Hola a todos.
Aquí os traigo un nuevo fragmento de Berkley Manor. En este fragmento, vemos la vuelta a la mansión de Chris y Melanie tras su noche de amor en el castillo de Sandown. ¡A ver qué pasa!
Al día siguiente, todavía lloviznaba. Eleanor y Victoria vieron llegar, cada una desde la ventana de su respectiva habitación, a Chris y a Melanie. Eleanor se preguntó qué habría pasado entre ellos. Lo ocurrido la tarde antes podía comprometer seriamente la reputación de Melanie. Estoy empezando a pensar como Victoria, pensó Eleanor. También tenía que hablar con su hermana.
El mayordomo le abrió la puerta a Chris y a Melanie. Los dos traían cara de no haber dormido nada en toda la noche. Habían pensado en muchas cosas.
-¡Melly!-gritó Victoria.
Fue corriendo hasta la muchacha y la abrazó con fuerza.
-¿Dónde te habías metido?-la interrogó-¡Espero que no hayas cometido una locura! ¡Por el amor de Dios! ¿Cómo se te ocurre pasar la noche fuera con un hombre?
Eleanor se mantuvo a una distancia prudencial de Victoria. No sabía cómo hablar con ella después de la discusión que habían tenido la noche antes. Victoria tenía que entender que ella y Justin habían nacido para estar juntos.
-No ha pasado nada entre nosotros-mintió Melanie.
Chris mantenía la vista clavada en un punto indeterminado del salón.
-Es verdad-insistió Melanie.
Chris se sintió culpable al escuchar aquella mentira. Era mejor gritar a los cuatro vientos que se iba a casar con Melanie. Pero ella había optado por guardar silencio respecto a lo ocurrido la noche antes.
-¿Cómo estás?-le preguntó Eleanor.
-Estoy bien-respondió Melanie-El vicario ha estado conmigo. ¡Se ha portado como un auténtico caballero!
La mentira pareció resonar en toda la mansión.
-Subamos arriba-sugirió Eleanor-Tienes que cambiarte de ropa.
Melanie agradeció poder poner cierta distancia entre ella y Chris.
-No me he mojado-le aseguró a Eleanor.
En realidad, tenía la ropa un poco mojada. Ella y Chris habían abandonado el castillo de Sandown cuando estaba lloviznando.
-Tenemos que hablar-susurró la joven-Es muy importante. Pero tenemos que hablar a solas.
Melanie agradeció el baño de agua caliente que le preparó la doncella que tenía asignada. Tenía el bajo vientre ligeramente dolorido.
Había sangrado muy poco. Se preguntó si alguien visitaría el castillo de Sandown. Si alguien se fijaría en la mancha roja que había dejado sobre el colchón de una de las camas. Se ruborizó al pensar en eso.
Melanie siempre había tenido un carácter muy tranquilo. Pero...La noche antes...Intentaba no pensar en lo ocurrido. Pero su mente la traicionaba. La noche antes se había dejado llevar por los besos apasionados que le había dado Chris.
La doncella la ayudó a secarse. Melanie agradeció que no se hubiese dado cuenta de lo que le pasaba. Que ya no era virgen. ¿Podía darse cuenta una doncella de aquellas cosas?
La doncella la ayudó a enfundarse en un vestido. Era de color blanco virginal. Melanie se sintió enferma cuando se vio embutida en aquel vestido. Le parecía casi insultante.
Llevaba el cabello suelto. Entonces, Eleanor entró en la habitación sin llamar. No podía esperar más tiempo. Tenía que hablar con Melanie.
Fuera, volvía a llover con fuerza.
-Melly, ha ocurrido algo-atacó Eleanor-Anoche, discutí con Vicky. ¡Fue horrible! ¡Lo sabe!
-¿Qué es lo que sabe?-inquirió Melanie.
-Me vio con él.
Melanie supo a quién se estaba refiriendo su amiga.
Recordó la conversación que ella y Eleanor habían mantenido poco antes de llegar a Berkley Manor, durante el trayecto hasta la mansión.
Eleanor le confesó entonces que estaba enamorada. Y que aquel joven al que amaba no la iba a dejar nunca. No quiso entrar en más detalles. Por lo menos, no tenía que contarle a Eleanor lo que había ocurrido realmente en el castillo de Sandown.
-Es por ese chico, ¿verdad?-inquirió Melanie-¿Puedo saber quién es?
-Es Justin. Nuestro cochero...
-¿Te has enamorado de vuestro cochero?
-¡Sí! ¡Lo amo más que a mi propia vida, Melly! Pero Vicky no le acepta-se lamentó Eleanor-Tuvimos una discusión muy fuerte. Y...
-Me imagino lo que pasó-supuso Melanie.
-Tengo mucho miedo. Vicky desprecia a Justin sólo porque no pertenece a nuestra clase. ¡Y yo sin él me muero! ¡Lo amo, Melly! ¡Vicky nos va a delatar!-se inquietó la joven-Nos van a separar. ¡Dios sabe lo que me van a hacer!
-Tienes que hablar con tu hermana-la exhortó Melanie-Vicky es una joven muy comprensiva. Sabrá entender.
Eleanor negó moviendo la cabeza. Victoria jamás la entendería. Rompió a llorar. No había llorado la noche antes, cuando se encerró en su habitación. Pero estaba muy nerviosa.
Victoria tenía vocación de solterona, como decía su institutriz. Pero Eleanor no era así. Ella soñaba con casarse.
-¿Quieres que hable con ella?-le sugirió Melanie-A lo mejor, a mí me escucha.
-¡No hables con ella!-se asustó Eleanor-¡No te escuchará! ¡Es una cabezota!
-Me parece que las dos sois unas cabezotas.
