jueves, 16 de mayo de 2013

BERKLEY MANOR (EDITADO)

Hola a todos.
El fragmento de hoy de Berkley Manor viene cargado de cosas muy interesantes. Lady Christine da un paso decisivo. Y Chris sigue luchando por Melanie y contra la terquedad de Melanie.
Espero que os guste.

                       Lady Christine se atrevió a salir de la mansión dos semanas después de la muerte de Toby.
                       En el interior del carruaje, lady Christine se preguntó si sería capaz de pisar el cementerio.
                       Había decidido visitar por primera vez la tumba de Toby. Era algo que tenía que haber hecho días antes.
                      Pero lady Christine no se había sentido capaz de dar aquel paso. Sin embargo, tenía que visitar la tumba de Toby. Si no...No sería capaz de ir a visitarla nunca. Suspiró.
                     Lady Christine odiaba ir a los cementerios. Lo odiaba desde que murieron sus padres. Estoy segura de que ellos están cuidando de Toby.
                    El carruaje se detuvo delante de la puerta del cementerio. El cochero abrió la puerta. Ayudó a descender a lady Christine. La mujer se estremeció al pisar la calle. Veía largas filas de lápidas y de cruces de mármol y de madera. Recordaba vagamente el lugar donde Toby había sido enterrado.
                   Ella no lo había traído a este mundo. Aún así...Toby había sido su última oportunidad de hacer realidad su sueño de ser madre. Comenzó a caminar. En su cabeza, resonaban los rumores que había escuchado a lo largo del tiempo que llevaba casada con lord Duncan. Rumores acerca del verdadero origen de Toby. Eso jamás le había importado.
                  El niño llevaba el apellido de su marido.
                  Eso significaba que Toby era el hijo legítimo de lord Duncan. No importaba si no llevaba su sangre. Eso era algo que nunca le había importado a lady Christine.
                   La duquesa se encontró frente a la tumba del niño. Notó cómo las lágrimas empezaban a deslizarse sobre sus mejillas. Se puso de rodillas frente a la lápida de Toby. Aún no había podido asimilar lo ocurrido. Creía que Toby aparecería corriendo de un momento a otro. Que la llamaría a gritos. Y ella iría corriendo a su encuentro. Pero nada de eso iba a suceder. Lady Christine lo sabía.
                Lord Duncan seguía recluido en su habitación. De vez en cuando, salía. Pero no se relacionaba con ella.
                  Alguien había escrito lo siguiente en la lápida de mármol:

TOBÍAS ANDREW PENNYWORTHY

1786-1792

AMADO HIJO DE LORD DUNCAN WULFGAN Y DE LADY DAPHNE PENNYWORTHY. 

SIEMPRE TE QUERREMOS. NUNCA TE OLVIDAREMOS. 
NUESTRO PEQUEÑO ÁNGEL...



                También era mi hijo, pensó lady Christine. Sintió un doloroso nudo formándose en su garganta.
               ¡No es justo!, pensó. Toby no debía de estar bajo aquella lápida.
               Toby debía de estar recibiendo clases de su institutriz. Debía de estar volviendo loca a la señora Harry con sus travesuras. Ella y lord Duncan empezarían a hablar acerca de enviarlo a Harrow. O dejar que se educara en la mansión.
               Lady Christine cayó de rodillas ante la tumba del niño.
               Quería pensar que estaba viviendo la peor de las pesadillas. Antes o después, se despertaría. Y vería a Toby mirándola sonriente a los pies de su cama adoselada. ¡Y todo volvería a la normalidad! Pero la realidad era aquélla. Se imponía con toda su crueldad. Lady Christine dio rienda suelta a su llanto. Toby se había ido para siempre. No volvería a verle.
   
