domingo, 12 de mayo de 2013

BERKLEY MANOR

Hola a todos.
Melanie y Chris han vivido su primera noche de amor. Ahora, los dos se preguntan qué es lo que va a pasar con ellos.
El fragmento de hoy es bastante breve. Espero compensarlo en los próximos días. Iré subiendo más fragmentos. Y así hasta llegar al final.
Espero que os guste.

                         Chris se apartó suavemente de encima del cuerpo de Melanie.
                        Ella sentía un pequeño dolor en su bajo vientre. Había sido desvirgada. Antes de su noche de bodas...Un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
                       Chris sentía que aquel acto le había unido más que nunca a Melanie. No se atrevía a decirle nada. Tan sólo quería mirarla. Cerciorarse de lo que había pasado entre ellos no había sido sólo un sueño.
                        Siempre había reprimido su instinto sexual. Lo había considerado un terrible pecado. La luz blanca de un relámpago iluminó el cuerpo desnudo de Melanie. Tuvo la impresión de estar viendo a una diosa. A Venus desnuda...
                       Ella se tapó con la sábana y con la manta de la cama mientras escuchaba cómo la lluvia golpeaba con fuerza los cristales de las ventanas del castillo. ¿Qué hemos hecho?, se preguntó. Deseaba sentir vergüenza por su comportamiento. ¡Qué Dios la perdonara! ¡No la sentía!
-¿Te arrepientes de lo que ha pasado entre nosotros?-le preguntó a Chris.
-No...-respondió el joven-Siento que esto es algo que debía de pasar. ¿Te arrepientes de lo que hemos hecho, Melly?
-No sabría qué decir.
-Alguien dirá que hemos pecado. Pero no se puede llamar pecado a algo que se ha hecho con amor.
-¿Con amor?
-No hace falta que digas nada. Sólo quería repetirte lo mucho te amo, Melly.
                     Una lágrima se deslizó lentamente por la mejilla de la chica. Se tapó los pechos con la sábana. No se atrevía a mirar a Chris. Estaba gloriosamente desnudo. No se había tapado con nada.
-Ahora, tendrás que casarte conmigo-se lamentó Melanie.
-¡Y quiero casarme contigo!-afirmó Chris-Hablaré con tu madre.
-¡No hables todavía con ella! Yo...-Melanie titubeó-Esto podría terminar. No siempre voy a estar en Berkley Manor. Algún día, tendré que volver a casa. Y nuestros caminos se separarán.
-Eso no va a pasar. Te he encontrado, Melly. No quiero perderte.
                  El sonido de un trueno retumbó en todo el castillo. Melanie se asustó. Chris, por el contrario, se sentía eufórico. Había imaginado en diversas ocasiones su noche de bodas con Grace. Intentaba no pensar en aquel momento.
                    Imaginaba la frialdad con la que debía de unirse a Grace y prefería pensar en otra cosa. En cambio, con Melanie, todo había sido distinto.
                    Había jurado ver cómo los fuegos artificiales estallaban a su alrededor. Depositó un beso en el hombro desnudo de Melanie mientras escuchaba el aullido del viento. La besó suavemente en el cuello. La besó de nuevo en los labios.
                   Melanie tenía marcas de sus labios en sus pechos. Tenía marcas de sus labios en el cuello. Sus labios estaban hinchados por los besos que le había dado Chris. Besos cargados de pasión...Había recorrido con sus labios cada porción de la piel de Melanie.



                    Se hizo el silencio entre los dos. Melanie lo agradeció. Pensó que Chris se había quedado dormido. Lo miró. Pero el joven no estaba dormido. Miraba al techo. Parecía estar contento. Contento por lo que había pasado entre ellos. Con su brazo, rodeó los hombros de Melanie. La atrajo hacia sí. Le dio un beso en la sien. Ella consideró seriamente la idea de abandonar la habitación. Pero no lo hizo. ¡Se estaba tan bien acostada al lado de Chris! Sentía algo muy fuerte por aquel joven serio y, al mismo tiempo, dulce y delicado.
                    No se parecía en nada a su padre. Chris no la abandonaría. No haría lo que le hizo sir Marcus a Kate.
                    A pesar de la manta y de la sábana que la cubrían, Chris admiró las curvas del cuerpo de Melanie. Ella se le había entregado con miedo y con rubor. Pero llena de confianza en él...Con el deseo a flor de piel. Con Grace habría sido todo muy distinto. Chris lo sabía. La luz del relámpago iluminó la silueta del cuerpo de Melanie. Abrazó a la muchacha con fuerza y la besó de nuevo en la sien.
                    Aquella noche, había hecho suya a Melanie. Y ella, a su vez, lo había hecho suyo. Se habían entregado mutuamente en cuerpo y alma. Lo he leído en El Cantar de los Cantares, pensó Chris. La Esposa que se entrega sin miedo al Esposo. La unión de los cuerpos en un festival de alegría...La unión de las almas bajo la bendición de Dios...Lo que ha pasado esta noche no puede ser pecado. No es pecado cuando Dios bendice nuestro amor.
                ¿Cómo puede ser el amor pecado?
                Y se sintió profundamente dichoso de haber perdido su virginidad con una mujer tan maravillosa y tan especial como lo era Melanie.
                Decidió no pensar en una cosa. Melanie todavía no le había dicho que lo amaba.

2 comentarios:

  1. Un fragmente breve, pero muy significativo, porque era muy importante saber lo que pasa por la mente de Melanie y Chris luego de esa noche y me alegra saber que ambos están seguros de su amor, aunque sienten inseguridades que me parecen lógicas y que confío podrán resolver gracias a tu pluma ;)

    Besos.

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  2. ¿Cómo puede ser el amor pecado? me encanta esta idea, de que algo tan maravilloso como el amor y la unión de los cuerpos de los amantes no pueda ser algo pecaminoso o equivocado, después de todo es el creador quien inspira el amor en los corazones de las personas...divina la mención al Cantar de los Cantares.
    Veremos qué pasará con ellos al volver a la vida habitual en la mansión, alguien lo notará?qué dirá Melanie?
    Sigo.

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