jueves, 9 de julio de 2015

VERANO

Hola a todos.
Hace un calor sofocante. Un calor que recorre todo el continente europeo. Enlazamos, como he dicho en una entrada hecha en otro de mis blogs, una ola de calor tras otra. Apenas ha empezado el mes de Julio. ¿Vamos a seguir así todo el verano? ¿Es normal que tengamos tantas olas de calor seguidas?
Lo cierto es que el verano significa que hace mucho calor. Hemos de evitar las horas centrales del día para salir.
No siempre podemos evitar salir a la calle en las horas centrales del día. Por eso, se nos recomienda que vistamos con ropas claras y cómodas. Que bebamos mucha agua. Incluso, se nos aconseja cómo dormir.
No se puede conciliar el sueño en estas noches de calor. El termómetro supera los 30ºC por las noches. ¿Esto es normal?
Puede que sea normal. Se nos recomienda que durmamos lo más cerca posible del suelo. Que no durmamos acompañados.
El verano, a pesar de la creencia popular, no es época para el amor. No es romántico dormir al lado de una persona cuando estamos sudando la gota gorda. El ventilador ha de permanecer encendido casi toda la noche. Lo mismo que el aire acondicionado.
¿Es normal dormir así? ¿Es normal que nos estemos asando de calor? ¿Es normal que aparezcan en los termómetros de las calles temperaturas que rozan lo imposible? Un termómetro marcaba no hace tanto los 49ºC en una ciudad del sur de España. Se vio en el telediario.
Ni se puede uno bañar en la playa siquiera. Te asas.
¿Nos sigue pareciendo normal? Sí, es normal porque estamos en verano. O queremos pensar que es normal, ya que ni queremos pensar en el calentamiento globla. En el que el planeta se está destruyendo poco a poco. Por eso, intentamos pensar que tantas olas de calor seguidas, aunque sean algo absurdo, son normales.
Pero, muy en el fondo, sabemos que no son normales. Algo no marcha bien y nuestro fuero interno lo sabe.



Sí...El termómetro que aparece en la foto marca los 50ºC.

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hola Rae.
      ¡Estoy hasta las narices de tanto calor! Siempre he sido más bien friolera. Disfruto más del invierno, tapada hasta el cuello con mi manta, que del verano.
      Pero es lo que toca y hay que resignarse.
      Un fuerte abrazo.

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