martes, 11 de junio de 2013

BERKLEY MANOR

Hola a todos.
En el fragmento de hoy de Berkley Manor, seremos testigos de una conversación muy interesante entre Justin y Chris.
¡Vamos a ver qué pasa!

                 Había mucha gente en la posada.
                 Aún así, Justin pareció sentirse lo bastante cómodo para empezar a hablar.
                 La tabernera les sirvió dos jarras de cerveza a cada uno. Chris miró con cierto recelo su jarra de cerveza.
-Está buena-le invitó a beber Justin-Pruébela.
                 Chris bebió un sorbo. Frunció el ceño. Estaba fresca. Pero le pareció que era demasiado espumosa para su gusto.
-Olvido que usted no bebe-se avergonzó Justin.
-No tiene importancia-le aseguró Chris-Estoy aquí no para beber, sino para escucharle.
-Tengo miedo. Ése es mi problema. Tengo miedo de ir al Infierno de cabeza.
                  Entonces, Justin empezó a hablar. Le contó a Chris cómo había conocido a Eleanor.
-Lo nuestro es imposible-se lamentó Justin-¡Le arruinaré la vida si sigo con ella! Ellie tiene un brillante futuro por delante.
                  Se frotó las sienes con la yema de los dedos.
                  Todavía podía sentir sobre su boca la boca de Eleanor. La noche en que ella se metió en su camastro. Tuvo que echarla porque no quería mancillarla.
                   Pero se moría de ganas de dormir abrazado a ella.
                   Oyéndole hablar, a Chris no le quedó ninguna duda. Justin estaba muy enamorado de Eleanor. Por supuesto, él la conocía. Era una de las huéspedes de los duques de Berkley. Y, además, era la mejor amiga de Melanie.
-¿Ha hablado con los padres de la señorita Derrick?-quiso saber Chris.
-¡No sé qué les voy a decir!-contestó Justin-¡Me rechazarán! ¿Olvida que no soy rico?
-¿Y qué tiene que ver la riqueza con el amor?
                 En opinión de Chris, el amor no se basaba en el estamento social. Dios había hecho a todos los hombres iguales. No existían en su mente ricos y pobres. Existían sólo personas.
-La gente se cebará sobre Ellie-le explicó Justin al joven vicario con voz desesperada-Le harán la vida imposible. No puedo darle la clase de vida que ella merece. Ellie ha crecido rodeada de todos los caprichos. Nunca le ha faltado de nada. A mi lado, sería una desgraciada. ¡Y yo quiero evitar que sufra!
                Chris pensó que Eleanor sufriría si Justin la separaba de su lado.
                Veía angustia reflejada en los ojos del joven.



-Creo que puede darle algo que nadie más le ha dado-afirmó Chris-Puede darle amor.
               Justin sintió cómo se le formaba un nudo en la garganta.
-Amor...-susurró.
                El hogar de los Derrick siempre le había parecido muy frío. El matrimonio Derrick hacía vidas separadas. Sus hijos mayores iban por el mismo camino. Sólo quedaban Eleanor y Victoria.
-Cuando hay amor, lo demás no importa-le aseguró Chris a Justin.
                El joven cochero sabía que ni Eleanor ni Victoria eran felices en su casa. Sus padres pensaban en casarlas con buenos partidos. Victoria parecía haberse resignado a su suerte. En cambio, Eleanor no quería eso para ella. Quería casarse por amor.
-Lo último que quiero es que Ellie sufra por mi culpa-se sinceró Justin.
-Sufrirá si la aleja de su lado-opinó Chris-A ella no le importa que usted no tenga dinero o un título o unas tierras. No...Ella sólo desea su corazón. Su amor...Dios nos hizo a todos los hombres a Su Imagen y Semejanza. La avaricia es uno de los Siete Pecados Capitales. El amor, Justin, no es ningún pecado. Un sentimiento tan fuerte y tan hermoso no puede ser pecado. El amor tiene que ser alegría. Tiene que ser felicidad. Las personas tienen derecho a amarse libremente. A celebrar la alegría de los sentimientos. Amor...Pasión...Amistad...
                Justin escuchó atentamente las palabras de Chris.
                No había mucha gente en la posada. Sentados en una mesa de la esquina estaban dos hombres. Uno de los hombres dormía la mona tras una buena ingesta de cerveza. El otro hombre permanecía sentado en su silla ante una jarra de cerveza medio vacía. Miraba sin saber bien adónde mirar.
               Detrás de la barra, la tabernera parecía morirse de aburrimiento. Justin, por su parte, iba sopesando cada palabra que le había dicho Chris. Se daba cuenta de que el vicario tenía razón.
               Estaba obrando como un cobarde. Lo último que quería era perder a Eleanor. Se puso de pie. Se acercó a Chris. Le estrechó con fuerza la mano.
-Me ha abierto los ojos-le aseguró.

                 El ruido de unas pequeñas piedrecillas golpeando la ventana de su habitación despertaron a Eleanor.
                 La joven se acercó a la ventana y la abrió. Abajo, en el jardín, estaba Justin.
-Ellie, baja-le pidió-Tengo que hablar contigo.
                  La joven no entendía nada. Pero empezó a temerse lo peor.
                  Se puso su bata encima del camisón. Iba descalza. Le latía muy deprisa el corazón.
                  Para su sorpresa, al llegar al jardín, Justin la recibió con un fuerte abrazo. La estrechó con fuerza contra su cuerpo y permanecieron abrazados un largo rato. Justin llenó de besos el rostro de Eleanor.
-Ellie, tú tenías razón-admitió el joven-Mientras estemos juntos, no puede pasar nada. Nos tenemos el uno al otro. ¡Qué equivocado que estaba! ¡Y cuánto miedo he tenido!



                Se apartó de ella. El cabello rojo de Eleanor cae en cascada de rizos sobre sus hombros. La joven lo miraba con los ojos llenos de lágrimas.
               Le dio una bofetada a Justin.
-¡No vuelvas a hacerme sufrir, canalla!-le increpó.
-¡No volveré a tener miedo, Ellie!-le aseguró Justin-Me merezco todas las bofetadas del mundo por cobarde.
                Se dio así mismo una bofetada. Eleanor se echó a reír. Al mirar a Justin, comprendió que él había entrado en razón.
-Te juro, Ellie, que nunca te abandonaré-le prometió Justin-Estaremos siempre juntos. ¡Y así estalle el mundo en mil pedazos!
                Los dos se fundieron en un beso cargado de amor, de pasión y de esperanza.
                No se dieron cuenta de la figura envuelta en una capa oscura que estaba merodeando por el jardín. Y que se estaba acercando a la fachada de la casa. En aquel momento, sólo importaban ellos dos. Eleanor y Justin...

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