Hola a todos.
Sorprenderá encontraros aquí con una reseña literaria. Ésta es la tercera crítica que hago y creo que voy cogiendo práctica.
Se trata de una novela que he tenido la dudosa suerte de haber leído durante estas Navidades. La saqué prestada de la bilioteca de la ciudad. Yo tenía muchas ganas de leerla porque pertenece a un género que me está cautivando en los últimos tiempos. Pero quería hacerle la cata, como al arroz, que se dice por estos lares. La novela en concreto se llama El Reino del azahar, de Linda Belago. Y digo dudosa por motivos que veréis a continuación.
Había leído anteriormente Conquistadora, de Esmeralda Santiago. Y había quedado entusiasmada con esta novela. También veréis el porqué.
El Reino del azahar pertenece a una temática que está últimamente de moda. Las llamadas "novelas de paisaje", es decir, historias que transcurren hace doscientos años en los que una joven europea viaja a un país exótico, casi siempre colonia de su país de origen, y donde vivirá toda clase de experiencias, algunas duras, que la ayudarán a madurar. Sin olvidarnos, por supuesto, del amor, que encontrará en ese país.
La protagonista de El Reino del azahar es Julie, una niña que vive en el Rotterdam del año 1850. A sus nueve años, un accidente acaba con la vida de los padres de Julie y la niña queda al cuidado de su único pariente, un tío que vive en Amsterdam y que lo único que quiere es hacerse con su herencia. Lo hemos visto en cientos de novelas románticas anteriormente. Me acordé de Ana, la protagonista de Conquistadora. La autora no mata a los padres, sino que presenta una relación padre-hijos más cercana a la realidad. Unos padres fríos y ausentes y una hija que crece en un internado.
El caso es que Julie pasa los siguiente ocho años en el internado, apenas teniendo contacto con su tío. La relación de Julie con sus compañeras de internado es idéntica a otras relaciones que mantiene la protagonista de otras novelas con su compañera de internado. No entraré en spoilers, pero pensé que bien podría haberle dado el toque de originalidad que tuvo Esmeralda Santiago al contar la relación de Ana con su amiga en el internado Elena. Volvamos a la novela que nos ocupa.
Julie cumple dieciocho años y su tío está en la ruina. Por lo que decide casarla con uno de sus proveedores, Karl Leevken, un apuesto hombre de unos cuarenta años, viudo y padre de una hija un año menor que Julie. Karl se las ingenia para engatusar a Julie con cuatro palabras bonitas. Vuelvo a pensar en Conquistadora. Ramón también engatusa a Ana de un modo muy parecido. La diferencia aquí es que el tío mamón de Julie la amenaza con enviarla a un convento si no se casa y en la otra Ana se encapricha de Ramón ante la negativa de los padres y sólo acceden a la boda cuando ésta enferma. El desencanto que las dos sufren en sus respectivas noches de bodas es idéntico. Muy realista, eso sí. Nada que ver con otras vírgenes que son desvirgadas entre fuegos artificiales. Pero...Lo vi muy parecido. Muy calcado...
Julie viaja a Surinam, la Guayana Holandesa, donde su marido tiene una magnífica plantación, con esclavos. ¡Oh, qué casualidad! ¡Igual que Ramón y su finca en Puerto Rico, Los gemelos!
Durante el trayecto, donde Karl se revela como un auténtico, con perdón, h.d.p, Julie conoce a Erika, la esposa de un misionero, que viaja junto con su marido a Surinam.
Llegan a la plantación y Julie conoce a la hija de su marido y al prometido de ésta. La hija es una niñata mimada y malcriada y el prometido, Piers, rivaliza con Karl por ver quién es el más c...ón. También conoce a Kiri, una joven esclava recién comprada por su marido, por la que sentirá un gran cariño.
Finalmente, Julie conoce a Jean, ¿demasiado parecido con Severo, quizás?, el contable de su marido, y se enamora perdidamente de él. La relación de amistad que nace entre ellos evoluciona hasta una relación más fuerte.
La novela sigue la vida, no sólo de Julie, sino también de Kiri y de Erika.
Voy a dejar de lado el parecido asombroso de esta novela con Conquistadora. No es la misma historia y se sabe. Pero uno no puede evitar compararlas.
La novela en sí podría parecer interesante.
La autora se ha currado, y mucho, reflejar cómo era el Surinam de mediados del siglo XIX, años antes de que el país aboliera la esclavitud.
Uno tiene la sensación de estar viviendo en ese sitio. Porque el resultado histórico y geográfico es sobresaliente. Ve el paisaje. Huele los olores. Ve a la gente. La siente. Se siente cerca de ellos. Hay que quitarse el sombrero ante el trabajo documental que ha hecho Linda Belago.
