada. De saberlo, no lo soportaría.
-Tu prima debe de saber la verdad-afirmó Gilbert.



-Se morirá-se lamentó Ellen.
                       Tenía ganas de echarse a llorar. Para Ellen, Anne era como su hermana mayor. La quería y su mayor deseo era hacerla feliz. Por eso, había decidido que Gilbert debía de reencarnarse en el cuerpo de Tristán. Ver a su prometido vivo la haría feliz y le devolvería la salud perdida.
-¿Sabías que Tristán tiene un hermano en Ullapool?-le preguntó Gilbert.
-Anne me contó algo parecido-respondió Ellen-Pero no se habla con él. Nunca le dijo el porqué. Pero empiezo a sospechar que hay algo turbio en él.
-Voy a viajar a Ullapool a verle. Me llevaré a Anne conmigo para que sea él quien le abra los ojos.
-No...
                     Se detuvieron. Ellen cogió las manos de Gilbert. La joven decidió escribirle una carta al hermano de Tristán. Había un problema. Gilbert no poseía los recuerdos de Tristán. No sabía adónde enviar la carta.
-No pasa nada-decidió Gilbert.
-¿Qué quieres decir?-inquirió Ellen.
-Conozco a alguien que puede ayudarme. Si quiere.
-¿De quién se trata?
-No lo puedes ver. Yo tampoco lo puedo ver. Pero es alguien en quien confío. Me ha ayudado mucho. Cuando quiere. Sabe dónde debe de vivir ese hombre.
-¿Es una especie de espíritu?
                        Gilbert asintió con una sonrisa. Ellen se dijo así misma que debía de confiar en Gilbert. Por lo menos, él no iba a fallarla. Nunca la había decepcionado. Pero estaba metida en algo que no entendía. En el mundo de los espíritus...
-Todo irá bien-le aseguró Gilbert-De verdad...
                         Cogió el rostro de Ellen entre sus manos y la besó con ternura en los labios.

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