jueves, 6 de junio de 2013

BERKLEY MANOR

Hola a todos.
El fragmento de hoy de Berkley Manor también es cortito. Pero es bastante interesante. Chris va a ver a Kate para prevenirla sobre la presencia de sir Marcus en la isla. ¿Qué pasará?

                       A la tarde siguiente, Chris fue a visitar a Kate a su casa. Era la primera vez que se veían en mucho tiempo. La criada lo condujo hasta el salón y fue a avisar a Kate, que estaba acostada durmiendo la siesta. Chris se paseó de un lado a otro del salón con nerviosismo.
                    Habían pasado muchas cosas desde la última vez que vio a Kate. Ella le entregó una carta para que se la diera a sir Marcus. Pero el hombre no había querido ni abrirle la puerta.
                   Kate bajó al cabo de un rato. Llevaba puesto un bonito vestido de color naranja. Hacía juego con su pelo rojizo, que lo llevaba recogido en un sobrio moño.
-¡Vicario Pemberton!-exclamó al ver a Chris-¡Qué sorpresa me da verle!
-He venido para advertirla, señora Livingston-atacó Chris-No sé cómo estarán las cosas entre su marido y usted.
                  Kate tuvo la impresión de saber, de pronto, el porqué de la visita del joven vicario.
                 Suspiró hondo. Por lo visto, todo el mundo sabía que sir Marcus había regresado a la isla. ¿Lo sabrá Melanie?, se preguntó Kate.



