Diré una cosa antes que nada. A todos nos gustan las historias de amor con final feliz. Es lo normal. Después de muchas pruebas, mucho sufrimiento y mucho dolor, el protagonista se queda con la heroína. Es lo que todos esperamos. Todas nuestras novelas favoritas han terminado de esa manera. Las autoras han hecho esfuerzos titánicos para conseguir que, en el último minuto, todo termine con el happy end de rigor. Confieso que yo también lo intento. Aunque, a veces, el happy end no me salga bien.
Vemos historias de amor en las películas. ¡Hasta en los dibujos animados! El Pato Donald tendrá todos los defectos habidos y por haber, pero ha tenido, más o menos, su final feliz junto a Daisy.
Por desgracia, como vamos a ver a continuación, eso no siempre pasa.
No soy muy fan del anime ni del manga, lo confieso. Dicho esto, más tarde, hablaré de otros animes y de otros mangas.
El que nos ocupa hoy es Bola de Dragón.
Y no, no voy a hablar ni de Goku, ni de sus superpoderes ni de las siete bolas ni de nada.
Voy a hablarles de la que fue la PAREJA, con mayúsculas, de la serie. Bulma y Yamcha.
Toda la clase estaba enganchada a la serie. Yo empecé a verla también y, confieso, me enganché tontamente. La trama podía parecer tonta y repetititva, pero estaba cargada de emoción, de acción y de aventuras. Los personajes eran, sí, muy arquetípicos, pero estaban bien construidos. El punto romántico lo pusieron ellos, Yamcha y Bulma.
Él era un joven de unos dieciocho años que vivía en mitad del desierto y se dedicaba a asaltar a los viajeros. No tenía más familia que una especie de gato volador llamado Puaf. Ella era la hija de un científico con trazas de loco, pero muy inteligente y cabal, y de una versión animada de Carmen Lomana. Tenía de su madre la superficialidad, pero tenía la enorme inteligencia de su padre.
Bulma tenía dieciséis años. Era romántica y soñadora y soñaba con encontrar a su Príncipe Azul. Yamcha se mostraba tímido y patoso delante de ella. También él soñaba con encontrar a su media naranja. Eran tal para cual. Se enamoraron. Y empezaron una relación.
Pero esta relación fue prolongándose con el paso de los años. Goku, que era un niño cuando empezó la serie, creció y se casó con Chi-Chi, con la que tuvo a Son-Gohan y a Goten, pero éste nació más tarde.
Yamcha y Bulma eran los eternos novios. Salían juntos. Se les veía adorables cuando estaban juntos. No vivían juntos. No pensaban en casarse. Eran novios, nada más. Pero todos dábamos por hecho, que, antes o después, se casarían. O, a lo mejor, los guionistas les dejaban tal cual. Eran como Mickey y Minnie. No creo que éstos se hayan casado todavía, ¿verdad? Les quitaría la gracia. Olivia y Popeye sí se casaron y tuvieron un hijo.
Bulma sufrió muchísimo cuando aparecieron los Guerreros del Espacio, Vegeta y otro tío de cuyo nombre no me acuerdo, y mataron, entre otros, a Yamcha. Bulma fue al planeta Namek a buscar las bolas de dragón que le permitirían traer a su amado de vuelta a la vida.
Si tanto se amaban, era lógico pensar que acabarían casándose, ¿verdad?
Sobre lo que pasó a continuación se han escrito muchas entradas en blogs y se han escrito fanfics. Han corrido ríos de tinta y seguirán corriendo ríos de tinta mientras existan fans de esta serie que adoraban a esta pareja.
De pronto, toda la clase entró en shock cuando nos enteramos de que Bulma y Yamcha habían roto. ¿Qué narices había pasado ahí?
¿Por qué una pareja de tantos años había roto tan inesperadamente? ¿Por qué aquel amor tan inmenso se había esfumado?
Lo peor no fue enterarnos sólo de la ruptura. Lo peor fue saber que Bulma había dejado a Yamcha ¡por Vegeta! Eso sí que acabó por traumatizarnos del todo. Se suponía que Vegeta era el malo. Había llegado a La Tierra para conquistarla. Creo que fue el otro tío con el que estaba el que se cargó a Yamcha. Aún así, su intención era conquistar La Tierra. Era cruel. Era perverso. ¿Qué vio Bulma en él para mandar al Infierno tantos años de relación con Yamcha?
Yo tenía trece años cuando esto ocurrió. No había tenido nunca una relación sentimental. Lo veía todo rosa. Incluso en este noviazgo...
Después, con el paso del tiempo y con la experiencia, me he atrevido a revisar Bola de dragón. Quería ver en qué momento rompían Bulma y Yamcha. Y me he dado cuenta de que no se trata de algo tan simple como "Ya no te quiero y te dejo por otro". No.
Se trata de un proceso de ruptura que no tiene un inicio en concreto. Más que una ruptura en un momento dado se trata de una relación que va deteriorándose con el paso del tiempo. En la serie, entre pelea de artes marciales y lucha contra los malos, se ve cómo Yamcha y Bulma se van distanciando a nivel emocional y sentimental. Dejan de tener gustos comunes. Dejan de contarse las cosas. Lo que antes les había unido, de pronto, les está separando. Lo que antes le hacía gracia a Yamcha de Bulma (su carácter enérgico), de pronto, empezó a molestarle. Aspectos del carácter de Yamcha empezaban a poner nerviosa a Bulma. Y así sucesivamente...
