Aquí tenéis un nuevo fragmento de Berkley Manor.
El fragmento de hoy tiene como protagonistas a Chris y a Melanie.
Lamento mucho el parón de ayer. No puedo dejar a medias esta historia estando tan cerca del final.
Veamos lo que pasa entre ellos.
-Tengo que volver a casa, milady-le comunicó Melanie a lady Christine-Hay problemas. Me necesitan. Yo... Le agradezco de corazón su hospitalidad. Y me alegro de ver que está mejor.
Lady Christine y ella estaban dando un paseo por el jardín.
-Entiendo-dijo la duquesa.
Melanie se fijó en que lady Christine estaba muy pálida. Su vestido de color crema parecía fundirse con la blancura de su piel. A pesar de las indicaciones del doctor Price, lady Christine había querido bajar al jardín a tomar un poco el fresco.
-No se encuentra bien, milady-observó Melanie.
-Estoy bien, querida-mintió lady Christine.
-¿Por qué se ha desmayado?
-Porque siento que mi vida es un desastre. Que nada de lo que me pasa es real.
-Usted es real, Excelencia. Lo que siente es real.
-Te equivocas. Hay cosas de las que es mejor no hablar.
Lady Christine le sonrió con tristeza a Melanie. La muchacha sintió pena por ella. Veía que su matrimonio con lord Duncan era un desastre. Sólo estaban unidos por el pequeño Toby. Y aquel lazo se había roto para siempre.
-Puedes partir mañana por la mañana-decidió lady Christine-Le diré a mi cochero que te lleve a casa.
-Muchas gracias, Excelencia-contestó Melanie haciendo una profunda reverencia-Es usted muy amable.
-Gracias a ti, querida.
-¿Por qué me da las gracias?
-Por permanecer en este mausoleo. Por no haber salido corriendo. Por hacernos compañía en nuestro dolor. Por ser comprensiva.
-De corazón, lamento mucho todo lo que ha pasado.
Yo también lo lamento, pensó lady Christine.
Chris volvió a colarse aquella noche en la habitación de Melanie. Ella lo estaba esperando sentada en la cama. Ignoraban lo que estaba pasando en el sótano entre Eleanor y Justin. Y también lo que estaba pasando entre lady Christine y lord Duncan en la alcoba de la duquesa.
-Chris, te estaba esperando-dijo Melanie.
Llevaba puesto el camisón. Encima, se había puesto la bata. Su rubio cabello estaba suelto.
Se acercó a grandes zancadas a Chris y lo abrazó con fuerza. Llenó su rostro de besos. El joven se dio cuenta de que Melanie estaba temblando.
-¿Qué ha pasado?-quiso saber.
Melanie apoyó su cabeza sobre el hombro de Chris. El joven le acarició el pelo. Melanie cerró los ojos al sentir la cara de su amado hundida en su cabeza. Se apretó contra él. Cuando estaba con Chris, Melanie se sentía protegida.
Sintió que Chris rodeaba su cintura con los brazos. Respiró hondo.
El joven la besó en la frente.
-¿Va todo bien?-inquirió Chris.
-Sí...-contestó Melanie-Todo va bien.
-Me estás mintiendo. ¿Qué ha pasado, Melly?
La muchacha suspiró. Chris debía de saberlo.
-Mi padre ha vuelto-atacó.
Para su sorpresa, Chris no dijo nada. Melanie frunció el ceño.
Lo debe de saber, pensó. ¿Por qué no me lo habrá dicho? Chris se enfrentó a la interrogante mirada de Melanie.
-¿Tú lo sabías?-le interrogó la chica.
-Me encontré con tu padre hace algunos días-se sinceró Chris-Quería que yo intercediera por él. Le di un puñetazo.
Los ojos de Melanie se abrieron desmesurados. Luego, se echó a reír con ganas.
-¿Le diste bien?-quiso saber.
-Lo dejé tirado en el suelo-contestó Chris.
Melanie tenía un brillo pícaro en su mirada.
-Hiciste bien-afirmó.
-No quiero que ese canalla vuelva a haceros daño-le aseguró Chris-Ni a ti ni a tu madre ni a tu hermana. Ese hombre os rechazó. Dios le hizo el regalo más maravilloso del mundo con una familia. Y él la rechazó. No os merece.
Los dos se quedaron mirando durante unos instantes. Melanie pensó en lo maravilloso que era Chris. Se había enfrentado a su padre sólo por ella. Porque quería protegerla. Tengo miedo, pensó. Pero siento que puedo confiar en él.
-Eres maravilloso-afirmó-Y quiero ser tuya. Te amo. Con la mente, con el corazón y con mi cuerpo. Siento que están desapareciendo todos mis miedos.
-¿Vas a abandonar Berkley Manor?-indagó Chris.
Melanie asintió.
Le daba mucha pena abandonar aquel lugar.
Se había enamorado en Berkley Manor.
Había cambiado en aquel lugar. Sentía que ya no era la niña asustadiza que era cuando llegó.
Sentía que podía enfrentarse al mundo. Lo vivido allí la había ayudado mucho.
Debía de dejar atrás los fantasmas de su pasado. Debía de mirar hacia delante.
Pero quedaba un último escollo. Su padre...
Debía de enfrentarse a él. Entonces, sería libre del todo.
-No quiero que ese hombre esté cerca de mi familia-contestó Melanie-No quiero que vuelva a hacernos daño.
-Yo estaré contigo para ayudarte-le prometió Chris-No dejaré que vuelva a destrozaros la vida.