El problema viene a raíz de los personajes.
Julie, Kiri y Erika son ¡tres auténticas Mary Sues! Son tan buenas. Son tan hermosas. Son tan bondadosas. Es imposible odiarlas porque son tan perfectas. Se preocupan por todo el mundo. Julie me llegó a cabrear porque no se defendían. Parecía que los demás le pisoteaban y ella no le daba la menor importancia. Y lo mismo me pasó con Kiri y con Erika. Con ésta última llegué a enfadarme.
SPOILER (La ocasión lo merece):
El marido de Erika desaparece y ella, a los pocos días de desaparecer el marido, descubre que está embarazada. Nace una niña. Erika pasa años buscando a su esposo hasta que lo encuentra. Él pone varias excusas para explicar el porqué ha estado años sin dar señales de vida. Hubo algo que me hizo pensar que él no estaba siendo del todo sincero con su mujer. Pero es que la imbécil de Erika no le cuenta que tienen una hija porque piensa que a lo mejor su marido cree que es de otro. ¿Acaso el tío es imbécil y no sabe sacar las cuentas?
En fin...
Los que odian a Kiri, a Erika y a Julie son, por supuesto, los malos. Ellas son buenas, perfectas y encantadoras. No hay ningún defecto en ninguna de las tres, cómo sí los tenía Ana. Yo llegué a identificarme más con Ana que con estas tres Mary Sues.
Y los malos son malos con rabia. Karl y Piers son de lo peorcito que han pasado por una novela. Y la hija de Karl es una niñata mimada y malcriada. Ni siquiera el ser madre la hace madurar. La autora no les confiere ningún matiz. Son, a mi entender, personajes unidimensionales. No avanzan. Ni siquiera la hija de Karl avanza o madura, cosa que debería de pasar. Nada...Está atascada en el modo mocosa malcriada y no hay quien la saque de ahí. Me acuerdo de los malos de Conquistadora. Que ni eran del todo malos. A Ramón llegué a odiarle por cómo se porta hacia la mitad de la novela con Ana, pero se le veía con muchos claroscuros.
Y están los tres Gary Stues, encarnado en las respectivas parejas de nuestras tres Mary Sues. Jean, Danny (el compañero de Kiri) y el marido de Erika.
El más salvable es Danny, que protege a Kiri, a la que quiere muchísimo, en un momento determinado. Pero no hace gran cosa por ella.
Si pensáis enamoraros de Jean, podéis ir olvidándolo. El amigo sale por piernas de la plantación dejando a Julie tirada, a merced de la ira de Karl, cuando el marido sospecha algo. Luego, sus apariciones no son muy destacables porque no le veo que luche por Julie. Al contrario, es ella la que se deja la piel en esta relación. Jean parece dejarse querer. Al menos, Severo tenía muchísimos defectos y Ana los asumía. Pero la autora no cometía el suicidio de presentárnoslo como el héroe de la novela .
Los secundarios son muchos, pero son más bien comparsa, cosa que odio. Están ahí de adorno y poco más. La única destacable es la hermana Klara, una religiosa. Pero tampoco hace un buen papel.
Son los personajes los que estropean la que pudo haber sido una gran novela. Me gustan los personajes imperfectos. Que tengan muchos matices. Son esos personajes los que dan vida a la novela. Los que animan a leerla. Pero cuando te encuentras con unos personajes buenos muy buenos y malos muy malos...
No sé. A mí no me gustan esa clase de personajes. Soy muy rara, lo admito.
Por ese motivo, le doy a esta novela un cuatro. Porque la autora ha logrado una ambientición histórica maravillosa. Lástima de personajes.
Una mansión sumida en el dolor por una terrible pérdida...Una muchacha inocente y sencilla...Un joven decidido a todo por amor...Una inolvidable historia de amor. No es un blog para albergar una blog novela. Es mucho más que eso. Relatos cargados de romanticismo...Reflexiones... Todo eso podéis encontrar aquí. Y mucho más...
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Una reseña maravillosa, te felicito, me ha encantado leer lo que cuentas, porque es un libro que hace tiempo deseo leer. Espero que llegue a estas tierras pronto, se ve maravilloso, mira que se te da muy bien el reseñar.
ResponderEliminarBesos.
Hola Lilian, están muy de moda este tipo de novelas. Está en concreto la había oído nombrar y me parece que tiene un buen argumento. Intentaré leerla en cuanto pueda.
ResponderEliminarMuchos besos!!