               Aquella tarde, Chris fue a Berkley Manor a tomar el té con Melanie. Los dos pasaron al salón. Chris se dijo que tenía que hablar con ella seriamente sobre lo ocurrido días antes. Sin embargo, Melanie prefería no pensar en lo que había pasado entre ellos en el castillo de Sandown.
-Fue la noche más bonita de mi vida-le confesó a Chris. 
                   El joven le cogió las manos. 
-Tengo la sensación de que no quieres que hablemos de eso-le confió. 
-Porque es mejor dejarlo estar-afirmó Melanie. 
-¡Yo no puedo hacer eso! ¡Por el amor de Dios, Melly! ¿Has pensado en las consecuencias que puede tener? 
                    Ella lo interrumpió con un beso largo y ávido en los labios. Chris, en contra de su voluntad, correspondió a aquel beso con la misma pasión. Melanie le cogía las manos. Al separarse, la muchacha se separó de él. No se reconocía. Tenía en sus labios el sabor de los labios de Chris. Le costaba trabajo respirar. En cada beso...Cada vez que Chris la besaba, Melanie luchaba contra los sentimientos que el joven despertaba en ella. 
                   Tenía mucho miedo. 
                   Cogió una pasta que había en un platito de porcelana. Le dio un mordisco con cierta desgana. ¿Por qué Chris no actuaba como los demás hombres y se olvidaba de ella? 
 -Acabarás olvidándome-afirmó Melanie-Los hombres actuáis así. Lo sé. 
-¿Qué quieres decirme?-inquirió Chris. 
-Mi padre le juró amor eterno a mi madre sólo para hacerla sufrir. No quiero que a mí me pase lo mismo. No podría soportar un Infierno como el que vivió mamá. 
-Melly, no soy un sinvergüenza. Mírame a los ojos, amor mío. Verás que te estoy diciendo la verdad. 
-Algunas veces...Te oigo hablar y creo que le estoy oyendo hablar a él. Finalmente, cuando se cansó de sangrar a mi madre, nos abandonó. Nunca le importamos. Ni mi madre...Ni Annie...Ni yo...
-¡A mí sí me importas tú! Me importa todo lo que tenga que ver contigo. 
                   Chris nunca sabría las noches en vela que pasó Melanie oyendo llorar a su madre sólo porque su padre había salido. 
                    Eran noches llenas de amargura. Melanie se sentía embargada por una profunda sensación de impotencia. No sabía qué hacer para consolar a su madre. Quería decirle que todo iría bien. Pero, en su fuero interno, sabía que eso no era cierto. Deseaba poder hacer algo para ayudarla. Pero no podía. Era tan sólo una niña. ¿Qué podía entender una niña acerca de los problemas de los adultos? Cuando su padre se fue para no volver, para Melanie, su marcha supuso un alivio. 
                   Su madre no lo vio así. Y se hundió aún más. 
                  Melanie no quería pasar por aquel trance. 


                Chris cogió una galleta. Le dio un mordisco con aire pensativo. 
-Yo estoy dispuesto a esperar el tiempo que haga falta-le aseguró. 
-No quiero que estés esperando toda la vida-afirmó Melanie. 
-Tú también me amas, Melly. Aunque lo niegues, lo veo en tus ojos. Soy un hombre paciente. Dios sabrá guiarte. Y yo te estaré esperando. Toda la vida, si es preciso. 
-¡No hables así!
                    Melanie rompió a llorar y deseó no sentir aquel sentimiento tan fuerte que la unía a Chris. Un sentimiento que le impedía pensar con claridad. Un deseo de estar a todas horas con él y de poder ser su compañera. Su amiga...Su amante...Chris secó con besos las lágrimas que caían por las mejillas de Melanie.  
-No quiero amarte-le confesó la chica. 
                   Chris la abrazó con dulzura. 
-Pero te amo-admitió Melanie.
                Las palabras fluyeron con sinceridad por su boca.
                 No se había dado cuenta de que las había pronunciado. Sonaron sinceras al ser pronunciadas. Era eso lo que sentía por Chris. Amor...Se había enamorado de aquel joven bondadoso. No quería amarle. Pero lo amaba. Ésa era la verdad. Lo amaba. 

3 comentarios:

  1. Aunque la terquedad de Melanie puede ser un poco desesperante, la comprendo, es natural que después de haber pasado por tanto, sienta un temor tan grande al amor, a verse abandonada, pobrecita. Chris me parece sencillamente encantador, es un personaje de primera.

    Besos.

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    1. La manera de actuar de Chris pienso que casa mucho con su forma de ser. Es un joven tranquilo y sereno. Muy responsable...Y ama con todo su corazón.
      Poco a poco, se irá ganando el corazón de Melanie.
      Un fuerte abrazo, Aglaia.

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  2. Melanie por fin se rindió y le confesó a Chris su amor, bien!él parece estar totalmente seguro de su afecto y decidido a luchar por ella, pero debe saber entender las reservas y las dudas que su amada guarda en su corazón, me gusta que no intente apurarla y en cambio trata de entenderla. Es todo un caballero este joven.
    La historia está fantástica, amiga, muchas gracias por escribirla y compartirla-

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