viernes, 31 de mayo de 2013

BERKLEY MANOR

Hola a todos.
Hoy, os traigo un nuevo fragmento de Berkley Manor. 
Se trata de un fragmento un poco triste por lo que trata, ya que se cumple un mes desde la muerte del pequeño Toby.
Además, Melanie descubre algo relacionado con Chris.

                        De pie, en el Altar Mayor, Chris miraba a la gente que había acudido a la Iglesia aquella tarde.
                        La idea de celebrar aquella ceremonia la había tenido lady Christine. La duquesa de Berkley estaba sentada en el primer banco de la Iglesia. Intentaba, como podía, mantenerse serena.
                       Lord Duncan también había asistido a la Misa. Aquel día, se cumplía un mes de la muerte de Toby. Lord Duncan parecía haber envejecido diez años. Estaba muy delgado. Se le veía demacrado. Miraba sin ver nada. El vestido negro que llevaba puesto lady Christine le estaba grande. Le colgaba del cuerpo.
                        Y también estaba ella. Sentada en el último banco...Melanie...
                        Iba completamente vestida de negro.
                        Al acabar la ceremonia, Chris se acercó a hablar con los duques de Berkley. No pudo hablar con lord Duncan. El duque abandonó rápidamente la Iglesia. En cambio, sí pudo conversar con lady Christine. La mujer esbozó una sonrisa triste cuando saludó a Chris.
-¿Cómo se encuentra, Excelencia?-le preguntó el joven vicario.
-Intentando salir del pozo-respondió lady Christine.
-Me alegro de verla más animada. A Toby no le habría gustado verla hundida.
-Lo sé. Pensar en él me ayuda mucho.
-El niño la quería, Excelencia. Donde quiera que esté, desea verla bien. No puedo decirle que sea feliz. Aún está muy reciente su pérdida. Pero no quiere verla abatida.
-Le agradezco mucho toda su ayuda. Usted ha hecho mucho por nosotros. Gracias...
                    Lady Christine abandonó la Iglesia. Su paso era lento y cansado. Sentía una pesada carga sobre sus hombros. Y un inmenso dolor en su corazón. Melanie permaneció sentada. Vio cómo la duquesa abandonaba la Iglesia.
-Ha sido un bonito sermón-le dijo la joven más tarde.
                        Entró a verle a la rectoría. Chris estaba guardando los papeles en los que había escrito su sermón. Al ver a Melanie, fue corriendo hacia ella y la abrazó. La muchacha notó que Chris estaba temblando cuando la estrechó contra su cuerpo.
-De no ser por ti, me habría venido abajo-le confió-He recordado el rostro de Toby. No sé cómo he podido seguir con el sermón.
                      Melanie le besó con ternura en los labios. De algún modo, sentía que ella también necesitaba a Chris. De la misma manera que el joven parecía necesitarla a ella.
                     Acarició el pelo negro de Chris con la mano. Se perdió en sus bonitos ojos. En la expresión serena de su rostro...Serena, aunque triste.
-¿Cómo estás, Melly?-le preguntó.
-Estoy triste-respondió la joven.
-Lo ocurrido en el último mes ha sido demencial. Lo pienso mucho.
                    La besó con suavidad en los labios.
                    Salieron juntos de la sacristía. Chris decidió que acompañaría a Melanie hasta Berkley Manor. Había acudido sola a la Iglesia. Eleanor estaba en algún lugar con Justin. Y Victoria decía que le dolía la cabeza.
                     Chris pensó en sir Marcus. Por lo que intuía, Melanie todavía no le había visto. Ni siquiera sabía que su padre estaba en la isla.
                        Mejor para ella, pensó Chris.
                      A veces, Melanie le hablaba de su padre.
                     Chris culpaba a sir Marcus de todo. Por culpa de aquel hombre, Melanie estaba asustada. Le daba miedo confiar en él. Entregarle su corazón sin reservas. Chris veía amor en los ojos de Melanie cuando le miraba. Cuando se cogía de su brazo, como había hecho al salir de la Iglesia. Cuando estaban juntos. Pero tenía miedo de él.
-Veo que lady Christine está empezando a superar la pérdida de Toby-le comentó Melanie-¡No sabes lo mucho que me alegro!
-Es una mujer fuerte-opinó Chris.
-No parió a Toby. Pero ella lo consideraba su hijo.
-Aunque no llevara su sangre.
-Sí...

