viernes, 18 de octubre de 2013

TE ECHO DE MENOS

Hola a todos.
Lo prometido es deuda. Aquí tenéis el desenlace de Te echo de menos. 
¡Y la cosa está que arde entre nuestros dos protagonistas, je, je!
Muchísimas gracias por haber leído. Por haber comentado. Y por haber disfrutado con esta pequeña historia.

                           Fue Manuel el primero que se despojó de la ropa que llevaba puesta. Luego, ayudó a Herminia a despojarse de su camisón.
                          Le cogió la mano y se la besó.
-Eres preciosa-le aseguró.
-¿Has estado con alguna mujer?-quiso saber Herminia.
                        Manuel lo negó moviendo la cabeza. Herminia sonrió aliviada. Le dio un beso en la mejilla. Los labios de Manuel recorrieron el cuello de la joven. Sus bocas se encontraron en un beso cargado de amor. Volvieron a besarse con más pasión y más profundidad y Herminia rodeó con sus brazos el cuello de Manuel, apretándolo contra su cuerpo.
                     Manuel acarició el cabello suelto de Herminia. Le juró una y otra vez que la amaba y que no dejaría nunca de amarla.
-Me alegro de que no hayas estado nunca con una mujer-se sinceró Herminia-Yo tampoco he estado con un hombre. Antes...
-Me alegro-afirmó Manuel-Así, los dos somos vírgenes.
                   Llenó de besos el rostro de Herminia. La abrazó con fuerza. Se susurraron muchas palabras de amor. En aquel momento, estaban ellos dos solos. Solos en aquel lugar que les parecía que era el Paraíso. Habían reunido el valor necesario que necesitaban para declararse el amor que sentían mutuamente.
-Nos casaremos-le prometió Manuel.
-Y yo te ayudaré-le aseguró Herminia.
-Juntos...



                          Manuel abrazó delicadamente a Herminia. Deseaba poder fundirse con ella. Había deseado aquel momento durante mucho tiempo. Se había odiado así mismo por haberse enamorado de la mejor amiga de su hermana menor. Manuel llenó de besos los hombros de Herminia. Ella tenía una ligera idea de lo que estaba pasando entre ella y su amado. Había oído algunos comentarios susurrados entre las dos criadas que tenía la familia.
                        Volvieron a besarse con pasión. Se acariciaron mutuamente. Las manos de Manuel sabían por inercia qué lugares del cuerpo de Herminia debía de acariciar para despertarla a la pasión.
-No sé qué hacer-admitió la chica.
-No pienses en nada-le dijo Manuel.
                        Herminia aún creía que estaba soñando. Manuel no había podido aparecer en su habitación. No podía estar haciéndole lo que le estaba haciendo. No podía haberle confesado que la amaba. Ni habían hecho planes para un futuro juntos.
-Amor mío...-le oyó susurrar.
                    Manuel llegó a recorrer el cuerpo de Herminia con la lengua. Llenó cada porción de su cuerpo con besos. La muchacha tenía un sabor exquisito. Como lo había imaginado.
                    ¿Cuántas veces había soñado con aquel momento? Demasiadas...Con besar los pechos de aquella joven. Con posar sus labios sobre su vientre. ¡Y lo estaba haciendo! ¡Era real! ¡Estaba pasando! Herminia era suya. Y él era de ella. Suyo...
                    Finalmente, los cuerpos de ambos se unieron. El cuerpo de Herminia recibió con alegría el cuerpo de Manuel. No sintió dolor alguno al sentir cómo el joven que amaba invadía su cuerpo. Lo único que quería era entregarse a él. Su unión estuvo cargada de amor. Se abrazaron. Se besaron. Manuel llevó a Herminia hasta un lugar lejano. Un lugar maravilloso donde sólo estaban ellos dos.
                      Fue Herminia la que se quedó dormida en primer lugar. Manuel se abrazó a ella. Le dio las gracias por haberla conocido. Y por amarle.
                      Permaneció despierto durante un buen rato. Herminia le amaba. Nunca la dejaría.
                      Ella estaría siempre a su lado. Le ayudaría a ser un gran médico. Los dos juntos podían hacer muchas cosas. Ayudar a mucha gente.
                      Siempre juntos...

FIN

2 comentarios:

  1. Juntos y revueltos, por lo que veo...

    Ha estado muy bien la historia pero, ¿sabes? Queremos más.
    Saludos.

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  2. Uy que tiernos, me encanto y me inspiro adoro como escribes.

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