-Me temo que sé a lo que viene-se sinceró.
                  Los dos tomaron asiento en el sofá.
-¿Lo sabe?-se asombró Chris.
-Sí...-contestó Kate-Lo he visto en un par de ocasiones. Dice que sólo quiere mi perdón. Y ver a nuestras hijas.
               Chris le dio un puñetazo al sofá en un gesto de rabia. El verle con el rostro enrojecido era algo nueva para Kate, que lo había conocido como un joven tranquilo. Al menos, ésa era la impresión que había tenido de él.
-¡No puede dejar que ese miserable se acerque a sus hijas!-afirmó-Sólo les hará daño.
-Mi marido parece estar muy enfermo-opinó Kate-Y soy consciente del daño que nos hizo.
-¡Ese hijo de perra no se merece su perdón!
-Habla igual que mi tía Regina, vicario Pemberton.
-¡La señora Dorrit tiene toda la razón del mundo! ¡Piense en sus hijas! ¿Crees que ellas querrán ver a su padre después de todo el tiempo transcurrido? ¡Las abandonó! Durante diez años, no se ha preocupado por ninguna de ellas. No les ha escrito. ¿Qué clase de padre abandona a sus hijos así como así?
                  Chris estaba pensando en Melanie en aquellos momentos.
-Me sorprende su reacción-observó Kate con voz serena-Se ha tomado este asunto de un modo muy personal.
                  Chris suspiró hondo. Se preguntó si debía de sincerarse con aquella mujer. Después de todo, era la madre de Melanie. Desde la última vez que vio a Kate, Chris había conocido a su hija mayor. Y habían ocurrido muchas cosas entre ellos. Cosas que no podía contarle a Kate.
-He conocido a Melanie-se sinceró-La conocí en Berkley Manor. Tuve que ir allí cuando murió el hijo de los duques. Es una chica maravillosa. Le he cogido un gran cariño.
                Kate arqueó una ceja al escuchar aquellas palabras. Chris siempre le había parecido un joven serio y responsable. Pero era bastante atractivo físicamente. Y Melanie era muy bonita. Intentó no pensar nada malo ni de aquel muchacho ni de su hija. Melanie era lo bastante sensata como para no dejarse llevar por la pasión. Y Chris era un joven serio. Un caballero...No se parecía en nada a su marido. Chris respetaba a Melanie. Sir Marcus nunca la había respetado.
-¿Son amigos?-quiso saber Kate.
-Hemos pasado mucho tiempo juntos y hemos hablado mucho-contestó Chris-Se puede decir que sí. Que somos amigos. Es una muchacha muy agradable.
-¿En serio sólo piensa eso de ella?
-Si le soy sincero, señora Livingston, su hija es una chica muy sensible. Se preocupa por todo el mundo. Parece empatizar con los demás. Nunca antes había conocido a una persona así. Como lo es ella. Sabe escuchar a la gente. Se preocupa por los demás cuando ve que tienen problemas. O que están sufriendo. Nunca pide nada a cambio. Su hija es más fuerte de lo que aparenta, señora Livingston.
                Kate tuvo la sensación de que Chris parecía conocer a Melanie mejor que ella. ¡Y cómo hablaba de ella! Había admiración en su voz. Kate frunció el ceño. Había algo más que admiración en la voz de Chris al hablar de Melanie. Había otra cosa.
                Los ojos de Chris brillaban al hablar de Melanie. Kate no era ciega. Entre su hija y aquel joven había algo más que una amistad. No podía decir el porqué tenía aquella impresión. Sir Marcus no la había mirado con amor. No había hablado nunca de ella como Chris hablaba de Melanie. Aquel pensamiento la hirió. Entendió que sir Marcus nunca la había amado. Pero se había puesto así misma una venda en los ojos. Y se había resistido a ver la realidad.
              Clavó su vista en Chris. Sólo el tiempo diría si había futuro para él y para Melanie. ¡Qué sean felices!, pensó Kate. ¡Qué mi hija sea todo lo feliz que yo no pude ser!
-Señora Livingston...-la llamó Chris.
-Si ve a mi hija, quiero que la cuide-le pidió Kate-Sea cariñoso con ella. Se lo ruego. Respétela. Melanie es muy frágil. Muy delicada...Aunque bien sé que es más fuerte que yo. Pero...Ha sufrido mucho por culpa de su padre. Y también ha sufrido mucho por mi culpa. No se preocupe por mi marido. Yo...Me encargaré de mantenerlo a raya. Aunque me cueste trabajo hacerlo.
                 Chris se puso de pie. Se despidió de Kate haciéndole una reverencia.
-Pierda cuidado, señora Livingston-le aseguró. Le cogió la mano-Cuidaré de Melanie. Es lo que más deseo en el mundo.
                 Se marchó.
                 En aquel momento, Regina entró en el salón. Venía de la cocina. Había estado hablando con la cocinera acerca de lo que iban a cenar aquella noche. Oyó la puerta abrirse y cerrarse. Se puso tensa.
-¿Quién ha venido, Katie?-le preguntó a su sobrina-¡Espero que ese sinvergüenza no se haya atrevido a pisar esta casa!
-No te preocupes, tía Reggie-respondió Kate-No era  Marcus. Ha venido a verme el vicario Pemberton. Quería avisarme de que mi marido está en la isla. Yo lo sabía. Hemos estado hablando un poco.
-¿Sobre qué habéis hablado?
-Sobre Melly...
                  Regina arqueó las cejas al escuchar la contestación de Kate. ¿Acaso el vicario conocía a su sobrina nieta? La expresión del rostro de Kate era extraña. De pronto, su sobrina parecía haber envejecido. Kate se daba cuenta de que el tiempo había pasado muy deprisa. Se había perdido una parte muy importante de la vida de su hija. El primer amor...No estaba a su lado para aconsejarla.
-¿Qué te pasa, Katie?-quiso saber Regina-Te has puesto pálida.
-El vicario Pemberton está enamorado de Melly-contestó la mujer.
               Kate se sentó en el sofá. Sentía que le iba a estallar la cabeza.

3 comentarios:

  1. Qué buen final de capítulo, felicidades, me ha encantado, me alegra que pongan otros personajes en palabras lo que nosotros ya sabemos ;)

    Besos.

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    1. Mi querida Aglaia:
      Mil gracias por tus palabras de ánimo. Me están motivando mucho para seguir escribiendo.
      Kate no es tonta. Sabe que su hija tiene cierta edad. La han enviado a Berkley Manor a que busque un buen partido. Pero nadie ha pensado en que Melanie puede tomar sus propias decisiones.
      Me alegro de que te esté gustando y que estés viviendo así esta historia.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Kate entendió muy rápido lo que sucedía entre su hija y Chris, sobre todo por la forma en que él habla de ella, teniendo en cuenta que la misma Kate le prestó poca atención a sus propias hijas hundida en su obsesión por Sir Marcus. Vio claramente que este joven está deslumbrado por las virtudes de Melanie. Al menos no piensa mal acerca de una posible unión entre ellos, veremos más adelante...

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