Melanie pensó que Eleanor se estaba sincerando con ella. Pero no se atrevía a contarle nada.
Eleanor todavía no se había entregado a su amante. Pero Melanie sí que se había entregado a Chris.
¿Y qué eran ellos? ¿Acaso eran amantes? Melanie había sentido una conexión profunda con Chris desde la primera vez que lo vio. Cuando estaba con él, se sentía cómoda. Podía ser ella misma.
-Dime una cosa-le pidió Eleanor.
-¿De qué se trata?-indagó Melanie.
-Estuviste toda la noche fuera con el vicario. No quiero parecer una cotilla.
El rubor de Eleanor era visible. Melanie adivinó lo que su amiga estaba pensando. Y la idea la desagradó.
Chris era apuesto. Chris era apasionado. Chris era delicado. Era la clase de hombre con el que toda jovencita soñaba desde la adolescencia. Pero, por algún motivo, había llegado a la vida de Melanie.
-No pasó nada entre nosotros-mintió la muchacha-El vicario es un joven temeroso de Dios. Jamás haría nada indebido. Se portó muy bien.
Melanie se arrepintió de haber dicho aquella atroz mentira en voz alta porque Eleanor la había escuchado. Durante aquellos días tan aciagos, Chris se había convertido en un ser imprescindible para Melanie. Podía adivinar lo que estaba pensando en un momento dado. Podía leerle la mente. Le había robado el corazón. Y había poseído su cuerpo. No quería admitir lo mucho que le necesitaba porque tenía miedo.
No quería sufrir como había sufrido su madre.
No quería recordar aquella época. Veía a su madre llorar por culpa de su padre. Pensó que Chris no se parecía en nada a sir Marcus. Que él no la haría sufrir.
Él la había montado a lomos de su caballo. Habían cabalgado juntos con ella sentada sobre su regazo. Había sido una noche mágica. Había sido la noche más hermosa de su vida.
-Lo ocurrido anoche no debe de salir de aquí-dijo Eleanor-Quiero ser discreta en mis relaciones con mi amado. Me asusta la idea de dar un escándalo. ¡Una jovencita tiene que cuidar su reputación!
Dicho por alguien que se ve a escondidas con un joven, pensó Melanie con cierta ironía. De algún modo, Eleanor y Victoria eran muy parecidas en aquel aspecto. El miedo al escándalo...
La mentira serviría para protegerla a ella y a Chris del escándalo. Pero recordaba cuando lo vio en la habitación, desnudo de cintura para arriba. Estaba muy bien formado. Le pareció el hombre más apuesto que jamás había visto. Con aquellos ojos de color gris moteados de ámbar...Con aquella sonrisa cautivadora...
Lo abrazó. Lo besó. Se había sentido segura con él.
-No volverá a pasar-le prometió a Eleanor-Pero te aseguro que no pasó nada entre nosotros.
Se arrepintió de haber mentido. Pero era para tranquilizar a su amiga. Eleanor tenía la mente hecha un lío.
-No sé si estarás enamorada del vicario-admitió la joven-Pero yo sí estoy enamorada.
Melanie apartó la vista de su amiga. Eleanor sí estaba enamorada de aquel joven con el que se estaba viendo a escondidas. Aún no se había abandonado a sus brazos. Antes o después...Podría pasar.
Melanie pensó en lo feliz que se había sentido entre los cálidos brazos de Chris. En cómo la habían acariciado sus manos elegantes y hábiles. Pero él había sido virgen hasta la noche anterior. Igual que ella...
-¿Y los duques?-preguntó Melanie-¿Saben algo?
-No saben nada-respondió Eleanor-El duque está todavía encerrado en su habitación. Y la duquesa se retiró pronto. No se encontraba bien.
-Es normal. Toby era como un hijo para ella. La doncella dice que lo quería muchísimo.
-Hay que darle tiempo, Melly. Un golpe tan duro no es fácil de sobrellevar. Aunque no me lleve bien con Vicky, la quiero. Me moriría si le pasara algo. Espero que mi hermana lo entienda algún día. Y que lo acepte.
-Lo aceptará.
Melanie se dijo así misma que era una cobarde por no ser capaz de sincerarse con Eleanor.
Una mansión sumida en el dolor por una terrible pérdida...Una muchacha inocente y sencilla...Un joven decidido a todo por amor...Una inolvidable historia de amor. No es un blog para albergar una blog novela. Es mucho más que eso. Relatos cargados de romanticismo...Reflexiones... Todo eso podéis encontrar aquí. Y mucho más...
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Confieso que he leído este fragmento con muchos nervios, tenía miedo de lo que pudiera pasar y veo que no ha sido tan grave como pensaba, soy muy tremendista, está visto. He disfrutado mucho esta parte, ¿tendremos pronto el desenlace? Qué ganas.
ResponderEliminarBesos.
La verdad es que todavía falta para el desenlace. No quiero dejar ningún cabo suelto.
EliminarQuiero que todo quede bien atado.
Un fuerte abrazo, Aglaia. Y espero que sigas disfrutando de lo que queda.
¡Que queda mucho todavía, je, je!
Me encanta leer sobre los sentimientos de Melanie, y entiendo que se sienta atemorizada de sus propias emociones, necesitar tanto a una persona en tan poco tiempo... Entregarle su corazón, su cuerpo y hasta su reputación a un hombre al que hacía un mes ni conocía.
ResponderEliminarEs entendible que haya mentido, y nadie desconfiaría de un vicario, sólo espero que esa mentira no la perjudique, la protegerá un tiempo, pero ¿y luego?.
Ya quiero saber sobre las hermanas, no creo que Victoria se atreva a delatar a Eleanor públicamente.
Sigo.