martes, 16 de abril de 2013

BERKLEY MANOR (EDITADO)

Hola a todos.
Hoy, vamos a continuar con otro fragmento de Berkley Manor. Este fragmento nos mostrará a lady Christine, la madrastra del pequeño Toby, que está destrozada por su pérdida.

                      Lady Christine permanecía acostada en la cama. Tenía la sensación de que estaba viviendo una pesadilla. En cualquier momento, se despertaría. Escucharía los gritos alegres de Toby mientras correteaba por el jardín.
-¡Chrissy!-la llamaba-¡Ven!
                  Siempre la había llamado Chrissy.
                   Toby tenía cuatro años cuando lady Christine se casó con lord Duncan. Fue una boda un tanto alocada, como decían sus hermanas.
                   Pero no se arrepentía de haber cometido aquella locura.
                   Era consciente de que lord Duncan tenía un pasado escandaloso. Se había fugado con una mujer casada. Había dejado plantada a otra mujer a pocos días de su boda. El divorcio de lady Daphne fue uno de los más escandalosos que jamás se habían dado en el país. A los ojos de la sociedad, Toby siempre sería un bastardo, aún llevando el apellido Pennyworthy. Lady Christine se removió en su cama. Sentía que algo se le estaba clavando en su pecho. Ese algo le impedía respirar. Le estaba haciendo mucho daño. Le dolía.
                   Oía cómo la gente estaba abandonando poco a poco Berkley Manor.
-Milady...-dijo su doncella personal-¿No quiere desayunar? Lleva tres días sin comer. Eso es muy malo para usted.
-No tengo hambre-se limitó a decir lady Christine.
               
                    

                    Nunca más volvería a comer, pensó. Nunca más volvería a levantarse de la cama. La vida carecía de sentido para ella.
-Ha venido el vicario-le comentó su doncella.
-Dile que se vaya-le pidió lady Christine-No quiero ver a nadie.
 -Opino que sería una buena idea que hablara con él, milady. Se sentiría mejor.
-No hay nada en este mundo que me haga sentir mejor. Dile que no me moleste.
-Milady...Por favor...
-¿No me has oído? ¡No quiero ver a nadie! ¡A nadie!
-Milady...Se lo ruego. No puede seguir así. Va a enfermar de verdad.
                   ¿Y eso qué importa?, se preguntó lady Christine. Ya nada importa.
                   Ella no había llevado durante nueve meses a Toby en sus entrañas. Ella no había soportado los rigores de un parto para traerlo al mundo. Pero adoraba a aquel niño.
-Toby...-susurró.
                   Para ella, era su hijo. Lo quería como si fuera su hijo. Lady Christine recordaba su primer matrimonio. Simon había sido un buen marido. No había tenido hijos con él. Daba por sentado que era estéril. Simon, en cambio, sí tuvo un hijo ilegítimo. Eso era algo que lady Christine supo después de morir su esposo. No llegó a conocer al hijo de éste. Pero eso ya no importaba demasiado. Nunca amó a Simon. Al menos...No como amaba a lord Duncan. Se entregó a él con toda la pasión del mundo. Al menos...Fuera de la cama...
                    Su esterilidad le importó a lord Duncan cuando se conocieron. Él estaba necesitado de una esposa. Ya tenía a Toby. Ante los ojos de la sociedad, era su heredero. Después, empezaron a circular aquellos malditos chismes. Lord Duncan había intentado mantenerlos en secreto. Pero algún miembro de la servidumbre se había ido de la lengua. O, quizás, había sido algún amigo de lord Duncan. Lady Christine sabía que había gente que te traicionaba. Por eso, siempre había sido muy desconfiada. Y se había vuelto más desconfiada desde la muerte de su primer marido.
                  Para disgusto de lady Christine, el vicario entró en su habitación.
-¡Váyase!-le pidió-¡No quiero escuchar sus sermones!
-He venido para solidarizarme con usted, Excelencia-le aseguró Chris-Comparto su dolor.
-¡Eso es mentira! ¡No sabe lo que es perder a un hijo!
-Sé lo que es perder a unos padres. El dolor es el mismo. No desaparece así como así. Milady...Yo...En lo más profundo de mi corazón, lamento su pérdida. Porque sé lo que es ver morir a unos padres.
                  Aquella confesión hizo callar a lady Christine.
-Tenía la misma edad que Toby cuando mis padres murieron-prosiguió Chris-A veces, pienso que vuestro hijo está con mis padres. Y que ellos le están cuidando.
                  Lady Christine negó con la cabeza.
                  La madre de Toby había muerto al poco de nacer él.
                  Todo el mundo llevaba sus pérdidas como podía.
-No lo sabía-dijo lady Christine.
-Milady, yo la entiendo-afirmó Chris-Me pongo en su situación. Y creo que me moriría si viera morir a mi hijo. Yo era un crío cuando murieron mis padres. Y pensé que yo les seguiría a la tumba. Por suerte, eso no pasó. Estoy aquí.
                  Chris se sentó en la cama al lado de lady Christine. La duquesa de Berkley le escuchó mientras hablaba. No le estaba hablando como un vicario. Le estaba hablando como alguien que había perdido a un ser querido. Le estaba hablando como alguien cuyo dolor sí se podía equiparar al dolor que ella estaba sintiendo en aquel momento.
-¿Por qué me está pasando esto?-se preguntó lady Christine en voz alta.
-No conocemos lo que Dios tiene preparado para nosotros-respondió Chris-No sabemos en qué momento va a ponernos a prueba. Sólo sé que tenemos que estar preparados para poder superarla. Y que cuesta trabajo.
-¡Pero Toby era tan sólo un niño! ¡Tenía toda una vida por delante!
-A lo mejor, los planes de Dios no eran los mismos que los suyos, milady. Nadie sabe en qué momento va a morir. Yo me consuelo pensando que mis padres están con Dios. Y que su hijo está con ellos. Toby era un ángel. Los ángeles cuidan de nosotros.
-Eso no me consuela.
-Más adelante, verá las cosas de otra manera. El dolor irá mitigando con el paso de los días. Pero la herida permanece siempre ahí.
                     Lady Christine dejó escapar un sollozo. Se preguntó tontamente si lord Duncan querría tener un hijo con ella. Lady Christine pensó que su vida íntima con su marido nunca había sido satisfactoria.
                     Lord Duncan no sabía nunca dónde acariciarla. Era muy torpe a la hora de besarla. Y, además, entre sus brazos, lady Christine no sentía nada. Por no hablar de que todo terminaba muy rápido. Afortunadamente...
                   Tenía la mente hecha un caos.
                   No era capaz de ordenar sus pensamientos de manera coherente.
                   Se tapó el rostro con las manos.
                   Tenía la sensación de que el vicario podía leerle el pensamiento. Deseaba estar sola. ¿Por qué aquel vicario quería hablar con ella?
                   Lady Christine pensó en morirse.
                   ¿Quién la iba a echar de menos? Lord Duncan, antes o después, volvería a casarse.
                   Ella no servía de mucho. Sería una pobre mujer sin hijos.
                   Chris le quitó las manos del rostro.
-No deje que el Diablo la tiente, milady-la exhortó.
                    Lady Christine le miró con los ojos fuera de sus órbitas. Aquel joven parecía leerle el pensamiento.
                     Cerró los ojos. Quería quedarse dormida. No quería despertar de nuevo. Pensaba que el mundo se había vuelto loco. Y que ella no era capaz de despertar de aquella pesadilla. Todo...Todo lo que estaba pasando estaba mal.

