sábado, 2 de marzo de 2013

SENTIR MIEDO. CONFESARSE. SENTIRSE MEJOR

Hola a todos.
Hoy, tengo que hablaros de muchas cosas.
Me gustaría subirme a lo alto del edificio más alto que encuentre.
Y quiero ponerme a gritar. Quiero gritar hasta quedarme afónica. Porque, os lo confieso, tengo mucho miedo. Dicen que escribir es una forma de exorcizar los demonios que uno lleva dentro. Si es cierto, quiero probarlo.
Tengo miedo de cómo están las cosas últimamente. Tengo miedo de que la crisis en la que estamos sumidos acabe de una manera sangrienta. No se puede confiar en los políticos. No se puede confiar en el Rey.
¿En quién se puede confiar? ¿Puedo confiar, acaso, en la persona que está a mi lado? Se oyen todos los días muchas historias en el telediario. Pueden parecer historias de terror. Pero son reales. Por desgracia...
No puedes ni siquiera fiarte de la persona que te ha jurado amor eterno. No hay trabajo. No hay dinero. La gente busca en los contenedores.
La gente está cada vez más furiosa. ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo va a terminar todo esto? No lo sé. Y eso es lo que más miedo me da.
La gente está cada vez más desesperada. No sabe adónde va. Sólo sabe que es más desgraciada. Necesitan desahogarse. Está furiosa. Es normal. La situación actual es de auténtica pesadilla. Y va a más a medida que van pasando los días. Al menos, tengo esa horrible sensación.
En los últimos tiempos, asisto con horror a cómo la gente se está degradando cada vez más y más. ¿Por culpa de la telebasura, quizás? ¿Es por culpa de la violencia que vemos en la tele? No hablo de las pelis violentas. Hablo de lo que vemos a diario en programas de información, como los telediarios. Es cierto. Es la realidad. No se debe de mostrar la realidad edulcorada.
¿Es por culpa de las tecnologías?
Las redes sociales nos unen. Pero nadie sabe lo que piensa el que está al otro lado de Facebook. No se sabe quién es. ¿Podemos fiarnos?
Sé que estoy emparanoiada.
Escribir me sirve para desahogarme. Porque no quiero vivir sola. No quiero vivir con miedo. Pero me cuesta trabajo confiar en la gente. ¡Y eso es lo que quiero exponer en este blog! Me esfuerzo todos los días un poco en reconciliarme con las personas. Me digo a mí misma que no todo el mundo es malo. ¡Y es verdad! Porque he conocido a personas maravillosas durante mi periplo por Internet. Personas que me demuestran que hay gente buena en el mundo.
¿Dónde se mete la gente buena? ¿Por qué no sale a la calle? ¿Por qué todos los días, cuando apago la tele, me invade una infinita desazón?
Mi corazón se encoge.
Tengo miedo de que lo que venga a continuación sea todavía peor.
Pero he aprendido que no puedo vivir condicionada por el miedo. Hace unos años, cuando era una adolescente, tuve una mala experiencia. Por suerte, no pasó nada porque salí corriendo. Pero esa experiencia me marcó. Viví con miedo durante algún tiempo. Sin embargo, he aprendido que no puedo dejar que el miedo me domine.
Se puede tener miedo.
Es un sentimiento natural. Pero no hay que vivir con miedo. ¡Nadie tiene que vivir con ese sentimiento! Te impide ser feliz.
Y, lo confieso, tengo mucho miedo. Pero no puedo vivir así. Por eso, escribo. Para que el miedo desaparezca. Porque quiero pensar que todo esto va a pasar. Que la situación acabará mejorando.
Hay personas con el corazón rebosante de bondad en el mundo. Hay personas por las que sí vale la pena levantarse. Cuando cierro los ojos de noche, puedo dejarme llevar por mis miedos. Pero, enseguida, pienso en todo lo que vale la pena. Lo que escribo. La gente que me rodea.
Sin pastillas...No te van a solucionar la vida si no pones tú de tu parte.
Me duermo con una sonrisa en los labios.
Escribo para ser optimista. Para pensar que un mundo mejor es posible. Porque hay cosas que merecen la pena.
Porque no siento ya miedo.
Porque ya me he confesado.
Mis demonios se han ido.
Vuelvo a sonreír. Y vuelvo a sentirme mejor conmigo misma.
Aquí os dejo con algo que me hace sonreír cada vez que lo veo. Va a parecer una tontería. ¡Un capítulo del Chavo del ocho! ¡A ver si pueden seguir tristes tras esbozar, por muy tenue que sea, una sonrisa! Os lo dejo.

5 comentarios:

  1. Lamento que tu país se encuentre en esta situación, Lilian, comprendo lo frustrante y la impotencia que se siente al ver estos hechos y al no ver un camino a seguir, un cambio, algo. Pero te digo también, por experiencia, que cuando un pueblo es bueno y trabajador, siempre se puede salir adelante y no dudo de que ustedes lo lograrán.

    Te mando un besote y mucho ánimo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Confío en que esta crisis económica pase pronto. Lo que más me preocupa es las secuelas que pueda dejar en las personas.
      Deseo de corazón que no sean unas secuelas permanentes.
      Gracias por tus palabras, Aglaia.
      Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras de aliento.

      Eliminar
  2. Hola Lilian, buen dia,
    por un momento me dio miedo seguir leyendo =(
    mira, yo hace años que no veo telediarios, pues son contadas las veces que pasan cosas lindas,
    por otro lado, la crisis es general pero sin dudas que se ha asentado en tu pais, no hay mucho que decir, no creo en la suerte pero siempre hay una esperanza de que alguien bueno o "capaz" tome las riendas.

    te deseo un lindo domingo
    besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En mi interior, albergo la esperanza de que habrá alguien que tomará las riendas y nos sacará de este pozo.
      Estamos pasándolo muy mal. Y, aunque aún caminamos a ciegas, confío en no tardar mucho en ver la luz al final del túnel.
      Te deseo un feliz día, Ariel.
      Gracias por pasarte por aquí.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  3. Bueno, hace mucho que escribiste esto y quizá ya abra pasado un poco ese sentimiento con que lo hiciste. Pero me alegra con la actitud de optimismo con que lo hiciste. Porque la esperanza da las fuerzas para enfrentarse a los miedos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar