¡Hola a todos!
El año pasado, se habló mucho del fin del mundo. Es más, he hecho alguna entrada en mi blog Un blog de época hablando de ese tema. Confieso que estaba preocupada. Por suerte, ha pasado todo. Pasó el 22 de diciembre. Y el mundo, a día 7 de marzo del 2013, sigue girando. Con sus pros y con sus contras, pero sigue girando. Eso es lo que importa.
El saber no ocupa lugar y yo, lo confieso, soy muy curiosa. Navegando por la wikipedia, he averiguado más acerca de otras fechas que señalaban el final del mundo.
He vivido varios finales del mundo.
Cuando estaba estudiando 1º de E.S.O, varios compañeros míos de clase comentaban que el mundo se acabaría a las cinco de esa misma tarde. No lo decían en tono jocoso, sino que se les veía bastante serios. Teníamos clase por la tarde. Entrábamos a las tres y media y salíamos a las cinco y media. Los dos profesores que teníamos esa tarde estaban también bastante serios. La verdad fue que estábamos asustados. Saber que el mundo se iba a acabar y que íbamos a morir lejos de nuestras familias nos aterraba. Llegaron las cinco de la tarde. Las cinco y cinco...Y seguíamos allí. ¡Vivos!
Creo recordar que Paco Rabanne, el famoso diseñador, predijo el fin del mundo en agosto de 1999 coincidiendo con un eclipse de Sol que tuvo lugar en esos días. No pasó nada. Pero en el programa que veía mucho, El Informal, en Telecinco, (con Florentino Fernández, Javier Capitán, Felisuco, Patricia Conde y Miki Nadal) se hartaron a hacer chistes, especialmente, haciendo alusión a una noche loca que vivió supuestamente Flo con una cabra.
Más tarde, se habló de que el mundo se acabaría con la llegada del año 2000 y el terrible efecto 2000 que tendría sobre los aparatos informáticos. Pues no pasó nada de eso.
Algunas sectas dan fechas aproximadas sobre el fin del mundo. Cuando, evidentemente, el mundo sigue girando después de esas fechas, la cambian. ¡Pero nunca dicen que se han equivocado los muy...! No sigo hablando.
El caso es que para paliar la angustia que sentía ante la inminente fecha del 22 de diciembre, empecé a escribir. Siempre he dicho que escribir es como una forma que se tiene de sacar fuera todo lo que lleva dentro.
Y he escrito un relato un poco largo acerca del fin del mundo. No tiene nada que ver con el famoso y falso 22 D.
Tiene que ver con otra fecha que se señaló como el día del fin del mundo. Estamos en el año 1822. En la ciudad chilena de Copiapó, en Chile, conocida porque en la mina San José treinta y tres mineros sobrevivieron a un terrible accidente y fueron rescatados con vida dos meses después del suceso, se suceden dos terremotos, uno el día 5 y el otro el día 19 de noviembre. Una monja chilena anuncia que el fin del mundo tendrá lugar al día siguiente del último terremoto, es decir, el día 20 de noviembre. Al día siguiente, como el mundo no se acabó, la monja anunció que habían sido las oraciones que había hecho su congregación las que habían hecho que Dios decidiera no empezar el Apocalipsis.
El argumento es el siguiente.
Estamos en Copiapó, en el otoño de 1822.
Fernando Sotomayor es un joven que asiste a una tertulia en la casa de un conocido hombre de la ciudad. Es un joven que lleva los negocios de su familia. Va a casarse con la hermosa Irene Robles. En esta tertulia, le pide a Irene que se case con él y ésta acepta, anunciándose el compromiso. Sin embargo, en esa misma tertulia, Fernando conoce a la prima de Irene, Estela. Aunque quiere a su prometida, no puede sacarse a la prima de ésta de su cabeza. Cuando Fernando se da cuenta de que se ha enamorado de Estela, toma la decisión de romper con Irene con todo el dolor de su corazón. La joven sufre y Estela es testigo del dolor de su prima. A pesar de que, poco a poco, se está enamorando de Fernando, no quiere iniciar una relación con él por miedo a que pueda herir aún más a Irene. Entonces, una serie de sucesos (relacionados con los terremotos) harán que Estela se replantee su decisión. ¿Podrán ella y Fernando ser felices aún a costa del dolor de Irene?
Me centro en una vertiente del amor: el egoísmo. Cuando ser feliz implica acabar haciendo daño a otra persona. ¿Se puede ser feliz a costa del sufrimiento ajeno? ¿Puede aparecer el amor cuando todo lo que hay a tu alrededor es miedo?
Espero haber conseguido captar lo que se sentía en aquellos momentos que debieron de ser espantosos. Pero que, a la vez, debieron de servir de punto de inflexión para muchas personas.
Mañana, empezaré a subir esta historia.
Espero que os guste.
¡Hasta mañana!
Una mansión sumida en el dolor por una terrible pérdida...Una muchacha inocente y sencilla...Un joven decidido a todo por amor...Una inolvidable historia de amor. No es un blog para albergar una blog novela. Es mucho más que eso. Relatos cargados de romanticismo...Reflexiones... Todo eso podéis encontrar aquí. Y mucho más...
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Hola Lilian, buenas noches,
ResponderEliminarmira, por las fechas que citaste la tercera no fue la vencida =)
Por otro lado, dime si hago bien, me proyecto en tus historias y las leo en sepia, cool =)
mmm cuantos interrogantes, veremos a donde nos lleva!
Una entrada realizada a la perfección.
Te deseo una excelente noche
un fuerte abrazo
Hola Ricky.
EliminarBuenas tardes desde La Unión.
El mundo no se va a acabar. De momento y por suerte para todos nosotros.
Me alegro de que el argumento haya captado tu atención. ¡A ver qué te parece el desarrollo!
¡Molaría ver mis historias en sepia! Lo digo en serio.
Un fuerte abrazo, Ricky. ¡Qué pases un feliz día!