6 comentarios:

  1. Pobre mujer, me ha inspirado una lástima inmenso, no imagino su dolor. Un fragmento muy bueno y sentido.

    Besos.

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    1. Creo que si a mí me pasara lo mismo que le ha pasado a lady Christine, me moriría.
      Un fuerte abrazo, Aglaia.

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  2. Hola Lilian, muy buenas noches,
    ya pasé por la pasión del beso, la envidia de la "chismosa" Eleonor y ahora el dolor de una madre, ufff le has puesto de todo un poco =)
    solo espero que el diablo no gané la batalla,
    ok ok ok, de eso te ocupas tú, solo dejo mi deseo.

    Y hablando de deseos te dejo los mejores para que sigas adelante con ésta bella historia
    un fuerte abrazo

    (por las dudas aquí chismosa también es alguien que se las trae, no solo la que anda con chismes, me explico? jajaja)

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    1. Hola Ricky.
      Buenos días desde La Unión.
      La vida es eso. Amor y dolor al mismo tiempo. La pobre lady Christine lo está pasando muy mal y es fácil que, en su situación, pueda cometer alguna locura. Pero tomo nota de tu sugerencia.
      En España, chismosa quiere decir una persona muy cotilla. Y Eleanor es muy cotilla. Puede parecer un poco brujilla, pero te aseguro que es una buena chica.
      Un fuerte abrazo. Y te agradezco tus buenos deseos.

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  3. Un fragmento triste éste, Lady Christine había puesto todo su cariño y esperanzas en Toby, y aunque no era su hijo lo tomó como tal sin importarle rumores o el pasado de su padre, debe ser muy duro ser despojado en un instante de lo que le daba sentido a la vida.
    Es bueno que Chris intente consolarla, aunque hasta ahora no parece tener mucho éxito.
    Veremos más adelante.

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  4. Un capítulo conmovedor, no solo por lo Christ trata de hacer sino porque, además, se conoce íntimamente lo que piensa Lady Christine y bueno alguno detalles de su vida matrimonial.

    Un beso.

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