Se querían. De eso no me cabe la menor duda. Estaban enamorados. Pero pasó lo que pasa a menudo en la vida real.
Dejaron de tener cosas en común. Perdieron la comunicación. Se olvidaron en un momento dado de que eran una pareja. Dejaron de hablar entre ellos. Dejaron de apoyarse el uno en el otro.
Bulma no dejó a Yamcha por Vegeta así como así.
Hay que ser sinceros. Vegeta llegó a La Tierra para conquistarla. Pero, en algún momento, se olvidó de su objetivo. Encontró en nuestro planeta algo que no había encontrado en ninguna otra parte. Encontró a Goku, al que llegó a admirar y a respetar. Y encontró a Bulma. Ella era un pozo de energía y de inteligencia. Y ella vio algo en Vegeta que no vio en nadie más. Vio a través de su corazón y supo que, en el fondo, Vegeta se sentía solo. Una soledad emocional, muy parecida a la que ella estaba viviendo en su relación. Lo buscó, primero, como un amigo. Y, muy a su pesar, Vegeta fue abriéndose. Al final, pasó lo que tenía que pasar. Que se enamoraron.
No fue sólo una aventurilla. Bulma le fue infiel a Yamcha porque antes hubo un caldo de cultivo para que eso pasara. Una relación que, no es que estuviera seriamente dañada, es que estaba clínicamente muerta. Pero ninguno de los dos se atrevía a poner el punto y final debido a los años. O, quizás, también debido a la costumbre.
Al final, Bulma fue la que decidió finiquitar la relación. Lo hizo con todo el dolor de su corazón. Al menos, yo quiero ver que estaba dolida. Me he preguntado muchas veces qué pensó durante su romance con Vegeta. Era consciente de que lo suyo con Yamcha estaba muerto. ¿Pensó quién tuvo la culpa del porqué de aquel final? ¿Pensó si pudo haberse hecho algo para evitarlo? Yo creo que sí. Pienso que debieron de haber hablado más. Que no debieron de haberse alejado a nivel emocional. Que debieron de haber luchado por mantener la chispa del inicio de su relación. O, a lo mejor, existe la posibilidad de que nunca se amaron. Bulma quería ser amada. Pudo haberse enamorado de su concepto romántico del amor. Apenas era una cría de dieciséis años cuando conoció a Yamcha. Pero era inteligente y madura para su edad. Sí, lo quiso con toda su alma.
Pero dejaron los dos que aquel amor precioso se muriera. Ellos, no sólo ella.
El amor es como una planta. Hay que regarla. Hay que cuidarla. Si no se cuida, la planta se marchita y, al final, se muere. Como les pasó a su amor.
Yamcha se quedó soltero. Y Bulma tuvo su final feliz con Vegeta, con el que no llegó a casarse. Pero se fueron a vivir juntos y tuvieron dos hijos, Trunks y Bra.
Por lo menos, Bulma aprendió de lo ocurrido con Yamcha y ella y Vegeta cultivaron aquella relación.
Ya podéis ver, una historia de amor que estaba destinada a tener un final feliz que acaba mal. No es que acabe como el rosario de la aurora. Acaba en ruptura. Y eso siempre es deprimente. ¡Que son dibujos, que no deben de reflejar la realidad! Tienen que entretener a los niños. Pero, si os fijáis bien, todos los dibujos animados tienen un poso de realidad. Hacen críticas sutiles a la sociedad de su tiempo de forma que los niños se rían y los adultos entiendan. Reflejar una ruptura sentimental en una serie de dibujos animados es, lo admito, una manera de mostrar algo que ocurre desgraciadamente.
Y sí. Bola de dragón es una serie muy violenta. Pero confieso que a mí también me parecía violenta la historia del Coyote y del Correcaminos. No me parece muy agradable ver cómo el Correcaminos atropella al Coyote en mitad de la carretera, sale huyendo y, encima, se ríe de él.
Termino poniendo un video de una canción que refleja, a mi entender, bastante bien esta historia de amor, de desamor y de ruptura. Se trata de Lo echamos a suertes, del dúo Ella baila sola.
Hola, Lilian, muy cierto y en parte me alegra que así sea porque me hace pensar en una verdad universal que debe quedar clara hasta en los animes, ¿por qué no? Después de todo, es innegable, aunque hay maravillosas excepciones.
ResponderEliminarA este anime la llamamos Dragon Ball por aquí y te diré que era toda una fan.
La canción me encanta, hace mucho que no la escuchaba.
Besos.
En ocasiones, las historias de amor tienen un final feliz.
EliminarYo he querido reflexionar acerca de esas historias de amor que terminan mal, que suelen ocurrir.
Llama la atención que eso se muestre en los animes, aunque hay que agradecer ese poso de realidad.
La canción creo que es la que mejor acompaña a la historia de amor de Yamcha y Bulma, la que mejor refleja esa distancia emocional que les llevó a romper como pareja.
Un fuerte abrazo, Aglaia.