 

                 Siguieron paseando en silencio.
                 Chris se debatía entre contarle la verdad a Melanie. O no contarle nada.
-Melly, hay una cosa que tengo que decirte-se decidió.
                  Tenía que ponerla sobre aviso. Sir Marcus ya estaba advertido. Pero aquel hombre era capaz de aparecerse ante Melanie. ¿Lo habría visto ya la madre de su amada? ¿O su hermanita pequeña? Melanie se detuvo. Miró a Chris con cierta preocupación. ¿Qué quería contarle? Chris tragó saliva. ¿Se enfadaría Melanie con él?
-Conozco a tu padre-empezó a contarle-Tu madre ha pasado los últimos años escribiéndole cartas. Esas cartas llegaban a él por mediación de mi antecesor, el vicario Hawkins. Pero tu padre...Ignoraba esas cartas.
-¿Conoces a mi padre?-le preguntó Melanie.
-Hace casi un año que le conozco, por desgracia. Tu madre vino a verme a los pocos días de sustituir al vicario. Quería que yo le hiciera llegar a tu padre las cartas que ella le escribía. Lo hice porque me pareció que esa mujer estaba desesperada. Tu padre...
-Me lo imagino. No hace falta que sigas.
                    Siguieron caminando. Melanie estaba muy rígida. Chris conocía a su padre. Respiró hondo mientras luchaba por asimilar aquella información.
                   No le extrañó saber que su madre le escribía a su padre. Kate estaba obsesionada con sir Marcus. Se preguntó qué pensaría Chris de su padre. ¿Había llegado a simpatizar con él? No se atrevía a hacerle aquella pregunta.
                  Chris rodeó con su brazo los hombros de Melanie. La atrajo hacia sí. La chica apoyó la cabeza en el hombro de Chris. Notó cómo el joven le acariciaba el pelo. Cómo la besaba repetidas veces en la frente.
-Es odioso-afirmó-Tu padre...No te pareces en nada a él.
                Melanie pareció relajarse al escuchar aquella afirmación.
-Le desprecio-se sinceró.
                Era verdad. Sir Marcus no se había hecho merecedor nunca del cariño de Melanie.
-Le destrozó la vida a mi madre-prosiguió-Nunca se lo perdonaré.
-No te voy a pedir que le perdones-admitió Chris-He llegado a detestar a ese hombre por todo lo que os ha hecho a ti y a tu familia. ¡Qué Dios me perdone!
-Gracias por entenderme. Nunca entendí el porqué mi madre lo amaba tan locamente. Cuando...Mi madre sufrió el aborto, él no estaba en casa. No sé dónde estaba. Pero no vino mientras mi madre se debatía entre la vida y la muerte. Vino, pero no se preocupó por ella. ¿Qué clase de marido desprecia así a su mujer?
                 Había odio en la voz de Melanie. Un odio que a Chris le resultó comprensible. La chica tenía derecho a sentir rencor hacia aquel hombre que la había abandonado. Y el rencor que anidaba en el corazón de Melanie era muy intenso.
                 No se dieron cuenta de que alguien les estaba siguiendo. Era un hombre. Llevaba puesta sobre su cabeza una capa negra. Le cubría toda la cara. El hombre se detuvo en seco. Había escuchado una frase de Melanie. Le destrozó la vida a mi madre. Nunca se lo perdonaré. 
                Sintió un fuerte dolor en el pecho.
               Nunca se lo perdonaré. 