Los labios de Chris y de Melanie se encontraron en un beso apasionado. Sus lenguas empezaron a combatir al tiempo que se quitaban mutuamente la ropa. Una última noche de amor en Berkley Manor...
No dejaron de besarse mientras caían desnudos sobre la cama. Sus bocas se buscaban. Se encontraban. Sus lenguas seguían combatiendo de manera incesante.
-Echaré de menos estar aquí contigo-le confió Melanie a Chris.
Las manos del uno recorrían el cuerpo del otro. Se abrazaban. Sus cuerpos se rozaban. Los labios del uno besaban la piel del otro. Se conocían de sobra a nivel íntimo. Sabía lo que les gustaba. Era su última noche. La piel de Chris ardía al contacto de la piel de Melanie. No podía dejar de tocarla. De acariciarla. Estaba derribando las últimas defensas de la muchacha. Ya no sentiría miedo de amarle. Las reservas acabarían desapareciendo.
Los dos tenían los ojos muy abiertos. Melanie ya no sentía pudor al ver el cuerpo desnudo de Chris. Y ya no sentía pudor alguno al estar desnuda delante del joven. Era lo más natural del mundo.
Sintió los dedos de Chris recorriendo cada centímetro de su piel. La respiración de Melanie se hizo más agitada.
Se tocaron. La boca de Melanie saboreó el cuerpo de Chris. Se deleitó con su textura. Lo sintió suyo en cuerpo y alma. No dejó ni un milímetro sin recorrer de la piel del joven. Se besaron una vez en los labios. Volvieron a besarse.
Chris besó las manos de Melanie. La besó en el cuello. La besó también en la espalda recorriéndola en toda su extensión. Besó sus pechos. Succionó sus pezones. Recorrió con la lengua su vientre. Escuchó cómo de la boca de Melanie se escapaba un suave gemido.
De aquella manera, Chris y Melanie volvieron a unir sus cuerpos. Fue un acto lleno de amor. Pero también fue un acto lleno de melancolía. Aquella sería su última noche en Berkley Manor. Aún así, decidieron pasarla amándose. Entregándose de lleno el uno al otro. Había sido en aquella mansión donde se habían conocido. Y donde se habían enamorado.
Al día siguiente, Melanie tenía preparado todo su equipaje. Partiría al mediodía. Bajó al salón, donde la estaban esperando Victoria, Eleanor, lady Christine y lord Duncan.
-Celebro verle por aquí, milord-afirmó Melanie-¿Cómo se encuentra?
-Intentando seguir adelante-contestó lord Duncan-Pero cuesta mucho trabajo. Por suerte, no me siento solo.
Lady Christine mantenía la cabeza gacha.
-¡Aún no me puedo creer que te vayas!-se lamentó Victoria.
-Mi familia me necesita-le recordó Melanie.
-Tu padre es un malnacido-aseguró Eleanor-¿Cómo se le ocurre regresar? ¡No ha dado señales de vida durante años!
Melanie se abstuvo de decir que tenía razón.
Los criados estaban en la entrada.
-Buen viaje, señorita-le dijo el mayordomo-Lamentamos que su estancia en Berkley Manor no haya sido tan agradable.
-Ha sido una experiencia que nunca olvidaré-afirmó Melanie-Recordaré todos los momentos que he vivido aquí. Han sido todos ustedes muy amables.
Recordó el día en que Pamela se puso de parto.
Los ojos de Melanie se llenaron de lágrimas. Aún podía ver el ataúd en mitad del salón donde yacía Toby.
Aún resonaban en sus oídos el grito de dolor de Humphrey cuando supo que Pamela había muerto. Tanto Victoria como Eleanor intentaban contener las lágrimas.
Eleanor dijo que eran unas tontas porque no tardarían muchos días en volver a verse. A su lado, Victoria asintió. Sin embargo, la mente de Eleanor tenía otros planes. Se acercó a Melanie y la abrazó con fuerza.
-Tenemos que hablar-le dijo-Pero tiene que ser a solas.
Hablaba muy bajito. Le daba miedo contarlo delante de Victoria. Ya había tomado una decisión con respecto a su romance con Justin. Y estaba muerta de miedo.
Victoria parecía entenderla. Aunque no terminaba de fiarse de ella. Creía que podía confiar en Melanie. Después de todo, ella sabía lo que era estar enamorada.
Hola Lilian, buenas tardes,
ResponderEliminarun capítulo cargado de senasaciones,
si a Melanie le quedaba algún miedo despues de hoy lo ha perdido por completo.
Un poco de melancolía con la despedida del lugar, pero es un paso que debían dar, verdad?
buena entrega,
sensual y sutil.
Un gran abrazo
Hola Ariel.
EliminarEste día tenía que llegar antes o después.
Si no, la historia no tendría su gracia. Melanie ha cambiado mucho en el tiempo que ha pasado en Berkley Manor. Se siente más fuerte y ha perdido su miedo al amor.
Me alegro que te haya gustado. Las escenas hot se me dan de pena.
Un fuerte abrazo desde La Unión.
Hola, amiga, qué buen capítulo.
ResponderEliminarDefinitivamente, esta marcha de Mel será un punto de quiebre para su vida, va a enfrentarse a sus más grandes temores y confío que saldrá triunfante para poder ser feliz al fin.
Besos.
Hola Claudia.
EliminarMe alegro de corazón de que te haya gustado.
Melanie va camino de enfrentarse a los fantasmas de su pasado. Se siente fuerte gracias a todo lo vivido en Berkley Manor. Pero...¿Seguirá siendo igual de fuerte cuando se encuentre cara a cara con su padre?
¡Tendrás que verlo!
Un fuerte abrazo, Aglaia.