-Yo no soy como tu padre-afirmó Chris-Jamás te abandonaría, Melly.
                    ¿Puedo confiar en ti?, se preguntó Melanie. ¿Puedo confiar en que nunca me abandonarás?
                    Se detuvieron de nuevo.
-No me rindo, Melly-le confesó Chris-No puedo rendirme cuando puedo perderte.
-Quiero confiar en ti-admitió la muchacha.
-Tengo toda la vida por delante. Puedo esperar a que te decidas a amarme.
-Te amo. Por eso, tengo tanto miedo. Porque me he enamorado de ti. Y me asusta porque no quiero perder el corazón. No quiero sufrir como sufre mi madre. Sólo quiero cerrar los ojos. Y estar contigo siempre.
                Estaba siendo sincera con Chris.
                El hombre que iba detrás se detuvo también. Sir Marcus reconoció a su hija. ¡Cuánto había crecido Melanie!
                Apretó los puños. Su hija le odiaba. ¿Acaso podía culparla de ello? No sólo eso.
                Había encontrado el amor. Se había enamorado del vicario.
                Del joven que le hacía llegar las cartas de amor que le escribía Kate. Sir Marcus sintió un doloroso pinchazo dentro de su pecho.
                 Se daba cuenta de que no había amado nunca a nadie. Ni siquiera pudo amar a su esposa. Kate le había dado todo.
                 Pero sir Marcus no quiso amarla. Su comportamiento con ella no tenía perdón. Se había ganado a pulso su odio.
                 Melanie y Anne habían crecido. Y eran felices sin su padre. No querían saber nada de él.
                 Había intentado ver a Anne. Pero se topaba con la mirada vacía de la niña. Su hija no mostraba el menor interés en saber de él.
-¿A qué estamos esperando, Melly?-sonrió Chris.
                  La besó de lleno en la boca. Sir Marcus se quedó atónito ante aquella escena. Pero lo que más le impactó fue otra cosa. Melanie le devolvía al joven vicario el beso con la misma pasión con la que él la estaba besando.
                  Se dio la vuelta. No podía seguir mirando aquella escena. No era capaz de intervenir.
                  Sir Marcus había visto mucho. Había visto a Melanie corresponder al beso. Un beso lleno de amor...Un beso lleno de pasión...
                  ¿Con qué derecho podía él intervenir?
                  Empezó a caminar. Regresaría a la posada. Aún así, se dijo, tenía que hablar con Melanie.
                  Y hablaría también con Anne. Y también hablaría con Kate...Con las tres...Se pondría de rodillas ante ellas.
                   No podía morir así. No podía morir sin saberse perdonado por su familia.
                   ¿Qué le esperaba en la habitación de la posada? Estaría solo. A decir verdad, se había dado cuenta de lo mucho que odiaba la soledad.
                    Pudo haber sido feliz con su familia. Kate lo amaba locamente. ¿Cómo había correspondido él a aquel amor tan leal? Sintió cómo las lágrimas corrían por sus mejillas. Su vida había sido un completo desperdicio. De eso ya no le cabía la menor duda. Un matrimonio roto...Y unas hijas que le odiaban y con razón.

2 comentarios:

  1. Hola Lilian, buenas noches,
    buen fragmento,
    por un lado la niña parece estar perdiendo el miedo, gracias a Chris, por supuesto, y la historia se va encaminando,
    y por el otro, el que cada vez esta peor es el "querido" Sir Marcus =D
    se le está acabando el tiempo y no encuentra perdón alguno... una triste realidad en la que no parece cambiar su suerte.

    muy entretenido...
    vengo solo una vez pero trato de ponerme al dia...
    espero no perder detalle.

    Te deseo un bonito fin de semana
    un fuerte y cálido abrazo

    ResponderEliminar
  2. Sir Marcus puede ver ahora con sus propios ojos las consecuencias de sus acciones, el rencor de Melanie, el odio de su esposa, la indiferencia de su hija pequeña. La soledad parece ser una opción peor que la cercanía de la muerte. Y Chris comprende el porqué del recelo hacia el amor por parte de su amada, que está íntimamente relacionado con los traumas de haber sido testigo del corazón roto de su madre...

    ResponderEliminar